Capítulo 96

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Desperté al escuchar la alarma del móvil y me levanté de la cama, yendo con Kiara a la cocina. Desayuné y mientras recogía todo apareció mi hermano, que me saludó y se hizo su desayuno.

Yo subí a ducharme y a cambiarme cuando terminé y al salir del baño, me encontré de frente a Miguel sonriéndome. Me dio un beso en la frente y entró él, sonreí y fui a mi habitación.

- ¿Qué haces tú ya a aquí?

- Tengo tantas ganas de que te vayas que te estoy ayudando.

- Idiota, vas a llorar cuando me vaya.

- Sí, de la risa.

Mi hermano pequeño me sacó la lengua y yo le di una colleja, haciendo que la mordiera. Reí y le ayudé con las maletas, bajándolas a la entrada y al mirar al salón, Miguel estaba sentado en el sillón mirando a nada en concreto. Sonreí y me acerqué a él.

- ¿Te pasa algo?

- ¿Qué? No, no... ¿Estamos listos ya?

- Sí.

Acaricié su hombro y se levantó, yendo conmigo a llevar las cosas al coche de mi hermano aunque conduciría él. Me senté en el asiento el copiloto y mi hermano atrás, puse la radio y salimos de allí para ir al aeropuerto.

Llegamos y bajamos todo, entrando en el edificio y me encontré allí a mis padres, Eric, Zoe, Lucía y Sara. Sonreí y me abracé con ellos.

- Gracias por venir.

- Había que despedirse.

- Como cuando te hiciste argentina por dos años.- reí y me abracé con Eric fuertemente.- Te echaré de menos, enana.

- Yo también a ti, avioneta.

- Bueno, me toca.- Sara me separó de Eric y reí de nuevo, abrazándola ahora a ella.- Cuídate y cuida de tu bombón.

- Lo haré.

- Te echaremos de menos por aquí, doble zeta.

- Yo también os echaré de menos, Zoe.- la abracé y miré a mis padres, abrazándoles ahora a ellos.- Hablaremos siempre.

- Eso espero, no hagas como cuando te mudaste.

- No lo haré.- me separé de él y miré a Roc.- ¿Abrazo?

- Abrazo.- sonreí y nos abrazamos.- Te echaré de menos, espero que te cuide bien Paulito porque si no iré yo mismo a pegarle.

- Lo hará y yo también te echaré de menos.- me separé de él y me abracé con Lucía.- Cuida de él.- susurré en su oído.

- Lo haré.- susurró ella también y me separé para mirar a mi mejor amigo.

- Migue.

- Otra vez lo mimo, pensé que no volvería a pasar pero...

- Hablaré todos los días contigo, como hacíamos antes.

- ¿De verdad? ¿No me olvidarás?

- ¿Cómo te voy a olvidar, bobín?

- Tienes a Higuain allí.

- Higuain no eres tú.

- Te quiero y te echaré mucho de menos.

- Yo también te quiero.- le abracé con más fuerza que a los demás.- Y te echaré más de menos.

- Eso es imposible, doble zeta.

- Bueno, llegó la hora.

Dijo mi padre y les di una última mirada antes de abrazarlos de nuevo e irme a la puerta de embarque, dejando a los míos en mi país.

Subí al avión y me senté con nervios de empezar una nueva vida en Turín y junto a Paulo, así que no dormí en el viaje como hacía siempre. Por fin aterrizamos y pude salir del avión para recoger mis cosas.

- ¡Martina!

- ¡Paulo!- me abracé con él y me separé para besarle.- Al fin.

- Sí y sos solo mía.- me guiñó un ojo y reí.- Dejá que te ayudo.

- Yo también.

- Higuain.- le abracé riendo.- ¿Qué haces tú aquí?

- Paulo me llamó, increíble que vos no.

- Se me olvidó.

- Ya, seguro.

Puso los ojo en blanco y reí ayudándoles con todo aunque se negaban a que yo hiciera algo, al final era yo la que más cosas llevaba. Fuimos al coche de Higuain y condujo hasta la casa de Paulo, donde dejé mi cosas en su habitación y después bajé para irme con ellos por Turín y comer fuera.

Friends (Paulo Dybala)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora