- Era bonito el estadio.
- ¿Bonito? ¿Sólo eso?
- ¿Qué quieres que diga?
- No sé, es precioso.
- No tanto como tú.- dije sin darme cuenta, pero él sí porque nos paramos en seco. Me miraba con una sonrisa y yo tapaba mi boca con las dos manos. Idiota.- ¿Lo dije en alto?
- Sí.
- Eh...
- ¡Doble zeta!- miramos los dos hacia atrás, viendo como Higuain se unía a nosotros, poniéndose entre nosotros y pasando su brazo por mis hombros.- ¿Qué te pareció?
- Eh...grande, gigante.
- ¿Pero fue lindo o no?
- Sí, lo es.
- Bueno, pues, ¿Qué te parece si hacemos algo de turismo?
- ¿Tú y yo?
- Sí.
- Claro, sin problemas.- le sonreí y él hizo lo mismo, en cambio, Paulo nos miraba con una ceja levantada.
- Genial, se lo diré al entrenador.- me dio un beso en la mejilla y se marchó.
- ¿Qué fue eso?
- ¿El qué?
- Se supone que vos y yo haríamos ese turismo.
- Se me olvidó.
- Y me reemplazaste.
- No seas idiota, ya lo haremos tú y yo.- le sonreí y guiñé un ojo, pero él seguía serio. Así que se me ocurrió hacer lo de todas las abuelas, pellizcarle las mejillas.- Mi celosín.
- No estoy...
- Ya, ya, claro, claro. Me voy, chau.
- Chao.
Fui corriendo hasta Higuain mientras él negaba con la cabeza. Empezamos a andar por las calles de Roma, parándonos por los fanáticos que le conocían. Fuimos a la Fontana Di Trevi, donde tiré una moneda de espaldas ya que decían que daba buena suerte. Después, fuimos al Coliseo y paramos en una cafetería, después volvimos a recorrer Roma hasta que se hizo de noche y tuvimos que volver al hotel.
- ¡La pareja!- Cuadrado nos sonrió al vernos entrar.- Llegan justo para la cena.
- Idiota.
Me uní a ellos y cené al lado de Paulo, que no me miró bastante, ni siquiera me habló. Terminamos la cena y todos fuimos a recepción, sentados en los sillones y hablando entre nosotros.
No quité la vista de encima a Palo, no porque es él, si no porque lo notaba extraño conmigo, me ignoraba. Poco a poco se hizo tarde y Allegri, el entrenador, los mandó a todos a dormir para que mañana rindieran bien.
- Buenas noches.- le dije a Higuain ya tumbada en la cama.
- Hasta mañana.
Pero yo no me dormía, así que cogí el móvil y empecé a leer los mensajes de mis amigos, ocultando mis ganas de reírme. Tenía que explicarles y que mejor que a él, al que me entendía cuando ni yo lo hacía.
Miguelin.
Eo.
¿Estás?
Siempre.
¿Qué pasa baby?
Tenemos que hablar.
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Friends (Paulo Dybala)
Fanfic- ¿Te quieres casar conmigo? - Por supuesto que sí, Bruno. - ¡Genial!- sacó un aro de gominola de la bolsa y me lo puso en el dedo.- Seremos felices por siempre y juro amarte hasta el final. - ¿Lo prometes? - Sí. - Pues yo juro recordarte...