- Epa, ¿Qué haces tú llamándome en vez de trabajar?
- Necesito tu ayuda.
- ¿Mi ayuda? ¿Pasó algo?
- No, tranquilo, es que me voy a mudar y.- sonreí dando vueltas en la silla de mi despacho.- A la casa de mi tía Laura.
- Pero esa casa es gigante y tú muy pequeña.
- Muy gracioso.
- Es verdad, ¿Qué pretendes hacer en una casa tan grande?
- Primero, fue mi tía quien me lo dijo y segundo, que tú vivas conmigo.
- ¿Yo?
- Sí, tú.
- ¿Me quieres tener de mantenido?
- No, no...sólo quiero que estés conmigo y que...
- ¡Me encantaría ser tu mantenido!- reí y paré de dar vueltas.- Ahora bien, ¿En qué necesitas mi ayuda?
- Pues en que me tienes que ayudar con las mudanzas mías y de mi hermano.
- ¿Tu hermano también?
- Sí, mi tía tuvo la gran idea de decirlo delante de él y no pude hacerle olvidar la idea.
- Anda que...está bien, os ayudaré, ¿Cuándo?
- Mañana a las nueve.
- ¿Tan temprano? Para una vez que no hay trabajo.
- No seas vago, bobín.- miré la hora.- Tengo que seguir trabajando, chao, te quiero.
- ¿Desde cuándo dices chao?
Preguntó antes de que terminara la llamada y continuara trabajando hasta que terminara el día. Salí del edificio despidiéndome de los demás. Fui andando hasta mi casa y ya allí mi hermano estaba sacando cajas de su habitación con ayuda de su novia y mis padres estaban en el salón hablando.
- Hola.- saludé a mis padres con un abrazo a cada uno.- ¿Ya empieza?
- Ya sabes cómo es, siempre tan anticipado.
- Bueno, yo os dejo a solas que me voy a llamar a tu hermana, Héctor, para las llaves.
- Vale.
- Oye, papá.- me senté a su lado del sofá ignorando mi hambre.- ¿Tú no deberías no tener bastón ya?
- Ya bueno, me acostumbré a este palo.
- Papá.
- Está bien, está bien...mira hija, yo ya estoy bien de salud pero a veces me dan algunos mareos o vértigos así que debo seguir con esto hasta que encuentren una solución.
- Pero...
- Estoy bien, eso me dijo el doctor. La contusión había desaparecido y los mareos y vértigos eran causa de ello, pero no son peligrosos si sé controlarme así que puedo hacer vida normal y seguir trabajando como un chico de veinte años.
- Lo último, lo dudo.
- Mala.
Reí abrazándole antes de levantarme y marcharme a la cocina para cenar. Terminé y subí a mi habitación junto a mi madre que, voluntariamente, me ayudará con la caja de mi habitación.
- Mira hija, fotos tuyas.
- A ver.
Me acerqué a ella, sentándonos las dos en la cama para veras más cómodas. Las primeras fotografías eran de cuando era pequeña, con mi hermano recién nacido. Las siguientes ya era más mayor, pero no tanto, aparecía yo vestida de mariposa y a mi lado Miguel de caracol en los carnavales de nuestro colegio, done nos conocimos.
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Friends (Paulo Dybala)
Fanfic- ¿Te quieres casar conmigo? - Por supuesto que sí, Bruno. - ¡Genial!- sacó un aro de gominola de la bolsa y me lo puso en el dedo.- Seremos felices por siempre y juro amarte hasta el final. - ¿Lo prometes? - Sí. - Pues yo juro recordarte...