Capítulo 101

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- Higuain, por favor, estoy a punto de terminar.

- Pero me aburro.

- Juega tú solo.

- Me sigo aburriendo.

- Lo siento, pero si termino ya puedo tomar un vuelo mañana por la mañana y volar a Argentina así que no...

Me callé al notar el agua caer de mi pelo hasta mi cuerpo, mojándome entera mientras Higuain reía con el vaso ya vacío del agua fría que me acababa de tirar. Me di la vuelta y fruncí el ceño.

Fue entonces cuando paró de reírse, mirándome asustado y empezó a correr. Yo me levanté de la silla y fui corriendo como loca hacia él, chocado con la pared cuando cambiaba de dirección subiendo las escaleras y encerrándose en la habitación.

- ¡Higuain! ¡Sal!

- ¡No!

- No te haré daño.

- ¿Me lo tengo que creer?

- ¡Sí, para que pueda matarte con mis propias manos!

- ¡Socorro!

- ¡Higuain!

Abrió la puerta interrumpiéndome y salió corriendo, chocando conmigo para echarme a un lado. Gruñí y fui dando fuertes pisadas hacia él, pero aunque sabía que estaba en el salón, no lo encontraba.

Empecé a andar más y al dar la vuelta al sofá me lo encontré tumbado a los pies de él. Me miró asustado y sonreí con malicia. Cuando se iba a levantar me senté en su espalda y volvió a tumbarse, agarré sus muñecas y las puse a sus lados.

- ¿Por qué me tiras ese vaso?

- Para que dejaras de trabajar.

- Me has mojado.

- Es verano, eso es bueno, ¿No?

- Sí, pero...

- Si vos olvidás yo olvido.

- ¿Qué tienes que olvidar tú?

- Que no querías jugar conmigo.

Reí y le solté, levantándome y sentándome en el sofá. Era imposible enfadarse con él, era como mi primo Nico pero con más años encima. Se levantó, suspiró aliviado y se sentó a mi lado.

- ¿Me perdonás?

- Sí, idiota, pero dejame terminar y estoy contigo.

- Está bien.

Me levanté del sofá para volver a escribir en el ordenador mientras Higuain ponía música y empezaba un partido de FIFA él solo. Hasta que por fin terminé y le mandé el correo.

- ¡Higuain!

- ¿Qué?- me miró pausando la partida.

- ¡Terminé! ¡Me voy a Argentina!

Él rió levantándose para abrazarme y después nos volvimos a sentar para jugar con él como le dije, pero con una mano mientras con la otra compraba el pasaje para mañana. Así que me ganó 10-0.

- Eres muy mala.

- Estoy manca ahora mismo, ¿No me ves?- le enseñé el móvil y rió.- Ya está, remontada épica, esto va a ser como un Barça- Paris Saint Germain.

Él negó con la cabeza mientras reía y empezábamos un partido. Sabía que no iba a ganar si jugaba limpio, así que tuve que hacerle cosquillas, pellizcarle las mejillas, etc, cuando me acercaba a la portería y conseguí ganarle 11-4.

- No vale, juego sucio.

- Aquí no hay reglas.

Le saqué la lengua mordiéndomela y él rió. Estuvimos un rato más jugando hasta que se fue y yo me fui a dormir para estar descansada mañana, en el vuelo que iría a Argentina con Higuain para ver el último partido que tenían antes de que Paulo se vaya a Laguna Larga con su familia y amigos.

Desperté al día siguiente por la alarma y me levanté rápido de la cama, yendo directamente a la ducha a cambiarme antes de empezar a hacer la maleta que ayer no hice por estar tan cansada.

Perdí la noción del tiempo y al no mirar la hora no me di cuenta de que Higuain estaba en camino, hasta que llegó y tocó a la puerta. Cerré la última maleta y bajé corriendo las escaleras.

- Hola.

- ¿Te acabas de despertar o...?

- No, me he despertado hace una hora pero ayer no hice las maletas y...- respiré mientras él reía.- ¿Qué hora es?

- Tendríamos que irnos ya, ¿Necesitás ayuda o...?

- Estoy bien.

Miré la hora, me daría tiempo a desayunar rápido en el aeropuerto. Subí con él a por mis maletas y las metimos en su coche, subiéndonos luego y en el trayecto terminé por hacerme bien el moño en el que tenía recogido mi pelo, mirándome en el retrovisor.

- Cuando lleguemos a Argentina te vas a morir de frío.

Dijo riendo mientras desayunaba rápida sentada en una de las mesas de la cafetería que encontré al entrar en el aeropuerto. Y tenía razón, llevaba una sudadera crop top con unos pantalones negros rotos por las rodillas y unas Adidas.

Me levanté cuando terminé, pagué rápido y al salir avisaron nuestro vuelo, así que fuimos a la puerta de embarque y pudimos subirnos al avión minutos después.

En el viaje hasta el aeropuerto de España, no me dormí, pero cuando volvimos a subir a un avión y después de que le mandara un mensaje a mis padres para decirles que ya estaba en el avión, me dormí.

Pero el vuelo era tan largo que me desperté y aún seguíamos en el aire. Me giré para ver a Higuain viendo una película o mejor dicho terminándola, porque cuando le miré ya estaban los créditos saliendo.

- ¿Qué? ¿Te ha gustado la película?- me miró y sonrió quitándose los cascos.

- Sí, ¿Y a ti te ha gustado tu sueño?

- Mucho.

Reímos y comenzamos a hablar mientras nos aburríamos más y más hasta acabar contando chistes absurdos o mandarles mensajes a cualquiera de la Juve para molestarles.

Hasta que por fin sentimos como el avión tocaba el suelo y al mirar por la ventanilla vimos que sí, que ya estábamos en Argentina. Nos levantamos del asiento cuando nos dejaron y bajamos del avión, sintiendo que me iba a congelar.

- Ten.

Me dejó su chaqueta y me la puse sabiendo que él no tendría frío porque sí estaba bien abrigado. Recogimos las maleta soy fuimos en taxi hasta el hotel donde dormiríamos los dos en Buenos Aires, pues aquí veríamos el partido porque si no tendríamos que haber ido a Uruguay.

Friends (Paulo Dybala)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora