Sentí suaves caricias en mi mejilla mientras dormía y estas me fueron despertando poco a poco. Fui abriendo los ojos hasta ver a Paulo agachado a mi altura al lado de mi cama, sonriéndome. Iba a sonreírle hasta que me acordé de lo de ayer, entonces me moví hacia atrás para que parar de acariciarme y me miró confundido.
- ¿Pasa algo?
- Dímelo tú.
- No lo sé, por eso pregunto.
- Haz memoria, Dybala.
- ¿Fue por lo de ayer?- me di a vuelta dándole la espalda.- Por cierto, ¿Cómo volviste? ¿Volviste sola?
- ¿A ti qué te importa?
- Pudo pasarte algo.
- Bien.
- No te comportes como una nena y miráme.
- Tú te comportas como un niño pequeño.- volví a darme la vuelta para mirarle.- Negandose a que alguien pueda jugar también con su juguetes.
- ¿Querés engañarme y querés que te deje?
- Lo que quiero es hacer amigos sin tener que tenerte detrás diciendo que eres mi novio.
- Ese pibe no quería ser tu amigo.
- Pues ya le diré que tengo novio, no hace falta que lo hagas tú.
- Genial, entonces te dejo sola.
- Perfecto.
Los dos nos fulminamos con la mirada y se levantó para dejarme sola en la habitación, cerrando la puerta a su paso. Resoplé sentándome en la cama y echando mi pelo hacia atrás. Miré la hora de mi móvil y al ver lo temprano que era me volví a tumbar.
Dejé mi lado de la cama para ir al de Paulo, donde aún se conservaba su olor. Estuve mirando el techo hasta que me llegó un mensaje, uno de Miguel
Miguelin.
¿Cómo va todo por la Argentina?
Mal.
Me enfadé con Paulo.
Ay dios.
Otra vez no.
¿Qué hizo?
Ayer conocí a un chico bailando, llegó él y lo espantó diciendo que era mi novio.
Es que lo es, doble zeta 😂
Pero no hace falta que lo diga a la primera.
¿No?
Yo no le pregunto con quien se ríe tanto por el móvil 😐
Eso sí es verdad.
No sé.
Perdónale y si lo vuelve a hacer, enfádate otra vez.
A veces me sorprende tu inteligencia.
😂
Me levanté de la cama y bajé a desayunar, sin encontrarme a Paulo pero sí a su madre, a la que saludé como si nada. Después, fui al salón, donde sí que estaba él y como siempre, con el móvil.
Suspiré sentándome a su lado y volviendo a hablar por el móvil, esta vez con Roc, sin dejar de mirarle de reojo para ver si dejaba el móvil.
No tardé en cansarme de esta situación y antes de que su madre nos acompañara en el salón, dejé el móvil en la esa para acercarme a él y quitarle el suyo, dejándolo al lado del mío. Primero miró sus manos vacías y luego a mí, confundido por mi reacción.
- ¿Qué haces?
- Perdona por cómo me he puesto, ¿Vale? Pero no me gusta que lo primero que hagas es decir que eres mi novio.
- Está bien, no lo haré de nuevo, ¿Vale?
- Bien.
- ¿Estamos bien?
- Estamos bien.
Asentí con la cabeza y él sonrió antes de poner entre sus manos mi rostro y besarme. Sonreí al separarme y acaricié sus manos, quitándolas de mi cara para agarrarlas y besarle ahora yo.
Su madre se unió a nosotros y comimos poco después los tres más su hermano Mariano. Estuvimos la tarde entera jugando a juegos de mesa entre nosotros, riendo y saliendo después de cenar a la calle para pasear antes de volver a la casa a dormir.
- Paulo.
- ¿Qué?
- Deja el móvil, me molesta.
- ¿Por qué?
- Quiero dormir.- abrí mis ojos y él suspiró dejando su móvil en la mesilla.- ¿Con quién hablas tanto que no quieres dejar el móvil?
- No es importante, pero no tengo sueño.
- ¿Es la persona que tanto te hace reír?
- ¿Estás celosa, Martina?
- No, solo pregunto.
- Sí, es la misma.
- Misma, así que es chica.
- Misma persona, Martina, no te quejes de que soy celoso si vos lo vas a ser también.
Suspiré dándome la vuelta. La verdad, tenía razón, eso era de hipócrita. No tardé en sentir como me abrazaba por la cintura, pasó un mechón por mi oreja y me dio un beso en el cuello antes de dormirse.
Sonreí dándome la vuelta con cuidado al sentir su respiración más tranquila, lo que significaba que dormía. Pero al mirarle, sus ojos se abrieron para sonreírme y me acerqué a sus labios para besarlo antes de abrazarme a él y dormir así.
MGVWQu'
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Friends (Paulo Dybala)
Fanfic- ¿Te quieres casar conmigo? - Por supuesto que sí, Bruno. - ¡Genial!- sacó un aro de gominola de la bolsa y me lo puso en el dedo.- Seremos felices por siempre y juro amarte hasta el final. - ¿Lo prometes? - Sí. - Pues yo juro recordarte...