Capítulo 30

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- ¡Papá! ¡Mamá! Me voy ya.

- ¿Ya?- mi madre apareció d ela cocina y me abrazó.- Ten cuidado por allí, si hay algún problema nos llamas a nosotros o a Paulito.

- ¿Paulito?

- Paulo, hija, Paulo.

- ¿Por qué a él?

- No me negarás que no te gusta.

- ¿Qué?- al miré con una sonrisa y ella rió.

- Has venido con una sonrisita de enamorada, hija, que te conozco como si te hubiera parido.

- En realidad, lo hiciste.

- Pues eso, como cuando eran unos nenes.- reí levemente y miré a mi padre, que no paraba de pasear por la casa con su nuevo bastón.- ¿No te puedes quedar sentado?

- Ni de broma, me tengo que mover o entonces me muero.

- No digas eso, papá.

- Ten buen viaje, hija.- se acercó a darme un beso en la frente.- Y no le hagas caso a tu madre, ningún hombre conquistará a mi niñita.

- Adiós, papá y mamá.- dije riendo y saliendo de casa.- ¿Qué?- miré a mi hermano, cruzado de brazos y apoyado en el coche.

- Nada.- me sonrió y abrió la puerta.- Madame.

Reí entrando en el coche y él me imitó, arrancando sin previo aviso y yendo juntos al aeropuerto. Me ayudó con las maletas y me abracé a él, despidiéndome.

- No te olvides de mí eh.

- Eso nunca, enano.- miré atrás de él y sonreí al verles.- Pensé que no venían.

- Yo no quería, casi lloro la última vez.- reí abrazando a Eric.- Cuidado con el trasto gigante.- como le llamaba a los aviones.

- A ver cuando vienes con un italiano.- Sara me abrazó.

- Siempre diciendo lo mismo.- Zoe nos separó y me abrazó ella ahora.

- No les hagas caso, tú eres solo mía.

- Solo tuya, entendido.- sonreí abrazando, con más fuerza que a los demás, a Miguel.- Adiós, chicos.

- Adiós, doble zeta.

Me despedí con la mano y seguí mi camino hasta acabar sentada en el avión. Esta vez, al estar todo un poco oscuro y estar mi padre bien, pude dormirme en el viaje. Me desperté antes de que el avión tocara el suelo y me preparé para bajar.

Pasé el pasillo y bajé por fin del avión, yendo a por mis maletas y empezando a andar. No tardé en visualizarles, porque no hacían más que firmar y hacerse fotos con fanáticos, como siempre. Me quedé quieta, esperando a que se fueran todos pero al ver que iban a tardar, me acerqué a ellos haciendo que soy otra fan más.

- Una foto.- me hice paso y extendí mi móvil a Higuain.- Por favor.

- Clar...Martina.- me sonrió y aumentó su velocidad haciéndose fotos.- Nos vemos en el coche, Paulo.

- Sí, eso, iros.

Reí levemente dejándole atrás y yendo con Higuain hasta su coche, me ayudó con las maletas y subimos hablando de mi padre a la espera de Paulo.

- Ya llegué, ¿Qué hacían?- preguntó entrando rápido al coche y mirándonos con el ceño fruncido.

- Hablar de mi padre.

- Cierto, ¿Cómo está?

- Con la cabeza vendada y andando con un bastón, pero estará bien, es mi padre.

Friends (Paulo Dybala)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora