- Mañana es la fiesta, ¿Vas a ir?
- Ya te dije que sí, Migue.- dije sentándome con él en el sofá.- ¿Qué haces?
- Jugar, ¿Te apuntas?
- Siempre.
Me dio el mando de la Play y jugamos varias partida hasta que Roc salió diciendo que alguno de los teníamos que pasear a Kiara porque no podía.
Yo le puse la correa a Kiara y Miguel me dio mi chaqueta antes de salir los dos de la casa y caminar por el barrio hablando de cómo le iba con Antonella y a mí de soltera.
- Pero lo sigue queriendo.
- Ya te dije, como el primer día.
- ¿Y por qué no vuelves con él?
- Porque no puedo, creo que ya es tarde.
- Nunca es tarde.
- Ya está con otra, yo ya no pinto nada en su vida.
- Hablando de pintar, ¿Cómo van los dibujos?
- Los dejé de lado, con el trabajo y todo pues no tengo tiempo.
- ¿Qué es todo?
- Pues Paulo es todo.
Él me sonrió y seguimos caminando, pero ahora de vuelta a la casa. Bañé a Kiara mientras que él cocinaba y al terminar los dos, Roc se unió a nosotros.
Comimos juntos y después yo me quedé con Miguel viendo una serie y terminándola el mismo día. Pero Roc se había vuelto a ir con Lucía y Antonella hoy no podía estar con Miguel, así que él y yo decidimos salir con los de siempre y donde siempre, en el Retiro.
- Sigue haciendo frío.
- Pero hace calor.
- Tú sí que das calor.
- ¿Podéis parar de hablar del tiempo?
- Si es que... unos ancianos por amigos tenemos.- dice Sara y las tres chicas reímos.- ¿Qué? Es cierto.
- Lo que digas.
- ¿A dónde vamos hoy?
- Al kilómetro cero.
- Ni que fueras ahora turista.
- Bueno, vamos allí y luego a las Cibeles.
- Eso mejor.
Les guiñé un ojo y reímos yendo hacia el kilómetro cero donde nos hicimos algunas fotos como si nunca lo hubiéramos visto y después fuimos a la plaza Cibeles, que estaba algo vacía.
Cuando anocheció, como siempre, fuimos a la Gran Vía para cenar por allí y tomar algo en los bares antes de ir a la casa de cada uno.
- Me voy a dormir.
- Buenas noches.
Me despedí de Miguel y subió a mi habitación con el ordenador. Estaba por las redes sociales cuando alguien me mencionó en una foto de Instagram. En esa foto salía Paulo con una chica y al parecer era de hoy y además, estaban demasiado cerca para ser solo amigos. Y como si fuera un héroe, Higuain llamó por Skype en el momento en el que vi la imagen.
- Hola.
- Uh que cara, ¿Qué pasó?
- Esto.- le enseñé la imagen.
- ¿Estás bien?
- No, no me dejan de joder mencionando en fotos de él y ahora me mencionan en una que está con otra chica. Estoy estupendamente, Higuain.
- Bueno, tranquila.
- Es que no lo aguanto más.
- ¿El qué?
- El estar lejos de él, el ver que ya me olvidó, que es feliz sin mí mientras yo no puedo mirar a otro chico porque pienso en él, mientras que me aguanto mis ganas de llorar cuando sé algo de él y cuando le vi jugar al partido, Higuain, me sentí como si estuviera allí y aún estuviéramos juntos.
- Ya... ¿Qué puedo hacer para que estés mejor?
- Nada, no hay nada que hacer y me lo repito millones de veces, pero es encontrarme con alguna foto de él o simplemente oír su nombre y lo recuerdo todo.
- Lo siento, Martina.
- No lo sientas.- le sonreí levemente.- Creo que me iré a dormir.
- Será lo mejor, te quiero.
- Yo también, chao.
- Chao.
Se notaba apenado y tampoco quería verle así, así que terminé la video llamada y dejé el ordenador en el escritorio antes de dormirme.
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Friends (Paulo Dybala)
Fiksi Penggemar- ¿Te quieres casar conmigo? - Por supuesto que sí, Bruno. - ¡Genial!- sacó un aro de gominola de la bolsa y me lo puso en el dedo.- Seremos felices por siempre y juro amarte hasta el final. - ¿Lo prometes? - Sí. - Pues yo juro recordarte...