Capítulo 31

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- ¿Vienes al partido?

- Mira lo que conseguí.- sonreí a Higuain, enseñándole la entrada y él sonrió igual.

- Sos la mejor.

- Gracias, gracias.

Rió y se despidió con la mano antes de irse a dormir, pues mañana tendría que ir a Roma. Yo seguí trabajando hasta tarde, cuando acabé durmiéndome en el sofá.

- Martina.

- ¿Qué?

- Bajé a por un vaso y te vi acá, ¿Estás bien?

- Sí, sí...solo cansada.

- Está bien, mejor será que vayas a la cama.- me sonrió y se iba a ir hasta que le paré sujetándole del brazo.- ¿Qué pasa?

- ¿Cómo puedo ir a Roma?

- ¿Cómo que...? Ah claro, que yo no puedo llevarte y tu el italiano... eso déjamelo a mí.

- ¿A ti?

- Sí, vete a dormir a la habitación.

Me sonrió y yo hice lo mismo. Se fue a la cocina y yo a la habitación, durmiéndome al segundo. Pero como si solo hubieran pasado minutos, ya me despertaba.

- Buen día.

- ¿Por qué me despiertas?

- Porque te tienes que duchar y desayunar.

- ¿A estas horas?

- Sí, porque venís con nosotros.

- ¿Qué?

- No podés ir a Roma sola, así que hablé con el quipo técnico y no les importa. Eso sí, se creen que eres de la Juventus así que tomá.- me enseñó una camiseta de a Juventus con su nombre.

- ¿Con tu nombre? ¿En serio?

- El precio por esto.

- Idiota.

Me levanté de la cama sonriendo y bajé a desayunar, subiendo de nuevo para ducharme y cambiarme. Puse en una mochila lo que me llevaría y bajé viendo a Higuain esperándome en la entrada.

- ¿Ya? ¿Llevas todo?

- Sí, en esta mochila.- señalé mi espalda.- Podemos irnos.

- Pues adelante.

Me abrió la puerta y me dejó pasar primero, subiendo a su coche y yendo hasta Vinovo. Bajamos y ya estaban algunos de los chicos allí. Saludé a todos, que estaban sorprendidos, en especial a Paulo.

- ¿Qué haces vos acá?

- No podía ir a Roma y ahora sí, gracias a higuain.

- Que atento.

- Sí.- sonreí, pero él no.

Me mantuve en todo momento al lado de Higuain, incluso me senté a su lado en el autobús y en el avión. Hablamos todo el viaje, sin parar de reírnos o ponernos serios y me di cuenta que sí, que era mi mejor amigo en Italia.

Por fin llegamos a Roma, volviendo a subirnos a un autobús que nos llevó a un lujoso hotel, donde compartiría habitación con Higuain. Dejé la mochila en la cama y bajé con él a donde comeríamos, subiendo después a la habitación y dejando a los futbolistas solos.

Mini doble zeta

 ¿Qué haces?

En Roma.

Friends (Paulo Dybala)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora