- ¿Paulo?
- ¿Martina?
- ¿Se conocen?
- No sé eh...creo que le estoy equivocando con alguien.- le miré extrañada. Podría crecer lo que quiera, pero esos ojos nunca los olvidaría y los reconoceré siempre.- Bueno eh...encantada.
- Igualmente, podés llamarme Anto, ¿Sos argentina?
- No, no... soy de Madrid pero estuve dos años en Buenos Aires.
- Eh...encantado.
- Igualmente.
- Bueno, vos nos guías, doble zeta.
- Cla...claro.
No podía dejar de mirarle en todo momento, estoy segura que era él, pero aquel chico le llamaba Bruno, no Paulo. Caminamos por el paseo marítimo, saliendo de la playa, y les llevé a un sitio para tomar algo de beber que conocía de hace tiempo y era mi favorito. A ellos también parecieron gustarle.
- ¿Por qué doble zeta?
- Un apodo que me pusieron mis amigos por eso de que mis apellidos acaban en zeta.
- Súper originales.- dijo Higuain y reímos.- ¿Cuánto tiempo estarás acá?
- Cinco días, ¿Y vosotros?
- Una semana.
- ¿Y a dónde vas?- preguntó Paulo.
- A Madrid, pasaré allí todo el verano.
- Suficiente tuviste con vivir en Buenos Aires, ir a Italia y después acá.
- Es verano, pipita.
Seguimos hablando hasta que se hizo tarde e Higuain y Anto se querían ir al hotel, porque estaban cansados. En cambio, Paulo y yo estábamos más despiertos que nunca.
- Dale, me quiero ir ya.
- Hablamos, ¿No?
- Claro, cuando quieran les enseñó mejor Barcelona.
- Chao, doble zeta.
- Adiós.
- Eh, espera, ¿Vas sola?
- Sí, pero tranquilo, no me pasará nada.
- No me quedo seguro, es muy tarde.
- Me sé está ciudad como la palma de la mano, no pasará nada.
- Tengo una idea.- todos miramos a Anto.- Como Higuain y yo somos los que más queremos volver al hotel, que Paulo te acompañe.
- Me parece buena idea, ¿Y a vosotros?
- A mi me da igual.
- A mi...igual, aunque ya digo que es innecesario.
- Como sea, chao Martina.
- Adiós.
Me despedí de ellos y Paulo también, antes de acompañarme en silencio por las calles de Barcelona. Se me hacía imposible no mirarle, intentar encontrar aquel niño con el que jugué aquellos días, con el que tuve una gran amistad y quien fue el primero en declararse, claramente.
- Así que, Martina.
- Sí y tú Paulo.
- ¿Cuáles son tus apellidos para que te llamen doble zeta?- me miró durante unos segundos antes de seguir caminando con sus manos en los bolsillos.
- Mi nombre completo es Martina Rodríguez Díaz.
- ¿Por qué Martina?
- A mis padres les gustó y como no se ponían de acuerdo porque mi madre quería un nombre catalán y mi padre no, pues eligieron ese, además, mi abuela paterna quería que me llamara así.
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Friends (Paulo Dybala)
फैनफिक्शन- ¿Te quieres casar conmigo? - Por supuesto que sí, Bruno. - ¡Genial!- sacó un aro de gominola de la bolsa y me lo puso en el dedo.- Seremos felices por siempre y juro amarte hasta el final. - ¿Lo prometes? - Sí. - Pues yo juro recordarte...