Capítulo 91

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Desperté viendo a Paulo poniéndose los pantalones delante de mí sin tener aún la camiseta puesta. Sonreí viéndole de espaldas a mí, hasta que se giró y me pilló con los ojos puestos en sus abdominales.

- Pensé que querías ir lento.- dijo riendo y me tapé la cara sonrojada con la almohada.- No te avergüences, yo haría lo mismo con vos.

- Gracias eh.

Le sonreí y se acercó a mí para darme un beso de buenos días antes de ponerse la camiseta. Yo me levanté de la cama poco después, yendo al baño a cambiarme y de nuevo a ocultar los moratones que poco a poco se iban de mi cara.

Salí y me encontré a Paulo de frente, sonriéndome. Levanté una ceja sin saber que quería hasta que me besó y sonreí separándome de él.

- Veo que ya elegiste desayuno.

- Mi preferido.- mordió su labio y me dio otro beso pero más corto.- De los mejores.

- Idiota.

Le besé ahora yo, yendo hacia atrás hasta que se sentó en la cama y yo encima de él, sin preocuparnos por la hora que era hasta estar un buen rato así.

Salimos de la habitación y bajamos a desayunar, saludando a todos los que estaban allí. Después, lo dejé ir con los demás y yo me quedé sola en la habitación.

Miguelin.

¿Cómo te va?

Anda que enterarme por tu hermano de que estás en Milán.

Se me olvidó🙂

Me va bien.

¿Ya se acostaron?

¿Quiénes?

Tú y Paulo.

😂 Sueñas.

¿Por qué? Ya son novios.

No me lo pidió.

Pero es lo que todos piensan, incluso tú.

Ya.

Aún así no creo que pueda.

¿Por?

Ah claro, estás en tus días.

No, idiota 😂

Esta mañana casi me quita la camiseta.

No más detalles, por favor.

Pero no pude.

Déjame terminar.

¿Pasó algo?

Que sentí que el que hacía eso era Matías.

No él.

Uh, eso es malo.

Tienes que olvidar al idiota ese.

Lo he hecho, pero eso...

Paulo no es como él.

Es un gran chico.

Cuando terminamos no decías lo mismo...

🙂

Soy bueno.

Como él.

Así que no te preocupes que no te harás nada malo, nada que tú no quieras ;)

😂

Si no lo pego 🙂 ❤️

❤️

Dejé los mensajes para llamar a mis padres y hablar con ellos por video llamada hasta que apareció Paulo, enseñándome la hora del móvil para decirme que ya teníamos que irnos.

Terminé la llamada con mis padres, recogí mis cosas y me puse la camiseta de él de la Juventus. Salí del baño ya lista y al girarse sonrió.

- ¿Es la mía?

- Siempre será la tuya.

Me sonrió antes de abrazarme por la cintura y besarme. Nos separamos y fuimos, sin dejar de abrazar mi cintura con uno de sus brazos, abajo con los demás. Me despedí y les di suerte, pero cuando Paulo se iba volvió a mí.

- Estate atenta al partido, porque marcaré un gol y te lo dedicaré.

- ¿Así? ¿Y qué harás?

- Ya lo verás.

Me guiñó un ojo y reí soltando por fin su mano para que pudiera subir en el autobús con los demás. Cuando se marcharon yo busqué por Google Maps donde estaba el estadio y fui allí, guiándome con el Santiago Bernabeu y el Juventus Stadium de referencia hasta que conseguí pasar a las gradas.

Me senté en unas gradas pegadas al campo y al lado del banquillo donde se sentaba la Juventus. Los nombres fueron sonando mientras calentaban y después, por fin, se saludaron los capitanes, luego los jugadores y se colocaron hasta que el árbitro dio comienzo al partido.

Animé siempre que podía, aunque no fuera Paulo quien tuviera el balón. No paré de gritar y de enfadarme cuando el balón no entraba en la portería del Milán.

Hasta que, como me dijo, justamente un minuto antes del descanso Paulo marcó un gol desde fuera del área y lo celebró con la Dybala Mask, fue corriendo hasta aquí haciéndola y cuando llegó se levantó la camiseta sin poder creerme que ponía debajo.

"¿Quieres ser mi chica Dybala de nuevo?"

Friends (Paulo Dybala)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora