Capítulo 73

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- ¿A dónde fuiste con Eric que no llegaste hasta hoy por la mañana?

- Eh... acabé durmiéndome en su casa.- se rascó la nuca y yo sonreí.- ¿Qué?

- Me estás mintiendo.

- No, no te miento.

- ¿Una chica?- paró el coche por el semáforo y me miró.- Una chica.

- Sí.

- ¿Quién?

- Se llama...es italiana.

- No... ¿Por casualidad se llama Antonella?

- ¿Cómo lo supiste?

- ¿Cómo la conociste?

- Yo pregunté primero.

- Porque hay una chica que trabaja conmigo y le enseñé tu foto.

- Yo me choqué con ella y le di mi número.

- A lo mejor no es la misma.

- A lo mejor.

- Ahora lo probamos.- volvió a arrancar y siguió conduciendo.- Ay mi bobín que ya tiene novia.

Le pellizqué la mejilla y él resopló sin quitar su mirada de la carretera. Llegamos hasta el bufete y bajamos los dos, él obligado por mí. Entramos en el edificio y saludé a los que conocía ya, entrando con Miguel en el ascensor.

Llegamos a mi planta y al no verla por ningún sitio me llevé a Miguel de la mano hasta su despacho. Toqué la puerta y la abrí un poco asomando mi cabeza y ella me sonrió.

- Bueno, ¿Es ella?- pasé con Miguel y los dos se miraron.

- ¿Se lo contaste?

- Lo supo ella sola, para algo es mi mejor amiga.

- Ay que bien, dos amigos de novios. Esto es vida.

- A ver, solo nos estamos conociendo.

- Ya, seguro que te chocaste aposta con él.

- Necesito trabajar, Martina.

- Y yo ir a trabajar, doble zeta.

- Está bien, tortolitos, os dejo.

Miguel le guiñó el ojo intentando que yo no lo vea, pero estaba vigilándole para ver como se despedía de ella y fue de esa forma. Acompañé a Miguel hasta el ascensor y después fui a mi despacho a trabajar.

Terminé y salí a la hora de la comida para estar con Carla y Antonella, Ana y Bastian aún no habían venido. Le obligué a Antonella que me contara todo y así hizo, por suerte, Miguel siguió mis consejos de no acostarse en la primera cita.

Volvimos al trabajo y estuve allí toda la tarde hasta que terminé y salí, caminando hacia mi casa. Me encontré a Roc solo, a punto de salir a pasear a Kiara así que les acompañé por no tener nada que hacer.

Dimos un par de vueltas, hablando entre nosotros hasta que volvimos a casa. Yo cené y me quedé con él y Miguel, que ya estaba en casa cuando volvimos, en el sofá. Decidí irme a cambiar y a dormir, cuando Higuain me llamó.

- ¿Qué pasa? Estoy a punto de prepararme para irme a dormir.

- Pues vente a dormir a mi habitación.

- ¿Pasó algo?

- Sí, que ni ayer ni hoy nos hemos visto.

- Cierto.

- Pues te vienes y mañana tomás un taxi para ir a trabajar.

- Está bien.- dije después de un suspiro.- Iré.

- Chao, te quiero.

- Chao.

Terminé la llamada y puse mi pijama y lo que me pondría mañana en una mochila con mis cosas. Después volví a agarrar el maletín y me despedí de mi hermano, el único que estaba despierto, para decirle que me iba a dormir con Higuain.

Como él me dijo, fui en taxi hasta su hotel que estaba algo lejos de mi casa. Llegué y le pagué al taxista antes de entrar, saludar a los trabajadores e ir a su habitación.

- Hola.

- ¡Al fin! Creciste y todo.

- Que gracioso eres.- le fulminé con la mirada mientras reía dejándome sitio para pasar adentro.- ¿Te aburrías o qué?

- Demasiado, si ando mucho me canso con la muleta así que...

- Tú a descansar, así vuelves antes al fútbol.

- ¿Querés que me vaya?

- Quiero que no seas tan pesado y eso, es difícil.

Dejé mis cosas mientras que él me contaba que hizo ayer y hoy y luego me fui a duchar y a ponerme el pijama en el baño de la habitación. Salí y me acosté en la cama con él, que ya estaba listo para dormir cuando se me ocurrió una pregunta.

- Higuain.

- ¿Qué te pasa ahora?- él estaba boca arriba mientras que yo estaba de lado, mirándole. Abrió sus ojos y me miró de reojo.

- ¿Es verdad que Paulo está con otra?

- ¿Ahora e preocupás por eso? Me volvés loco.

- ¿En qué sentido?

- En los dos.- reí levemente y puso su cara de lado, mirándome.- ¿Por qué te preocupás ahora con quién está?

- Lo sabes perfectamente.

- Pero quiero oírtelo decir.

- Porque lo extraño, mucho.

- Bueno pues mañana tomamos un vuelo a Turín y se lo decís a él.

- Higuain.

- ¿Qué? Se quieren pero son tan pelotudos que se ignoran.

- No quiero hablar con él, solo quiero saber si ya encontró a otra.

- No, Martina, no encontró a otra.

- Está bien, buenas noches.

- Buenas noches, doble zeta.

Friends (Paulo Dybala)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora