- ¿A dónde fuiste con Eric que no llegaste hasta hoy por la mañana?
- Eh... acabé durmiéndome en su casa.- se rascó la nuca y yo sonreí.- ¿Qué?
- Me estás mintiendo.
- No, no te miento.
- ¿Una chica?- paró el coche por el semáforo y me miró.- Una chica.
- Sí.
- ¿Quién?
- Se llama...es italiana.
- No... ¿Por casualidad se llama Antonella?
- ¿Cómo lo supiste?
- ¿Cómo la conociste?
- Yo pregunté primero.
- Porque hay una chica que trabaja conmigo y le enseñé tu foto.
- Yo me choqué con ella y le di mi número.
- A lo mejor no es la misma.
- A lo mejor.
- Ahora lo probamos.- volvió a arrancar y siguió conduciendo.- Ay mi bobín que ya tiene novia.
Le pellizqué la mejilla y él resopló sin quitar su mirada de la carretera. Llegamos hasta el bufete y bajamos los dos, él obligado por mí. Entramos en el edificio y saludé a los que conocía ya, entrando con Miguel en el ascensor.
Llegamos a mi planta y al no verla por ningún sitio me llevé a Miguel de la mano hasta su despacho. Toqué la puerta y la abrí un poco asomando mi cabeza y ella me sonrió.
- Bueno, ¿Es ella?- pasé con Miguel y los dos se miraron.
- ¿Se lo contaste?
- Lo supo ella sola, para algo es mi mejor amiga.
- Ay que bien, dos amigos de novios. Esto es vida.
- A ver, solo nos estamos conociendo.
- Ya, seguro que te chocaste aposta con él.
- Necesito trabajar, Martina.
- Y yo ir a trabajar, doble zeta.
- Está bien, tortolitos, os dejo.
Miguel le guiñó el ojo intentando que yo no lo vea, pero estaba vigilándole para ver como se despedía de ella y fue de esa forma. Acompañé a Miguel hasta el ascensor y después fui a mi despacho a trabajar.
Terminé y salí a la hora de la comida para estar con Carla y Antonella, Ana y Bastian aún no habían venido. Le obligué a Antonella que me contara todo y así hizo, por suerte, Miguel siguió mis consejos de no acostarse en la primera cita.
Volvimos al trabajo y estuve allí toda la tarde hasta que terminé y salí, caminando hacia mi casa. Me encontré a Roc solo, a punto de salir a pasear a Kiara así que les acompañé por no tener nada que hacer.
Dimos un par de vueltas, hablando entre nosotros hasta que volvimos a casa. Yo cené y me quedé con él y Miguel, que ya estaba en casa cuando volvimos, en el sofá. Decidí irme a cambiar y a dormir, cuando Higuain me llamó.
- ¿Qué pasa? Estoy a punto de prepararme para irme a dormir.
- Pues vente a dormir a mi habitación.
- ¿Pasó algo?
- Sí, que ni ayer ni hoy nos hemos visto.
- Cierto.
- Pues te vienes y mañana tomás un taxi para ir a trabajar.
- Está bien.- dije después de un suspiro.- Iré.
- Chao, te quiero.
- Chao.
Terminé la llamada y puse mi pijama y lo que me pondría mañana en una mochila con mis cosas. Después volví a agarrar el maletín y me despedí de mi hermano, el único que estaba despierto, para decirle que me iba a dormir con Higuain.
Como él me dijo, fui en taxi hasta su hotel que estaba algo lejos de mi casa. Llegué y le pagué al taxista antes de entrar, saludar a los trabajadores e ir a su habitación.
- Hola.
- ¡Al fin! Creciste y todo.
- Que gracioso eres.- le fulminé con la mirada mientras reía dejándome sitio para pasar adentro.- ¿Te aburrías o qué?
- Demasiado, si ando mucho me canso con la muleta así que...
- Tú a descansar, así vuelves antes al fútbol.
- ¿Querés que me vaya?
- Quiero que no seas tan pesado y eso, es difícil.
Dejé mis cosas mientras que él me contaba que hizo ayer y hoy y luego me fui a duchar y a ponerme el pijama en el baño de la habitación. Salí y me acosté en la cama con él, que ya estaba listo para dormir cuando se me ocurrió una pregunta.
- Higuain.
- ¿Qué te pasa ahora?- él estaba boca arriba mientras que yo estaba de lado, mirándole. Abrió sus ojos y me miró de reojo.
- ¿Es verdad que Paulo está con otra?
- ¿Ahora e preocupás por eso? Me volvés loco.
- ¿En qué sentido?
- En los dos.- reí levemente y puso su cara de lado, mirándome.- ¿Por qué te preocupás ahora con quién está?
- Lo sabes perfectamente.
- Pero quiero oírtelo decir.
- Porque lo extraño, mucho.
- Bueno pues mañana tomamos un vuelo a Turín y se lo decís a él.
- Higuain.
- ¿Qué? Se quieren pero son tan pelotudos que se ignoran.
- No quiero hablar con él, solo quiero saber si ya encontró a otra.
- No, Martina, no encontró a otra.
- Está bien, buenas noches.
- Buenas noches, doble zeta.
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Friends (Paulo Dybala)
Fanfiction- ¿Te quieres casar conmigo? - Por supuesto que sí, Bruno. - ¡Genial!- sacó un aro de gominola de la bolsa y me lo puso en el dedo.- Seremos felices por siempre y juro amarte hasta el final. - ¿Lo prometes? - Sí. - Pues yo juro recordarte...