La Mansion Paranormal

- ̗̀ ⁺.ପ๑˭̵̵̵̵͈́ᗜ˭̵̵̵͈̀੭⋆̥*✧ ̖́-

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-- Es ...del tipo alto..-

Habían pasado casi diez minutos desde que lo dijo pero para el humano fue mas que un shock. Aún permanecía con la mirada fija en el pequeño que lo observaba nuevamente sumido en el silencio. Pero había hablado, de eso estaba seguro. Momentos mas tardes cerrando la boca para evitar comerse la fauna mosquital de la mansión, se tomo la molestia de atender a la respuesta.

Es ...del tipo alto...

Eso quería decir que la medicina es, de el elfo de oscuridad o SeungCheol, eran los tipos mas altos que había en el hogar. Asintió un tanto tarde y tapó el pequeño frasco. Hizo memoria pero no recordó ver a ninguno de los dos tomar algún tipo de medicina en ningún momento.

Quizás lo tomaban en secreto, siendo tan fuertes por fuera, podrían sentir algún tipo de vergüenza de ser tan débiles por dentro. Tenia sentido...pero, como se sentirían si fueran descubiertos? Los elfos tenían enfermedades como los humanos?

El elfo quizás lo mandaría a la antártida a morir de frío y SeungCheol no temería ensuciarse las manos él mismo. Mala idea, muy mala idea.

Miro al pequeño, quizás por eso no había hablado... Temía las represarías de sus palabras. Asintió al pequeño y guardo la botellita.

Pero no podía solo dejarlo pasar, tenia en sus manos la posible medicina de alguno y debía hacerla llegar a sus manos sin darse a descubrir. Porque si fuera al revés, Jisoo agradecería el gesto en silencio de ser necesario.

Debía tener un plan. Se propuso que la cena seria el mejor momento de observar.

Esa noche cenaron como era costumbre en grupo, la mayoría de presentes había pasado la tarde tras pistas y rastros que creían podían llevar a Tao, por lo que agruparse en la cena era una gran ventaja cuando se trataba de reunir la información de la búsqueda.

Conversaban acaloradamente sobre nuevas instalaciones con no sólo vampiros involucrados que se veían claramente sospechosos de alguna forma, porque aunque no podían asegurar su culpabilidad, y solo por lo visto o oído por los elfos era suficiente para tenerlos en la lista negra.

Chanyeol movía su pie nerviosamente, esa tarde mientras paseaba por una de las instalaciones de la lista había escuchado una conversación que le puso en alerta. Los vampiros o esclavos parecían ser problemas menores cuando un humano le confesó a un líder de aquelarre que traía informasion confidencial del "Amo Luzbel". Si siendo su raza una de las tantas enlasada a ese nombre, escucharlo de la boca de un humano cualquiera le pareció sorpresivo. Los demonios, tal y como dijo Jihoon podían ser un jodido dolor en el trasero y a esa ecuación sumarle al mismo amo de los infiernos auguraba una muy segura mala pasada...si la pasaban.

Sabia en el fondo que debía decírselo al resto, pero teniendo en cuenta el historial de malas decisiones de los pequeños humanos, era preferible solo hablarlo en privado con el Vampiro, que para su sorpresa parecía el único ser sensato en la enorme mansión.

Se removía inquieto, e incosiententemente llamó la atención de Jisoo, que sospechaba haber encontrado al dueño de la botella. Cuidadosamente y aprovechando un segunda de distraccion, deslizó el contenido en su vaso para cambiarlo con el del alto, un segundo después. Esperó aterrado al momento que lo bebiera, para su suerte eso sucedió un poco después.

-- Alguien vio a Baek?- Soo inrrumpio la densa charla.

-- mmmm no- contestó pensativo Minseok.

-- iré por él!!- salto el Yeol, buscando cualquier escusa para salir del comedor. Se puso de pie sin esperar respuesta y se encaminó a la habitación del azabache donde podía sentir que estaba.

Baekhyun libraba una feroz batalla naval entre Mr. Kuak y una esponja exfoliante para la piel, estuvo tan concentrado que hasta había pasado por alto la temperatura del agua, la cual ya estaba fría tras horas de abandono. El humano no sabía porque, pero ese día el agua tenia una fragancia cautivadora que lo había llevado de paseo por un sin número de sensaciones, en ese momento revivía su mas nostálgica infancia cuando solía hacer enojar a su madre por desperdiciar horas del día jugando en el agua. Baek debía admitir que sentía gran satisfacción y fascinación por el agua, por estar en ella...sumergido, en paz. Sentía que podía gozar de paz y tranquilidad hundido hasta la nariz bajo la tibia agua Y a eso añadirle una muy acalorada batalla entre dos reinos, lo convertían en una aventura como ninguna otra.

Suspirando sintiéndose nuevamente nostálgico tras su paseo por su pasado, tomo un poco de aire y se dejo cubrir por el agua, dejo a su cuerpo liberarse sintiéndose tentativamente acogido por el tibio abrazo del agua.

Bajo la superficie el ruido era un fantasma lejano, por lo que no estuvo preparado cuando el sacudon lo arrastro fuera del agua.

-- Estas bien? Que haces? Puedes oírme?- Baek lucho contra el aturdimiento y cambio de presión Mientras procesaba las preguntas de alto.

-- Que? Ha?- le respondió sin encontrar las palabras.

-- Que hacías bajo el agua!!- le gritó, le miro confundido

-- Bañarme...?- dijo titubeante, Yeol estrecho los ojos.

-- Bañarte, desde hace cuanto?...- la pregunta se realizo dos tonos mas bajos de lo normal. El humano medito la pregunta, desde cuando. Bueno un rato de seguro, pero no sabia cuanto exactamente, se había dejado llevar por sus memorias y ese olor...ese riquisimo olor. Sin pensarlo llevo su brazo hasta su boca, comenzando a lamer éste. Tras dar el primer mordisco gritó adolorido recibiendo otro grito de respuesta, pero esta vez con horror, del elfo.

-- Que haces!! Como vas a morderte!! Ya alejate de tu brazo!!- le fue ordenado mientras apartaban bruscamente la tierna carne de su boca.

-- Huele muy bien...- le contesto mientras el elfo lo cubría en una bata. Él si era consiente de la desnudes del azabache. Para salir de duda el alto olfateo el aire, encontrándose con el embriagador aroma, olisqueo pero el perfume solo llegaba hasta el pequeño. Sin soltarle los brazos acorto la distancia siguiendo el rastro pero por mas que olía aquí y allá, el cuerpo completo del mas bajo olía igual.

Era un aroma sutil pero cosentrado, adictivo en extremo, la risa del bajito le volvió a la realidad. Si, había estado recorriendo la piel del humano haciéndole conaquillas con su nariz.

Pero es que no podía para, lo vio, aún podía sentirlo en el aire y la urgencia de enterrar su nariz para llegar mejor al perfume, le hacia temblar las manos.

Era malo, Baek inclinó su cabeza buscando en una abertura de su bata un trozo de hombro, siendo el alto el que impidió a tiempo que volviera a lastimarse.

Colocó ambas manos tras la espalda del pequeño y las ató con la tira de la cintura de la bata. Tiro al pequeño sobre la cama y cubrió como pudo la piel al alcance de la boca del humano. Una vez asegurado suspiro pesado, siendo golpeado por el dulce aroma como una locomotora. Debía encontrar la raíz de la fragancia antes de que él mismo sea el causante de la desaparición del azabache.