Wine. Euforia

23. Ni un metro de cerca.

Me levanto gracias al dolor de cabeza, juro que es la última borrachera cuando trato de reincorporarme. Bostezo y me estiro, miro a mi alrededor tratando de asimilar lo que sucedió la noche anterior, sólo recuerdo ver el rostro de Yoongi junto al mío antes de cerrar mis ojos.

El agua está helada y así la dejo caer sobre mi cuerpo desnudo, aveces creo que me debo pasar toda la vida bajo mi regadera,  sin problemas y con la mente en blanco, tristemente no es así y soy obligada a salir a preparar mi desayuno que consiste en un pan tostado con una taza de café negro.
Recibo un mensaje de Young Lee preguntándome por el juicio y le cuento por mensaje, al final vuelvo a dejar el teléfono sobre la barra y seguir comiendo mi desayuno sin sentido.
Entonces mi teléfono comienza a vibrar, pero no me apresuro a contestar, Young Lee puede esperar a que termine mi café. Tomo mi insistente celular y mi corazón se acelera de inmediato que me hace ponerme de pie y caminar de un lado a otro sin dejar de mirar la pantalla; es una llamada, al fin de cuentas descuelgo y me llevo el teléfono a la oreja.

-¿Suga?
-¿amaneciste bien?
-si
-oh, eso está bien
-¿estuviste ayer aquí?

Silencio por diez segundos en la línea.

-si
-perdóname Yoongi, perdón si te dije algo que no debía
-no dijiste nada
-perdón por cualquier molestia de verdad
-bien. Debo volver a trabajar, sólo quería saber...si estabas bien
-estoy bien -sonreí.
-bien, adiós

Colgó la llamada y yo miré la pantalla después. Jamás vuelvo a beber y menos si cada vez que lo haga voy a llamar a mi ex, aunque debo admitir que me gustó escucharle y de tan sólo imaginarme que estuvo aquí me derrite el corazón.

La cena hoy es con Jinyoung, aunque creo que después de lo de ayer debo pedir serias disculpas. Llego a su casa con ayuda de un taxi, camino por su pequeño jardín antes de llegar a la puerta y llamar a esta.
Siento un hormigueo en todo mi cuerpo, me muerdo el labio inferior mientras práctico lo que voy a decirle cuando esa puerta esté abierta.
La puerta se abre dejándome ver al pelinegro, se cruza de brazos y sé que eso quiere decir que espera una explicación.

-hola -saludé mientras jugaba con mis manos un poco nerviosa.
-entra

Su voz no era nada amigable y eso fue lo que más me hizo sentir culpable. Entré a paso lento, Jinyoung cerró la puerta tras de mí para después pasarme de largo y caminar hacia su estudio, lo seguí.

-Jinyoung, perdóname yo...no quise gritarte el día de ayer
-olvídalo

Dio un sorbo a su café mientras con la otra mano acomodaba los pinceles.

-Jinyoung mírame al menos, sé que lo que hice ayer no es correcto, ni siquiera sé porque lo hice
-porque estabas ebria
-¿y eso qué?, ni siquiera debí de beber
-no voy a prohibírtelo -me miró.

Tapé mi rostro con mis manos y suspiré.

-déjalo así, cuando uno está ebrio actúa de mala manera -me consoló sin ni siquiera mirarme.

Llamé a Yoongi el día de ayer y el abrazar a Jinyoung puede ayudarme a olvidar, o al menos eso creo. Corro hacia él y me recibe sin ningún problema.
Sus brazos me rodean tan bien y siento como la culpabilidad va disminuyendo.
Pero luego un recuerdo viene a mi mente, es Yoongi tomándome en sus brazos; recuerdo que se veía tan juvenil, tal vez nuestra separación le sentó de maravilla, parece un adolescente.

-¿qué quieres cenar? -pregunté soltándolo de repente, él sólo me miró extraño.
-lo que quieras
-buscaré algún tutorial en internet.- ¿quieres ayudarme?
-vamos

Ambos preparábamos la cena, Jinyoung picaba la verdura mientras yo  la carne de cerdo.

-¿tienes delantales de cocina? -pregunté.
-están en el cuarto de lavado
-iré por ellos, ahora vengo

Besé su mejilla rápidamente para después correr a subir las escaleras, las subí de dos en dos.
Escogí dos delantales, me gustaba la idea de cocinar con Jinyoung porque a ambos nos gusta inventar platillos o copiarlos al fin de cuentas y me parece romántico también.
Bajé a saltitos las escaleras y después avancé hasta llegar a la cocina.
Jinyoung hizo una mueca con su boca, estaba enojado, lo sé; Su mirada está más que perdida en la pantalla de mi celular.
No dije nada, me imagino lo que está mirando. Cuando al fin me mira arroja mi celular a la barra y me pasa de largo.

Tardé en reaccionar, tal vez soy ese tipo de máquinas antiguas que no puede ser reparada por nada, que sólo funcionan de repente y con cualquier piedra en el camino dejan de hacerlo. Di la media vuelta y fui en busca del pelinegro, ¿qué le diré?, ni siquiera sé. Me siento mal a pesar de que no haya hecho nada malo, sé que no debí llamar a Yoongi ni responderle esta mañana, pero al fin de cuentas no pasó nada.
Jinyoung está en la terraza mirando hacia la nada y al escucharme entrar suelta un bufido.
Me acerco con cuidado, Jinyoung enojado es de temerse, no me gusta verlo de esta forma.

-ayer lo llamaste, por eso me pediste que me fuera
-no yo...
-la hora en la que lo llamaste es la misma en la que te dejé en tu casa, ¿crees que soy idiota?
-no, yo nunca creería algo así
-entonces ¿por qué juegas conmigo?, ¿te divierte esta situación?

Me sentí la peor persona del mundo, quería de repente arrojarme al vacío porque la culpabilidad me carcomía la carne. Sentí coraje, tanto conmigo y con Yoongi: conmigo por ser una completa tonta y con Yoongi por no salir de mi cabeza, suena absurdo pero me es imposible. Mis ojos se vuelven cristalinos y mi pecho sube y baja, no sé qué contestarle, no tengo el derecho.

-no llores -me reprende.
-no pensaba hacerlo
-no me chantajeas de esa forma
-¡no quiero chantajearte!

De repente siento que ambos somos propensos a perder el juicio.

-¡¿entonces?!, ¡¿qué carajo quieres de mí?!, ¿¡lo que te doy no es suficiente?!
-¡perdóname!, estaba ebria, sólo lo llamé y le reclamé el dejarme sola en el juicio -mentí.
-¿y esta mañana?
-él me llamó para verificar que estuviera bien porque en la noche de ayer no estaba cuerda

Mentí y de alguna forma me sentí Rachel, la mujer que siempre critiqué.
Jinyoung ahoga un grito de frustración, en cuanto a mí, trato de hacerme la fuerte y no llorar por más que ya no aguante el nudo en la garganta.
Ahora pienso muy bien lo que voy a decir.

-prometo ya no volverlo a hacer
-eso a mí no me asegura nada
-lo sé, pero te quiero y haré lo posible porque ambos estemos bien

Se queda en silencio, observando cada parte de mi rostro, como si tratara de convencerse a sí mismo de mis palabras porque también me quiere. 

-no te quiero cerca de Min Yoongi otra vez, ni un metro de cerca
-lo prometo