Wine. Euforia

77. Padre

Bueno, ¿Quedaría bien decir que el ambiente estaba muy dramático para la situación?
El sol comenzaba a asomarse un poco más aunque se sentía el frío todavía y las hojas de los árboles incluso formaban parte de esta mierda tan  sentimental.
Ambos estábamos caminando por una pequeña vereda de pavimento, mirando un punto fijo para evitar vernos a los ojos, yo miraba los árboles, las bancas y una que otra persona ejercitándose a lo lejos.

-Así que te vas a casar

Eso no sonó como una pregunta, aunque yo le respondí como si lo fuera.

-Lo voy a hacer
-Serás papá también
-Si

Mi padre se detiene y muestra esa sonrisa sarcástica que a mí nunca me ha gustado pero bien que me ha forjado.

-¿Quién lo diría?, el muchachito rebelde que tanto me costó enderezar al fin esta cambiado

Yo no respondo, solo lo miro, aquella mirada tan característica que no comunica absolutamente nada.

-¿En verdad Yoongi?, ¿lo estás?

Lamo mis labios y miro a otro lado.

-Tú no cambias incluso aunque tengas mujer y un niño en camino -afirmó.

Cierro los ojos y respiro hondo, sé que lo está haciendo a propósito, como siempre, pero debo tranquilizarme, debo demostrarle que...

-Dime, ¿cuánto va a durar?, ¿un mes? ¿Dos meses?, y peor aún, con una mujer occidental
-Basta, no me provoques o te juro que..
-¿Qué?, ¿Seguirás amenazándome como siempre? , tú jamás vas a aprender Min Yoongi, eso ya lo sé incluso aunque tú madre te mande a más de mil psicólogos, seguirás siendo el mismo

Tengo la mirada llena de furia, mis ojos se cristalizan y mi respiración se acelera, no puedo quitarle la mirada de encima, así como él tampoco.

-Creía que hablaríamos como dos personas civilizadas y maduras, pero al parecer eso nunca se podrá contigo
-¿Civilizado y Maduro? -suelta una pequeña risa -Yoongi, tú eres todo menos eso, te conozco, eres mi hijo

Es ahí donde ya no soporto más y mi expresión cambia por completo, mis labios tiemblan y mi mirada se entristece, suelto algunas lágrimas, estas recorren mis mejillas; yo rápidamente, al darme cuenta de lo que estoy haciendo las limpio con la manga de mi chaqueta.

-¿Por qué demonios lloras?, tienes que ser fuerte, ¿te lo he enseñado o no?
-¡Basta!

Suelto el llanto, ahora nadie puede detenerme. Todo mi pecho me duele y siento como mis piernas se debilitan, ¿Qué es este dolor?, el Min Yoongi que conozco ya hubiera desatado el infierno sobre su padre en mero parque, pero ¿porqué siento como si estuviese roto por dentro?, ¿Cómo si esperase algo a cambio?, ¿acaso quiero consuelo de mi padre?

-¡Tú nunca has estado para mí, tú no me has enseñado una mierda más que dolor! ¡Dime, ¿cuándo te comportarás como un verdadero padre?!

Veo que su expresión autoritaria aún sigue ahí, pero no ha hecho nada por callarme la boca; tomo aquello como señal y sigo desahogándome, por suerte no había personas tan cerca de nosotros.

-¡Dices que me conoces cuando en realidad ni yo mismo me conozco en lo más mínimo!, ¿dónde has estado todo el tiempo para preocuparte tan siquiera un poco en lo que siento?, ¿aunque sea  te importa?

Él no responde pero lo veo tragar saliva.

-¡¿Te importa?!

Mis mejillas estaban bañadas en lágrimas y juro que quería detenerme pero el nudo en la garganta no me ayudaba en lo absoluto.

-¡Respóndeme!

Tomo el cuello de su saco y lo pego con brusquedad al tronco de un árbol, él parece no alarmarse.

-¡Soy una mierda de persona porque estoy destruido desde muy pequeño, ¿no te das cuenta?!

Lo tengo tan cerca que es ahí donde veo sus ojos cristalizados, ¿eso es real? O ¿acaso está actuando?

-¿No te das cuenta que te necesito?...

Sollozo y no hay a dónde correr, no puedo huir después de explotar de esta forma, no sé si mi padre no es peligroso...pero quiero averiguarlo; escondo mi rostro en su hombro y lloro en él. No me interesó que me rechazara, en ese momento sólo pensaba en él.

Siento entonces sus brazos, no sabía si estaba tan mal que ya estaba delirando, pero disfruté aquel gesto, no sabía si duraría para siempre, no sabía si mañana volvería a abrazarme, pero ahí estaba yo, Min Yoongi derrotado por el amor de mi padre, refugiándome en él  como siempre había anhelado.