26.

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-mamá, podremos vernos. Jinyoung está ahorrando para que yo les mande dinero y vengan a vernos, prometo que les gustará París

Tenía el teléfono celular en mi oreja mientras guardaba mi ropa en maletas. Jimin había venido a verme, está sentado frente a mí y de alguna manera me incomoda su mirada, algo no está bien con este chico.

-mamá, los aviones son muy seguros -le arrojé una blusa en la cara a Jimin. -¡no pienso casarme aún!

Jimin sonrió.

-mamá, no sería buena esposa, soy un poco irresponsable. ¡Estoy bien así!, claro que pienso casarme algún día

Jimin comenzó a jugar con mi blusa en sus manos con una expresión seria.

-te voy a colgar, tengo mucho que empacar todavía. Te amo mucho, adiós, salúdame a papá

Terminé la llamada con una sonrisa.

-bueno ya, ¿qué tienes?
-¿piensas irte a París?

Ya encontré su punto.

-pues sí, ya te había dicho
-esta muy lejos
-si, pero tú y Young Lee podrán visitarnos cuando quieran

Seguí guardando ropa tratando de evitar lo que creí que iba a decir.

-Yoongi está desecho con esta noticia

Le miré. Era lo que menos quería escuchar, no quiero pensar que la tristeza que se carga sea mi culpa.

-no debieron haberle dicho
-se daría cuenta de todas formas
-pues sí, pero tampoco voy a detener mi vida por él
-tienes razón

Silencio entre ambos. Suspiró y luego se puso de pie, yo le miré también con desilusión en mis ojos. Jimin me trae muy buenos recuerdos con Yoongi, tal vez por eso es la única persona que permito que me siga hasta París, para que me recuerde que algo de esto fue real.
Me abrazó y duramos así un buen rato, yo derrame unas cuantas lagrimas sobre su cuello, Jimin casi era de mi estatura así que no tenía que pararme de puntitas para alcanzarlo.

-mira que horror, te manché
-no llores - pide con ternura, Jimin tiene cara de bebé.
-cuídalo mucho Jimin, por favor no permitas que haga otra tontería
-de acuerdo

Hablo como si Yoongi fuera mi hijo pequeño y temiera que hiciera travesuras pero es que me sigue preocupando de verdad.

Jinyoung y yo partimos dentro de una semana, tenemos todo preparado, él es tan organizado y sé que esto es lo mejor, aunque esta decisión me recuerda a una que hice tiempo atrás cuando lo deje todo por un futuro incierto aquí en Seúl. Esa tarde salí con Jinyoung en la motocicleta y me sentí bien, porque supe que ahí comenzaba nuestro futuro juntos.

-te enseñaré a conducir

Me reí, el viento movía nuestro cabello de un lado a otro, yo me aferraba de su torso.

-¿cuándo?
-ahora mismo y otro día te enseñaré a conducir el auto

Se estacionó junto a la carretera.

-tengo vestido
-abajo traes un short, aparte yo te cuido
-¡bien!

Me emocioné y baje para tomar su lugar.

-mira, pon mucha atención. Este es el acelerador, este es el freno y para dirigirla sólo la mueves así

Reí con nerviosismo.

-voy a encenderla e iremos lento, yo te ayudaré a conducir
-está bien

Las mariposas crecen en mi estómago y la adrenalina recorre mi ser. La echamos a andar aunque he de admitir que nos fuimos chuecos por mi culpa  y tuvimos que detenernos y volverlo a intentar.
La pasamos riendo todo el rato e incluso me llevó a comer helado, sigue burlándose de mi estatura y diciendo que parezco una niña de kínder por como me visto.

Wine. EuforiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora