Wine. Euforia

31. Recuerdos.

Aveces todos los recuerdos aparecen en mi mente como si fueran ráfagas, uno por uno, dañando mi integridad y mi tranquilidad, la ansiedad se ha vuelto mi cómplice desde que he estado sola y sé que dije que hablaría con Jinyoung, pero la verdad es que no le he contestado las llamadas y no le he abierto la puerta cuando ha venido a tocar durante una semana porque soy una cobarde de mierda que no sabe cómo afrontar sus problemas. Suga tampoco ha vuelto y juro que él es todo lo que necesito, ¿acaso no lo nota?
O ¿será que he vuelto a estar mal?, sólo sé que me siento la presa del problema, lo más lógico es que si lo sea, pero mi problema mayor es que no quiero salir de esto, es como si el masoquismo fuera placentero.
Tomo la decisión de hablar con Jinyoung porque quiero irme de aquí lo más pronto posible y tampoco quiero que se quede sin escuchar todo lo que me he guardado durante una semana; el día en que me enteré de la apuesta no pude ni quiera pronunciar palabra de lo que sentía, me la pasé llorando y bebiendo; aunque aprovechando la vuelta tal vez me pase al departamento de Yoongi a decirle también todo lo que me he guardado, suena como una buena idea.
Tomo un taxi y le doy la dirección de la casa de Jinyoung. Las luces de la ciudad me aclaran que por ser fin de semana hoy la fiesta no terminará pronto para algunos estudiantes que deciden celebrar en sábado, yo haría lo mismo si fuera ellos, de echo tal vez lo haga saliendo de la casa de Jinyoung.
Algunos chicos van riendo en grupo y yo sonrío al verlos, me agrada la idea de que al menos el mundo siga girando a mi alrededor. De pronto algo golpea el taxi con fuerza haciendo que mi cabeza vaya a dar al cristal de la ventana de mi lado, el golpe es tan fuerte que me arde toda la cabeza con un dolor incomparable haciéndome perder la conciencia casi al instante .