'Cada átomo de mi ser lo extrañaba.'
Nathalie sí, estaba sorprendida, pero también conmovida, maravillada y orgullosa por aquel que era su pequeño adoptivo. Adrien parecía tener algo de miedo al haberle confesado lo que a ella no se le había cruzado por la cabeza en ningún momento. ¡Pero finalmente volvía a confiar en ella! Desde el cumpleaños del chico había pasado, ¡oh, y ella había sido tan ignorante! El chico seguro había estado de lo más confundido cuando la frase le había aparecido en el brazo.
Nathalie repasó el escrito unas tres veces más con las yemas de sus dedos antes de regalarle una sonrisa comprensiva al muchacho. Entendía porque tenía miedo de decirle. Ella estaba tan metida en el trabajo, y en consiguiente con los padres del chico, que él pensaba en una gran posibilidad de que la noticia llegase a sus progenitores y todo se arruinara.
—No te preocupes. Tu secreto está a salvo conmigo. Estoy aquí para ti, recuérdalo.
Nathalie también le acarició la mejilla derecha a Adrien, para que sintiera el apoyo que le brindaría siempre. Ella no era una traicionera, y si el muchacho no quería que los Agreste mayores se enterasen de tan hermosa noticia, estaba bien. Adrien cerró los ojos, dejándose hacer ante el tacto de la mujer.
Peor el momento se interrumpió por el sonido de la tableta. Nathalie dejó ir a Adrien y se volvió para ver qué sucedía.
—Tengo que seguir trabajando. Y tú también, según entiendo aún no terminas tu tarea.
Adrien asintió, no tan abonado, pero dándole la total razón a la mujer. Ella sonrió con dulzura.
—Anda, cariño. Acaba, rápido, y podrás seguir escribiéndote con ella. Tiene bonita letra. Pero recuerda que tienes que lavarte la tinta antes de irte a acostar, ¿está bien, petit?
Ella. Bueno eso seguía siendo un secreto. Adrien no supo si sonreír, por sentir que aún mantenía algo a salvo, o sentirse mal por seguir manteniendo esa información bajo su dominio privado.
—Está bien, Nathalie.
Adrien sonrió apenas. La mujer le dio un pequeño beso en la frente, le revolvió los cabellos, y se fue de ahí, dejando la puerta abierta como antes estaba. Adrien se impulsó con sus pies para volver ante el escritorio nuevamente. Se revisó el brazo con mayor detenimiento. Nada. Agarró la pluma dispuesto a escribir algo más. Pero se detuvo pensando que nada era adecuado. Tenía tres pensamientos, y cada uno podría tomarse mal. Me gusta tu arte. Me gustaría volverte a ver.
" ¿También tú lo sentiste? " Adrien se preguntó mentalmente qué le sucedía. El recelo que sentía por Nathalie se había extinguido al tan sólo ver cómo ella lo aceptaba. Había siquiera sido ridículo pensar que ella no lo aceptaría, ¡si esa mujer lo había aceptado siempre, hasta mejor que sus propios padres! Sin embargo, y sin la presencia de Nathalie, Adrien volvía al mismo dilema. ¿Qué decirle al chico sin que lo dejara como un idiota? Ni idea. Adrien se arrepintió haber escrito la pregunta, sí, eso era idiota. Pero antes de que pudiera levantarse y lavar la tinta, la respuesta comenzó a dibujarse en su piel.
'tendras que ser mas especifico'. ¿Acaso se estaba burlando de él? Probablemente. <<¿Nathaniel utilizará mucho el sarcástico como Monique?>> se cuestionó el chico, porque si era el caso, sería complicado hablar con él, al menos al inicio. El humor de los demás era extraño para Adrien.
"El domingo en la plaza, ¿sentiste lo mismo? ¿Sentiste que" detuvo el mensaje abruptamente. <<¿Que el mundo te iba a cambiar para siempre al verme? ¿Que querías estar cerca mío tanto como yo deseaba estar abrazándote, besándote?>> sus pensamientos fueron más rápidos que su mano, y sus mejillas se encendieron al tan sólo recordar la intensidad de las sensaciones de aquel día.
'¿que sí te ibas me quitarías una parte de mi?' Adrien tuvo que parpadear varias veces, releer el mensaje unas cinco, antes de darle sentido completo a lo que significaban. Sí. Esas palabras eran las adecuadas. Eso era. ¿Pero acaso no Adrien seguía completo? Tal vez completo, sin embargo completamente trastocado. 'si. lo senti, Adrien Agreste'
Adrien sintió algo en su garganta, como si se la jalasen al interior más profundo de su ser. Quería sonreír, pero también quería atesorar eternamente esa tipografía, que pensaba que era bastante bonita, con la cual estaba escrito su nombre. Y antes de su nombre estaba la confirmación. ¡Lo había sentido!
"Sí. Eso."
El joven se quedó unos minutos como tonto mirando su brazo, admirando la letra, los mensajes. Qué bien se sentía, comprendido. Sin embargo su felicidad no duró tanto tiempo al recordar que tenía que terminar su tarea y demás ejercicios de castigo. Sus labios produjeron una mueca. Rodó los ojos y se concentró unos minutos en los ejercicios. Una página y técnicamente era libre.
Uno. Completado. Dos. Hecho. Tres. Resuelto. Cuatro. Ya estaba. Para nada complicado, y mucho menos considerando que Adrien era el mejor de su clase en cuanto a operaciones matemáticas se refería. Y gran parte de lo que veía en su clase de física eran problemas en que se tenía que calcular algo.
Tomó una pluma, y se fue a acostar en su cama. Ya tenia lo más importante, la escuela, hecho, ya si volvía Nathalie le diría que todo estaba listo. De cierta manera la mueve había tenido razón, unos cuantos minutos más haciendo la tarea, fin del deber e inicio al ocio. ¿Acaso Nathaniel era un ocio?
"No sé qué más escribir." Admitió Adrien. 'lo que quieras, supongo' ¿Qué quería escribir Adrien? Muchas preguntas. Preguntas sobre su vida, sobre él, sobre lo que le gustaba y lo que no, la música que escuchaba, sus aficiones, su familia, sus amigos, su vida académica. Pero, esas preguntas seguramente sabrían mejor si podía ver la expresión de su rostro cuando las contestase. Adrien se lo imaginó, pero no podía estar seguro de cómo arrugaría el ceño cuando hablase de alguien a quien no me causaba la menor simpatía, o la sonrisa que pondría al recordar recibir algún premio (¿habría recibido algún premio alguna vez?). " ¿Podré volver a verte? " fue la pregunta elegida entre la tormenta de cuestionamientos que el chico tenía. 'desearia verte otra vez' escribió el otro. Adrien también lo deseaba. "Yo también."
¿Pero cuándo?
Vaya. Creo que se nota que hago lo que se me da la gana. 🤷🏻♀️
Digamos que haré maratón hasta el domingo. Un capítulo por día.
ESTÁS LEYENDO
Perfectly Imperfect
Fanfiction'Nuestras almas están conectadas.' Cada día desde los nueve años le aparecían dibujos en su piel. Aparecían en sus manos, en sus tobillos, en sus muslos. También aparecían en su espalda y más frecuentemente en sus brazos. Todos los días cambiaban d...