Epílogo.

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Nathaniel no dejó de ser inspeccionado detenidamente por la mirada de Chloé hasta casi un mes después, tal vez un poco más. Adrien prometió que hablaría con ella y lo hizo, tomándose su tiempo, claramente. Nathaniel no le replicó nada, no le exigió que se diera prisa, simplemente aceptó y entendió que Adrien seguía necesitando tiempo. Por otro lado, Chloé no era tan mala como aparentaba, había hasta dejado en paz a Marinette por un buen rato gracias a eso. Y, bueno, a pesar de que Chloé pensara lo que pensase, no iba a hacerle la vida miserable, podía ser molesta pero no era tonta. Por supuesto que no se disculpó por las inconveniencias al final del mes.

Aunque lo consideró, no creyó bueno decirles a sus amigas lo que tenía con Adrien, no todavía al menos. Si bien no eran pareja, sí tenían algo que sólo ellos dos compartían, como prácticamente los dibujos de toda su vida. Adrien aceptó eso, murmurando algo con respecto a que tenían más tiempo. Nathaniel, en cambio, nada más quería empezar a conocer a Adrien de verdad. Alya, por su parte, sí le preguntó cómo había ido todo, y él se excusó diciendo que había estado bien. Claro que la chica insinuó algo sobre que él tenía una relación secreta con una chica, pero Nathaniel no le prestó atención, tal vez no lo desmintió porque tendría que mostrarle pruebas y no estaba listo ni dispuesto a hacerlo. Esa historia inventada por Alya la aceptó como si así fuera de verdad, pero no tuviera que ver con él exactamente; eso porque el chico no podría nunca evitar que Alya se hiciera ideas con la vida de los demás, ella era así y debía de aceptarlo. Y cuando le dijera, seguramente tendría una buena anécdota que contar y Alya se empeñaría más en mejorar sus habilidades de periodista, a ver si la próxima vez sí logra averiguar la verdad.

Mientras los días, las semanas y los meses fueron pasando, Nathaniel siguió hablando con Adrien, como ambos podían. Adrien a veces estaba muy ocupado estudiando, otras Nathaniel estaba muy ocupado con su familia, o sus amigas, o simplemente pintando. Y Nathaniel no le exigió que diario se vieran o se comunicasen, porque ambos tenían una vida, y no todo lo que acontecía en ella tenía que ver con el otro, y, además, no de la noche a la mañana se puede escapar de la torre y tener su vida compuesta. Afortunadamente, el temblor en las muñecas de ambos comenzó a ser más llevadero, con el tiempo, y Nathaniel pudo seguir trabajando en sus bosquejos.

Por otro lado, Adrien comenzó a mover sus cartas con mucha lentitud pero mayor cuidado. Tal vez no pudo parar e irse así sin más del proyecto de su madre, pero comenzó a hablar con ella un poco más abiertamente, comenzó a decirle qué era lo que realmente pensaba. Y sí, eso no era trabajo fácil, su madre era una mujer temperamental, una jefa sin lugar a dudas y a la que no era fácil controlar. Pero, sorprendentemente, y tras unas discusiones, la mujer fue aceptando lo que el chico decía, al menos lo comenzaba a escuchar de verdad. Adrien también aprovechó esa oportunidad para no dejar sola a aquella chica que su madre había pescado. Marinette Dupan-Cheng era una chica agradable, talentosa, inteligente y muy cuidadosa con su trabajo. Que Adrien estuviera acompañándola fue beneficioso para ambos. Adrien consiguió una nueva amiga, aunque a Chloé no le agradara nadita, y Marinette estaba con alguien quien le inspiraba confianza y la apoyaba en sus sueños.

Claro que también Marinette tuvo, inevitablemente, un pequeño crush con Adrien unos meses después. Pero todo se vino abajo cuando ella descubrió que Adrien y Nathaniel se conocían muy bien. La chica se resignó, porque no había de otra, no podía intentar algo con alguien y llevarse a su amigo a su costa. No era justo y así tampoco era ella. A los dos los felicitó, y ambos la miraron como si hubiese descubierto un secreto escandaloso. Marinette no los vio en medio de una escena indecente, en realidad los chicos no compartieron más que un par de palabras y tal vez un apretón de manos o un semi-abrazo, pero Marinette no era ciega, ni fue la única que comenzó a darse cuenta de que esos dos encajaban muy bien.

Poco a poco los chicos comenzaron a verse más. Monique y Nino conocieron a Nathaniel de forma oficial casi un año después del inicio de todos los eventos narrados aquí. Ambos no lo quisieron creer al inicio pero luego le preguntaron a su amigo si era gay o si era su pareja destinada, Adrien sólo rió y les dijo que algún día les contestaría eso, que le dieran tiempo. Monique quería insistir más, pero Nino mostró su apoyo incondicional de inmediato y la chica se aguantó las ganas, no podía ser así de infantil. e igual ya había esperando algo de tiempo entonces un poco más no le haría daño.

Nathaniel y Adrien no era que realmente ocultaran que se conocían o se entendían, eso quedaba más que claro hasta para las personas que los veían pasar, ambos se veían como si pudieran leer la mente del otro, o, al menos, esa sensación infundían cuando estaban juntos. Claro que Adrien nunca dejó de tener un enredo en la cabeza ni éste dejó de pertenecerle solamente a él. Nathaniel nunca dejó de poder leer sus acciones como a un libro abierto, y Adrien comenzó a aprender a leer las de él de a poco, prestándole determinada atención y conociendo sus hábitos.

Tal vez no fueran los dos de la mano por la calle, o dándose besos aquí y allá, comprándose obsequios por fechas específicas, tal vez a veces no se hablaban por una semana, no obstante, eso no evitaba que poco a poco y juntos fuesen construyendo lo que se tardaron dieciséis años en entender que tenían. Era un regalo del destino, uno que Adrien podría cuestionar todo lo que quisiera sin poder cambiarlo. No eran pareja, no eran novios, no tenían claro si se casarían, pero sí sabían que tendrían que estar  juntos, a pesar de sus defectos. Algunos veían eso como algo bueno, otros como algo malo, ellos simplemente lo aceptaron y quisieron darse unas cuantas oportunidades, porque la vida no se trata de vivirla como si fuera miel sobre hojuelas todo el tiempo.

Esto no tiene un final concreto, a menos que simplemente quieran que les relate el final de su vida, pero ésta conlleva a que más tarde volverían a la Tierra y se volverían a buscar y juntar. Estamos en medio de un proceso, y tenemos que llevarlo a cabo, a veces uno hasta se sorprende en el camino.

A veces las cosas están hechas para parecer perfectas pero siempre tienen sus detalles. Y tal vez Adrien y Nathaniel estaban hechos perfectamente para estar juntos a pesar de ser imperfectos ellos mismos. O, al menos, así es como ellos lo entendieron.


Hola, hola. Ya es el final. Tarán. Ahora sí, espero quieran expresar sus opiniones de la historia, recuerden que se aceptan comentarios constructivos, que así podre mejorar mis historias y ustedes su experiencia al leerlas.

Sólo quiero agradecerles de todo corazón su apoyo a esta historia a través de todos estos años, a pesar de que luego la dejé pausada como dos o tres veces por periodos algo largos o todos los capítulos tenían el mismo entusiasmo o el cuidado que necesitan. Gracias por estar ahí a pesar de todo, me divertí mucho escribiendo esto, la mayoría del tiempo, pero también hubo momentos en que pensé dejarlo, y luego vinieron sus votos y sus comentarios que me hicieron reconsiderarlo, porque toda obra no está completa hasta que alguien más la lee y la vuelve suya. Yo escribí esto, dediqué tiempo y esfuerzo, pero ahora les pertenece, les pertenecerá todas las veces que la lean, que hagan que esta versión de Nathaniel y Adrien & co. cobren vida. Espero que la hayan disfrutado, y espero que estén dispuestos seguir leyendo.

Momento de spam:

Si están interesados, tengo en mi perfil otras historias de Nathaniel y Adrien, aunque bien prácticamente son de la misma serie, podrían darse una vuelta por allá. También tengo fanfics drarry y percico, aunque no todos estén terminadas, lo siento. Los invito a pasar por ahí, a ver si encuentran otra cosa de su agrado.

Fin del momento.

Ya esta nota acabará siendo más larga que el mismo epílogo, por Dios. Ya nada más termino con otro gran agradecimiento, y espero que en estos momentos de crisis en serio se guarden en sus casas, tengan cuidado. Y también, si gustan hablar o algo, pueden enviarme mensaje privado, si quieren. Yo intentaré contestar lo más pronto posible.

Tal vez no en esta historia, pero espero que volvamos a coincidir pronto, todavía tengo historias qué contar y espero que ustedes quieran leerlas. Un abrazo desinfectado.

Bye bye.

Perfectly ImperfectDonde viven las historias. Descúbrelo ahora