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'Ellos dicen que va a estar bien, pero ¿cuándo?'

Adrien se dirigió a la parada de autobús donde había quedado con sus amigos. Cuando llegó Monique y Nino estaban jugando Lucha de Pulgares, con la ventaja de Nino por sobre la chica.

—Ríndete. Mis pulgares son más fuertes por el técnicamente nuevo arte de jugar videojuegos —dijo Nino con un tono de autosuficiencia que hizo sonreír a Adrien. ¿Qué tanto estaban aburridos sus amigos?

— ¡Nunca! —declaró la chica, moviendo el codo hacia arriba en un intento para ayudarse a sacar su pulgar derecho de abajo del de Nino.

—Uno, dos, tres. ¡Gano yo!

Nino, alegre dejó libre por fin el pulgar de la muchacha. Nino alzó los brazos, sintiéndose triunfante.

—Oh, sí. ¡El campeón local de Lucha de Pulgares no se moverá de su puesto, señoras y señores! —exclamó casi como si fuese su propio anunciador. Levantó ambos brazos como un ganador.

—Agh, demonios, perdí de nuevo —se quejó la chica cruzándose de brazos.

Adrien soltó una risa al acercarse a ambos, Nino alzando los brazos y dándole la espalda a Monique, y la chica haciendo una mueca.

—Qué tal chicos —saludó el rubio.

Monique volteó, jalando al chico moreno por su jearsey.

— ¡Ey! —se quejó él, antes de volverse y encontrarse con Adrien. Una sonrisa iluminó su rostro—. ¡Vaya, Adrien ha logrado salir! Entonces, ¿ya nos vamos?

—Ni que llevaran todo el día esperándome —dijo Adrien en forma de broma.

Monique y Nino intercambiaron miradas. Adrien ya no sonrió tanto. ¿En serio lo habían estado esperando todo el día o algo así?

— ¿Acaso ustedes...?

Monique y Nino sonrieron cómplices.

—Obvio, no. No hemos estado aquí esperándote desde hace minutos, en realidad apenas salimos de mi casa —contestó Monique—. Habíamos estado jugando videojuegos.

Adrien alzó una ceja.

—No tenías que especificarlo.

—Y es por esas horas extra de entrenamiento que yo he vencido —comentó Nino aun regocijándose en su victoria en la Lucha de Pulgares.

Adrien se rió ante la victoria de Nino sobre Monique. La chica rodó los ojos.

—Sí, claro —Adrien se metió entre ambos chicos y les sonrió amable a ambos.

—Ya entendí —interrumpió quejumbrosamente Monique—. Mejor vámonos.

Monique hizo ademán de irse, no obstante fue tomada del brazo por Adrien, deteniéndola.

— ¿Sí? —preguntó ella volteando, inocente.

—Sabes que tenemos que tomar el autobús.

—Ah, claro. Obviamente sabía. Sólo quería ver si tú estabas al pendiente de mis movimientos —se excusó la joven chica. Adrien esbozó una sonrisa, rodó los ojos.

—Claro, y de mi plan también. Vamos a abordar ese autobús, tiene que tener la ruta 43, y yo los iré guiando. Chloé me envió las indicaciones por mensaje.

—Entonces ella, que lo sabe todo, ¿por qué no va a estar con nosotros?

—Porque la odias y ella lo sabe.

Monique se rió ante las palabras del chico moreno. Nino intentaba lucir serio, no obstante acabó por sonreír.

—Sí, no me agrada, pero eso no hace que no la acepte.

Adrien carraspeó, interrumpiendo el súbito tema de conversación. Posiblemente Monique comenzara a quejarse hasta no callar de Chloé y eso sería un martirio.

—Mejor hablemos de otra cosa. ¿Qué estuvieron jugando?

Monique se encogió de hombros, dejando a Nino el tema de discusión. Sí era la casa de la muchacha, no obstante la mayoría de los videojuegos que tenía era a causa de Nino, el experto en éstos, en música y en blogs. Adrien escuchó atentamente durante los siguientes cinco minutos, hasta que por fin un autobús azul y blanco apareció a la vista y se estacionó frente a ellos.

Nadie bajó en esa parada, en realidad casi no había nadie en el autobús. Los tres jóvenes se fueron a sentar al fondo del autobús, cerca de una de las salidas. El transporte no tardó casi nada en continuar su suave avance por la ciudad después de que los muchachos pagasen su boleto y se sentaran. Mientras que Nino continuó hablando de las batallas virtuales que tuvo con esta Monique. Adrien asentía con la cabeza la mayoría de las veces y escuchaba sin agregar mucho, él no jugaba videojuegos, ¿cómo podría comentar algo sobre gráficos o movimientos que apenas entendía gracias a su amigo? Monique se quedó viendo por la ventana, en cambio.

Unos minutos después Adrien se encargó de guiar la operación a través de la ciudad. Iban algo más lejos de lo que quedaba la casa de Chloé, pues claro que aquellos serían los rumbos de sus compañeros de colegio. Tuvieron que subir a dos autobuses más y caminar unas cuantas calles. Adrien a la cabeza les presentó el centro comercial cuando lo tuvieron enfrente.

—Ahí está. ¿Eh? No soy tan malo guiando.

—Si pudieses conectar tu cerebo con un satélite serías la Inteligencia Artificial más desarrollada hasta el momento —dijo algo sarcástica Monique.

—Monique —se quejó Adrien en cambio—, eso ya no sería considerado Inteligencia Artificial, ya que mi inteligencia me pertenece a mí, a un ser vivo real.

Monique chasqueó la lengua.

—Como sea, vamos a buscar a esa chica de una vez. —Adrien se encogió ante el pequeño golpe amistoso recibido en el hombro y de parte de Monique—. Venga chicos.

Monique comenzó a adentrarse al centro comercial con paso seguro. Nino le dio una palmada en la espalda a su amigo rubio antes de comenzar a seguir a la chica, agregando un comentario.

—No te preocupes, saldrá bien todo.

<<Ojalá y sí salga bien >>pensó Adrien, algo temeroso ya teniendo ahí enfrente a esa estructura de concreto, metal y vidrio. Tomó aire. <<Venga Adrien, este es un día diferente. No te escapaste de casa y escalaste por la ventana por nada. No le metiste a tu padre ni a Nathalie para que te quedes aquí mismo, parado como un poste. Chloé no te envió todo lo que hizo para que tú te quedases sin hacer nada>> se dijo, intentando subirse el ánimo. <<Es un día diferente. Y eso puedo utilizarlo en mi ventaja.>> Suspiró. Y comenzó a dirigirse al interior de aquel edificio donde en algún lugar estaría por toparse nuevamente con el muchacho pelirrojo al que no quería olvidar pero le daba un rostro nuevo cada día.

Perfectly ImperfectDonde viven las historias. Descúbrelo ahora