55.

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'Eres mi secreto más evidente'.

Danns Vega.

Lo que menos esperaba ese fin de semana era encontrarse con ella, tocando la puerta de su casa y preguntando por él. ¿Qué carajos hacía allí?

—¿Me dejarás pasar o no? —preguntó ella, con un deje de fastidio en el rostro.

A él le hubiese encantado responderle que no, que se fuera a la mierda y cerrarle la puerta en su cara de haber pisado mierda. Pero se contuvo, y de la manera más amable le dijo:

—No.

Claro, conciso. Y a ella no le gustó la respuesta. Era un ganar-ganar para él. No quería a esa chica dentro de su casa cuando no tenía porqué estar ahí. Y, volviendo a lo importante, ¿por qué estaba ahí? No tenían ningún proyecto juntos.

—¿Qué haces aquí?

La chica hizo uso de toda su paciencia para no hacer a un lado a Nathaniel y pasar. El sentir que la podían escuchar oídos chismosos la ponía nerviosa. Ella sabía que el asunto que había entre Nathaniel y Adrien era delicado y mucho más cuando eso involucraba que ella tenía que ir a investigar con Nathaniel. No era un mal chico, pero tampoco se le hacía la mejor simpatía del mundo. Al menos el alma gemela de Adrien no había resultado Maritonta. Claro que nada de eso lo sabía Nathaniel, y por tanto, estaba decidido a no dejarla entrar a su casa.

—Déjame entrar y te lo cuento.

La chica hizo amago de ingresar. Nathaniel salió de ella y cerró tras de sí. Chloé lo miró como si quisiera matarlo, a Nathaniel no pudo importarle menos, pero, por amabilidad, no rodó los ojos.

—Entonces no quiero saberlo, qué tengas buen día.

—¡Espera!

Nathaniel se quedó quieto, esperando saber qué carajos Chloé quería lograr con eso.

—¿Qué?

—Tiene que ver con... él.

Él. Él. Él. ¿Podría ser? Nathaniel se negó a creer que algo le había pasado a Adrien. Él estaba enterado que ellos dos eran amigos, cosa completamente sorprendente (¿Cómo un chico tan lindo como él podía ser amigo de una bruja como aquella? Ignoren el lindo en esa frase). Pero, eso no quería decir que él debía de soportar de más a Chloé. Nathaniel era medianamente amable con ella, y en general no le hacía ni caso. Así no se metía en problemas y estaba respetando su amistad con el chico (lindo) de ojos verdes.

—No sé de qué hablas —contestó haciéndose imbécil. Como si no supiera que sus dibujos no pasaban a estar en la piel de otro, como si las veces que ha visto a Adrien fuera un simple sueño hace millones de años, o como si el dolor que sentía no fuera real.

—Por supuesto que sabes, y si no quieres que nadie más se entere, seguro tus amigas harán un escándalo, tendrás que dejarme pasar.

Nathaniel no se inmutó.

—¿Qué te hace pensar que mis amigas no lo saben?

—Porque las he escuchado molestarte con el tema, "una chica" misteriosa que te hace comportarte como un idiota.

—¡Oye!

—Déjame pasar.

—Shh —la calló, Chloé ya estaba gritando de indignación—. Está bien. Ya.

Nathaniel había sido vencido por esa pobre amenaza de Chloé. ¿Por qué? Simple. No quería todavía hablarlo con sus amigas. Él sabía que no se pondrían pesadas en un sentido homófobo, pero sí lo se pondrían pesadas como unas buenas amigas, pero él primero quería tener claro que esto era real. No era como si Adrien fuese una ilusión, pero casi parecía eso mismo. A pesar de que le contestaba las llamadas y los mensajes, a pesar de que admiraba sus dibujos más privados, a pesar de sus hipnotizantes ojos, no parecía real. Así que Nathaniel rezó al cielo que Chloé no hiciera un desastre de su tarde y la dejó entrar.

En casa estaban los padres de Nathaniel, su mamá en la sala leyendo un libro y su papá en la cocina haciéndose un bocadillo (aún después de haber comido). La madre de Nathaniel, una mujer pelirroja de unos ojos verdes que los observaban curiosos fue quien los detuvo e hizo la pregunta.

—¿Quién es tu amiga?

Oh, claro. Su madre no había estado presente las, realmente, pocas (y que continuará así por favor) veces en que Chloé había puesto una de sus suelas de diseñador en su humilde hogar. Entonces no tenía ni idea de quién era ella. Nathaniel estaba a punto de decir algo rápido, en plan: una compañera de la escuela y vamos a hacer un proyecto, estaremos en mi cuarto.

—Soy Chloé Bourgois, señora Kutzberg es todo un placer conocerla al fin.

—Oh, el placer es todo mío, querida. ¿Qué haces aquí?

—Vengo por un proyecto, madame. Supongo que Nathaniel se lo habrá mencionado.

—Oh. Lamentablemente mi hijo no ha sido capaz de decirme. Pero, estás en tu casa. Adelante.

—Muchísimas gracias, madame.

Chloé comenzó a dirigirse a la habitación de Nathaniel, donde tendrían una muy seria charla, mientras que el dueño de la misma se quedaba estático en su lugar.

—Nathaniel —lo llamó su madre, con una sonrisa.

El chico se volvió, solo para verla, pero no podía decir palabra.

—Es amable y encantadora —aquella imagen debía de ser un sueño que pronto se transformaría en pesadilla. Sí, porque solamente podía pertenecer al terreno de lo onírico. ¿Cómo carajos Chloé-Me-Pertenece-El-Puto-Suelo Bourgois estaba siendo amable y encantadora con su madre—, pero por favor, deja tu puerta abierta no quiero encontrarme con algo nada adecuado para tu edad.

Y ahí estaba la pesadilla. ¿Él con Chloé Bourgios?, ¡primero con un perro rabioso y con pulgas que con ella! Nathaniel por poco da una arcada o algo para enseñar que aquella otra imagen era una suposición del asco. Sin embargo, logró contenerse, eso no le hubiese agradado a su madre.

—Claro, ma. Pero, sólo es un proyecto.

—Prefiero que me taches de sobreprotectora a que termines con una criaturita aún en el lycée.

¿Su mamá acababa de decir eso? ¿En serio? Pues Chloé había cumplido con lo que presuponía su presencia en su vida. Volver su tarde una mierda. En unos cinco minutos, vale, eso era un nuevo reto.

—Sí, mamá. Está bien.

Y Nathaniel se fue arriba para poder bien aventarse por la ventana de la horrorosa imagen en su mente gracias a las insinuaciones extrañas de su madre.

Sé que no es mucho ni tan bueno, pero el siguiente se pondrá mejor, seguro. :)

Gracias por seguirme con esto, los aprecio mucho. ❤️

Qué tengan bonita semana.

Bye bye.

Perfectly ImperfectDonde viven las historias. Descúbrelo ahora