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'Algún día, viviré en teoría, porque en teoría, todo está bien.'

Era una súplica. Como si estuviera sufriendo internamente la ausencia de Nathaniel. Y a Chloé no le gustaba en lo absoluto ver a Adrien suplicando por alguien, mucho menos suplicándole a ella. La joven rubia tomó entre sus manos las del propio Adrien y lo miró a los ojos. Verde contra azul, esmeralda contra zafiro. Chloé acarició con las yemas de sus gráciles dedos la epidermis de los dorsos de las manos de de Adrien mientras intentaba ordenar sus pensamientos. Ella sabía que Adrien estaría muy confundido, muy obvio había sido para ella, pero no había reparado tanto en ese detalle. Adrien no sabía comunicarse con las personas, cómo ligar o salir a una cita. ¿Eso sería ir muy rápido? También estaba el punto que Adrien era demasiado lógico, cualquier comentario estaría mal.

—Adrien —ella pronunció el nombre del contrario con lentitud. Adrien estaba expectante, esperando a que su problema se solucionara con la sabiduría de su amiga. Sin embargo ella misma no sabía cómo atraer a Nathaniel para que volviese a salir con su amigo—, ¿cuándo dejarás de estar castigado?

—No lo sé. Llevo tres días así y me ha parecido eterno.

—Normalmente así son los castigos. —Chloé suspiró. Sus ojos azules se fueron al enredo de sus manos con las de Adrien. La piel del muchacho era suave porque no tendía a hacer muchas cosas al exterior (ya no, al menos) y se la pasaba con un lápiz o libro en mano—. Adrien, ¿luego hablaste con él, de alguna forma, por mensaje, celular o algo?

—Sí. Me dijo que él también había sentido eso que yo y que quiere nos volvamos a ver. He hecho listas de qué quiero saber, qué quiero preguntarle —dijo Adrien como niño pequeño, ilusionado.

Chloé sonrió, dejándose llevar por la ilusión de su voz, por la calidez de la verdad. Esa honestidad era linda. Esa emoción era tan infantil que enternecía. Adrien estaba experimentando algo completamente nuevo y diferente, y eso estaba bien.

Adrien le devolvió el apretón de manos, sonrió, aunque se sentía ansioso. <<Por favor, Chloé, dime qué hacer.>>

La chica carraspeó.

—Bueno. Si quieres verlo no puede ser en tu castigo, a menos que te vayas del colegio o te lo topes en la salida, cosas así, que no podría pasar porque...

— ¿Por qué no?

El foco dentro de la cabeza de la chica se encendió, ¡eso era!

—Porque tu padre te quiere cerca, o así es como entiendo el dilema. Aunque creo que podríamos hacer algo para que no tengas que alejarte de papi y puedas estar con Nathaniel al mismo tiempo.

— ¿Cómo sería eso?

Adrien la miró completamente confundido. Sí. La visión de que Nathaniel y si estuvieran en la misma estancia con él era muy extraña. Ni antes de ese comentario sele había ocurrido semejante barbarie.

—La escuela está organizando un evento que incluye a los chicos de segundo año*. Éste será una presentación abierta al público y vamos a exponer ideas innovadoras de algún tema.

Eso no parecía resolver la duda de Adrien, todo lo contrario, la hacía más grande.

— ¿Se te fundieron los fusibles o qué, Adrien? Lo que estoy diciendo es que en esa exposición habrá cosas que podría interesarles a tus padres, y de paso podrás ver a Nathaniel.

—Oh. —Al entender las intenciones de Chloé no pudo evitar sonreír—. ¿Cuándo es?

—Dentro de dos semanas.

Perfectly ImperfectDonde viven las historias. Descúbrelo ahora