—Llegamos— anunció Chris parando en auto, me saqué el cinturón y esperé a que me abriera la puerta.
Eso ya se me hizo costumbre, siempre lo hace y me gusta demasiado así que no me opongo.
—Gracias— le sonreí.
—Sabes que me gusta hacerlo— me guiño un ojo.
—Siempre me tratas como a una princesa— negué divertida.
—Es que para nosotros y para mi lo eres— depósito un beso en mi frente —Vamos que nos están esperando.
Asentí con la cabeza y entramos al bar. Busque con la mirada a la persona que tanto extrañe y lo encontré sentado en una mesa solo, tomando café.
Cuando nuestras miradas se cruzaron una amplia sonrisa se formó en su rostro. Se levantó y yo me acerqué a el.
—Ya te extrañaba, estúpida— nos abrazamos.
—Yo igual, idiota— beso mi frente.
Me di cuenta que casi todas las personas que me rodean hacen eso.
—Jones— ambos estrecharon sus manos —Tiempo sin verte.
—Lo mismo digo— contestó Chris.
—Sientense por favor— tomamos asiento —Me tome el atrevimiento de pedir un latte y torta de chocolate— me guiño un ojo mientras me lo colocaba en frente.
—Gracias— le sonreí.
—Lo lamento, no sabía que vendrías acompañada— se disculpó —Pero podemos pedir algo.
—No hay problema, no quiero nada— habló Chris.
—Esta bien— asistió con la cabeza —Y cuéntame Mad ¿Como has estado?
—Te dije que no me llames de ese modo— lo mire sería.
—A mi me gusta más ese nombre— se encogió de hombros —¿Estas preparada para empezar el año?— cambio rápidamente de tema.
—Si— trate de olvidar que siempre tenemos ese problema —Los chicos ya están todos en casa.
—Nosotros igual— habló como quien no quiere —Solo faltó yo y en un par de horas tomaré un avión.
—Espero que tu viaje sea tranquilo.
—Mad, debes escucharlos, al menos decirles que estás bien, te extrañan y están preocupados por ti— levanté mi mano para que se callara.
—Ya hablamos de esto Patrick— lo mire muy seria —No quiero saber nada de ellos y tampoco quiero que sepan algo de mi. Y tu me prometiste que guardarias el secreto.
—Y lo hago, cuando me preguntan siempre niego, les digo que no tengo contacto contigo— eso me llenaba de tranquilidad —Pero debes saber la verdad, al menos deja que te explique yo.
Negué —No Patrick, eso sería abrir una herida que ya está cerrada.
Mire a Chris, quien como siempre, se queda callado ante este tema, sabe que es delicado.
—Pero no es lo que piensas...— lo interrumpí.
—Entiende que no me interesa— hablé con enojo en mi voz —Yo no quiero saber nada de ellos, no los necesito, he aprendido a no pensar en ellos y me gusta mi nueva vida.
—¿Cuál? ¿La de chica mala?— habló con repulsión —Tu no eres eso, todos te conocen, menos los chicos, te creaste una fama solo para ocultar lo que eres, una chica tímida, inteligente y amable.
—No— lo mire mal —Ya no soy eso, deberías saberlo. Yo no siempre fui eso que conociste y lo sabes perfectamente. No me gusta ser eso, me gusta mi libertad, ahora puedo ser quien soy sin miedo de nada. Ya no soy la tonta que crees.
—Yo no...
—Mitchell, entiende que volví a ser quien yo era, esa chica de hace 5 años atrás— hablé sin expresión en mi rostro —Deberías estar feliz por mi.
—Lo siento— no parecía una disculpa —Pero no lo estoy.
—¿Ah no?— me sorprendió su confesión.
—No, solo siento decepción— auch, eso dolió.
—Ese es tu problema, no el mío— esquive la mirada.
—Tal vez si, por eso sigo pensando que vas a volver a ser tú— me miraba muy fijamente.
—Esta soy yo, siempre me gustaron las bromas, los videojuegos, las carreras...
—Ya lo sé, pero no siempre fuiste mala, egocéntrica y fría— habló firme —Y no me digas que no te conozco. Tu eras una chica buena.
—Eso fue antes y no volverá a pasar— hablé decidida.
—Es una lástima— se levantó de su lugar y empezó a caminar a la salida. Sin despedirse y con un cierto tono de amargura.
Me quedé en silencio un momento, pensando en sus palabras. No iba a caer otra vez, fue dura la caída y no pienso repetirla. Diga lo que diga yo no le creo, no hay una verdad detrás de todo, hay una excusa.
—Deberíamos irnos— le comunique a Chris.
—¿Estas bien?— me pregunto preocupado.
—Si, siempre lo estoy— y sin previo aviso me abrazo.
—No lo estás.
—No quiero equivocarme otra vez.
—Haz lo que te haga feliz, lo que dicte tu corazón. Si él quiere escuchar bien y si no quiere no te sientas mal por tu decisión.
—Gracias Chris— le sonreí agradecida.
—De nada, amor— sonrió —Nosotros siempre te vamos a apoyar en tus decisiones— me guiño un ojo.
[...]
—¡Llegamos!— grite.
—AL FIIIIIN— grito Alec —Tenemos una fiesta en dos horas y ustedes al fin se dignan a venir.
—Se nos hizo un poco tarde— sonreí nerviosa.
—Agh, siempre es lo mismo con ustedes— pasó su mano por su cabello frustrado.
—Oh vamos rubia— lo provoque —No te estreses porque te saldrán arrugas.
Alec me miro mal —No te pases de lista.
—Pero si eres una rubia sexy— Félix salió del living.
—Mi morocha preferida— lo abracé pero no fui correspondida. Cuando me separé lo vi mirándome mal.
—Lo arruinaste.
—No te enojes— empezó Alec —Tu también eres una morocha sexy— ambos se miraron con odio.
—Basta los dos— trate de evitar que se matarán como siempre —Solo yo puedo decirles así.
—Ella tiene razón— me ayudó Jones —Debemos preparamos para esta noche, no hay tiempo de una pelea absurda, los dos son chicas hermosas— le di un golpe en la cabeza —Auch ¿Por que hiciste eso?
—No le eches mas leña al fuego, estúpido.
—Esta bien, esta bien— habló divertido.
—Vamos a prepararnos— dije y ellos asistieron. Subí las escaleras hasta mi habitación, quizás en otro momento les cuento como es nuestra ubicación y la casa en general.
Pero ahora tenemos fiesta, es hora de prepararse.
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Nadie Se Mete Conmigo #2
Teen FictionDespués de un año de no saber nada de Stanford y de los chicos que habitan ahí, mi vida cambió completamente. Ya no más niña tonta. Ya no más nerd débil. Ya no más juguete de nadie. Ahora cambié, y con mis nuevos amigos nos convertimos en los reyes...