—¡SEÑOR ROBERTS HAGA SILENCIO!— grito.
Esta era la quinta vez en el día que la profesora de fisiopatología le pedía silencio. No entiendo porque se molesta en gritar, bueno, enviarlo con el director es algo que ya no funciona. Por mi parte lo echaría de la clase pero esta profesora es tan mala que prefiere seguir torturando con su voz chillona que darte la satisfacción de salir.
—¿Me dejara salir ahora?— pregunto burlón Tony.
—¿Para que este molestando afuera? No— habló sería.
—Una lástima, no sabe todas las ganas de hablar que tengo— la provocó y ahí es donde entro yo a ganarme a este vieja odiosa.
Levanté mi mano para pedir la palabra, hasta eso quiere que hagamos.
—¿Que necesita, señorita Manson?— pregunto algo estresada por su mini discusión.
—Solo quería decirle algo a mi compañero— mire a Tony —¿Puedo?
—Si no queda más remedio— ugh, es tan odiosa.
—Roberts, te pido educadamente que dejes de hablar porque estoy muy interesada en la clase y quisiera que la profesora continúe con la explicación— mire como miro a todas las personas que quiero intimidar —Si no es mucha molestia, haz silencio.
—S-si Aylen— respondió nervioso y nadie se atrevió a burlarse del chico popular, claro, todos me conocen y saben que somos amigos.
—Ahora si— mire a la profesora —Puede continuar.
Ella por primera vez me sonrió con naturalidad agradecida por mi acción. Y así se gana a un profesor, llámenme aprovechadora porque es la verdad.
[...]
—Primer día de clases y ya te corren del salón— regañe a Nathan.
Estábamos en la cafetería todos reunidos en la mesa de siempre, bueno, casi todos.
—En mi defensa fue culpa de Jace.
—¿Mía? Tu fuiste quien grito "callate que la vieja gorda habla y no le entiendo"— reprimi mis ganas de reírme.
Estos chicos no tienen remedio.
—No vuelvan a tratar así a su profesora— trate de sonar sería.
—Esta bien— hablaron al mismo tiempo.
—Ayli querida— llamó mi atención Frederic —¿Es cierto que la amargada de fisio ahora te adora?
—Dale las gracias a Tony— respondí con tono divertido y este rodó los ojos.
—Te encanta hacerme pasar vergüenza— murmuró.
—Obvio querido— le lancé un beso —Para eso están los amigos.
—Su primer día si que fue interesante— intervino Chris, mordí mi sándwich y asentí con la cabeza —Mamá me dijo que Kylan se quedará más tiempo con ellos, no quiere devolverlo, dice que nos extraña mucho y ya aprendió a llamarla, le dice "Ea". En un rato lo llamaré para preguntar si necesitan algo.
—Dile a Kylan que mamá lo extraña mucho— dije con un poco de nostalgia.
—Claro cariño— me sonrió.
De verdad que extrañaba a mi hijo, casi al final de las vacaciones de verano fuimos a casa de sus abuelos en Francia y su abuela lo hizo quedar con la excusa de que quería pasar más tiempo con él, yo se que lo hizo para que nosotros nos fuéramos de vacaciones con los chicos.
—Ya no aguanto más— habló con nerviosismo Abel —¿Ustedes vieron a Kyle? Estuvo muy raro durante las clases y a la última no se presentó.
Tenía razón, lo note raro esta mañana y ni siquiera vino a la cafetería.
—Lo ví en el campo de football, de seguro está entrenando— le resto importancia Bastian.
Algo estaba pasando, él no suele actuar como ahora, ni siquiera cuando tiene un partido muy importante. Y mucho menos faltar a clases, sabe las condiciones de su padre, si quiere seguir sus sueños debe también cumplir sus deberes de hijo único y heredero de la compañía.
—¿Pasa algo Ayli?— pregunto Félix.
—Kyle— mire a los chicos —Algo malo esta pasando, yo lo sé.
Dirán que estoy loca, pero siento angustia cuando algo malo les pasa a mis chicos y es lo que estoy sintiendo justo ahora.
—¿Estas segura?— pregunto Alec.
—Si— los mire preocupada.
—Bien— Jones se levantó de su lugar —Si Aylen dice que algo pasa es porque algo pasa, vamos a buscar a nuestro amigo.
Todos asistieron con la cabeza, adoraba eso de Christopher, es dulce, tierno y siempre me apoyaba en todo.
Era simplemente, el chico perfecto.
[...]
Estaba cansada, busque por todas partes a Kyle y no lo encontré, nos habíamos separados para encontrarlo más rápido pero al parecer nadie lo hizo aún porque debían mandar un mensaje.
Ya había ido a la fraternidad, al campo de football, debajo de las gradas, a la biblioteca donde a veces se va a estudiar solo me quedaba un lugar.
Arranque mi moto y me dirigí hasta la heladería más cercana. Si estaba triste se encontraría ahí. Eso era algo que compartía con Patterson, bueno, casi con todos los chicos.
Estacione mi moto y pude verlo sentado solo en una mesa cerca de la ventana. Tome mi celular y les mande un mensaje a los chicos por el grupo.
Yo: Lo encontré, hablaré con él y los veré en la fraternidad. Justo ahora.
No espere a que me contestaran y entre a mi heladería favorita. Camine hasta mi amigo y me senté en el asiento del frente, él ni siquiera levantó la mirada.
—Quería estar solo— habló de repente.
—Lo se— sonreí —Lo pensé tarde, por eso no te encontré. No pasó por mi cabeza que estarías triste, solo en problemas.
—En parte estoy en problemas aunque no triste...
—Oh vamos— lo interrumpí —Se que lo estás, viniste hasta aquí a tomar helado de vainilla.
—No siempre que venga a tomar helado de vainilla es porque este triste— entrecerró los ojos.
—Kyle sin ofender pero eres un vago— me miro ofendido —Puedes hacer deporte y todo lo que quieras pero eres muy vago y si quieres helado se lo robas a Félix y siempre es el mismo, vainilla, el favorito de ambos.
¿Que? Me se los gustos de todos.
—Puede que tengas razón— sonrió un poco y cuando su mirada llegó a mi pude notar su tristeza.
—Sabia que algo estaba mal— hablé con preocupación —Cuando Abel te nombró sentí algo raro y no me equivoqué.
—Nunca lo haces— acarició mi mejilla con su mano derecha —Nos conoces tan bien.
—Y ustedes a mi— le sonreí —¿Que es lo que ocurre, Kyle? ¿Que es lo que te tiene tan mal?
—Ayer a la noche antes de dormir recibí una noticia que no me gustó en lo absoluto— me miro fijamente —Me tengo que ir.
Quede en shock ante sus palabras.
—¿A-a donde?
—A California, nuestro equipo tendrá partidos ahí y pasaré el resto del año en ese lugar, mi padre se niega a que deje de estudiar y me quiere cambiar de universidad para poder hacer ambas. Aunque si me cambio dudo que me dejen jugar.
Y mi mundo se vino abajo.
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Nadie Se Mete Conmigo #2
Teen FictionDespués de un año de no saber nada de Stanford y de los chicos que habitan ahí, mi vida cambió completamente. Ya no más niña tonta. Ya no más nerd débil. Ya no más juguete de nadie. Ahora cambié, y con mis nuevos amigos nos convertimos en los reyes...