Entramos a la casa y nos dirigimos al living, las reuniones siempre se realizan ahí.
—Que bueno que llegaron— habló Cedrick.
—Estábamos preocupados— le siguió Abel.
—¿Por que esas caras?— pregunto Christopher —¿Paso algo?
Intercambiamos miradas con Kyle y asentimos al mismo tiempo.
—Por favor hablen, me está matando el suspenso— intervino Tony.
—Tenemos un problema— empecé a hablar con dificultad —Kyle...
—Espera— me detuvo —Yo quiero ser quien se los diga— asentí y lo dejé proseguir, tomo aire y con pesadez dijo —Me van a cambiar de universidad.
Y reino el silencio, ninguno se movía ni emitía sonido. Solo se escuchaba el ruido de nuestra respiración.
—¿Qué fue lo que dijiste?— hablo por fin Jones.
—Lo que escucharon— murmuré.
—Si esto es una broma les pido que la terminen, no es gracioso— hablo Alec pero al ver que ninguno cambiaba la expresión se pasó las manos por su cabello frustrado.
—Pero… ¿Cómo?— pregunto Frederic.
—Ayer me hablo el entrenador, eso lo saben— todos asistieron —Me comunico que el próximo torneo seria en California, me tendría que ir casi todo el año, intente hablarlo con mi padre, él no quiso que perdiera tanto tiempo de clase y me ofreció cambiarme de universidad— suspiro pesadamente —Pero si él hace eso ya no podré jugar para Columbia y no le importa.
Quedamos en silencio otra vez, quizás procesando las palabras de nuestro amigo.
—¿No hay manera de evitarlo?— pregunto Félix.
—Solo si renuncio a mis sueños— bajo la cabeza.
—Aylen haz algo— me miro suplicante Abel —Tu siempre sabes que hacer.
"Esta vez no" pensé, pero no me atrevi a decirlo en voz alta, eso no sólo dañaría a los chicos, también a mi.
No quería perder a un amigo y menos sin luchar.
—Buscare una solución— hablé con un tono de seguridad —Solo denme tiempo.
No se porque les daba falsas esperanzas, pero así era yo, haría lo que fuera por hacerlos feliz.
[...]
Recostada en mi cama observaba a Lechuguita. ¿Como un animal tan lindo puede dormir tanto?
Oh si, es como yo.
Creída.
Dejame en paz.
No se que demonios hacer, todo es tan complicado.
Tome mi celular con el fin de distraerme pero una notificación impidió que me pusiera a jugar un nuevo juego que descargué.
Era una llamada perdida de Patrick.
Él no suele hacer eso, solo si de verdad lo necesita. Marque su número y esperé a que me contestara.
Un tono.
Debo buscar una solución al problema urgente.
Dos tonos.
Necesito hablarlo con alguien, esta situación me sobrepasa.
*Inicio de la llamada*
—¿Hola?— estaba a punto de hablar de no ser porque reconocí esa voz.
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Nadie Se Mete Conmigo #2
Подростковая литератураDespués de un año de no saber nada de Stanford y de los chicos que habitan ahí, mi vida cambió completamente. Ya no más niña tonta. Ya no más nerd débil. Ya no más juguete de nadie. Ahora cambié, y con mis nuevos amigos nos convertimos en los reyes...