Entrar a esta casa fue un golpe duro. Una sensación extraña me recorrió todo el cuerpo. Todo estaba tal como lo recordaba, nada había cambiado de lugar. Por la falta de luz no seguí mirando nada más, no quería caerme.
—Chicos, debemos empezar— les comunique recuperando el aliento.
—¿Estas bien?— me susurro al odio Allen.
—Si— respondí insegura —Empecemos— los mire a los cuatro —Tony y Félix ya saben lo que deben hacer— ambos asistieron —Frederic y Allen ustedes me ayudarán a mi.
Luego de repasar el plan otra vez empezamos con la obra maestra. Nos tomó un poco de tiempo, más del que esperábamos, mi único temor era que volvieran los dueños de casa. Sería un verdadero desastre. Solo me faltaba hacer un pequeño detalle para ellos, nuestro regalo debía tener una dedicatoria.
Y tenía las palabras perfectas para eso.
On sonrisa maliciosa.
[...]
Siempre leí demasiados libros, me volví, entre muchas cosas, una fiel creyente de la teoría de Sun Tzu. Esta se basaba en dos principios:
Todo el Arte de la Guerra se basa en el engaño.
El supremo Arte de la Guerra es someter al enemigo sin luchar.
Esta obra tenía como propósito comprender las raíces de un conflicto y buscar una solución. Y yo pensaba usarla de ahora en adelante para ganar mi propia guerra.
"La mejor victoria es vencer sin combatir. Y ésa es la distinción entre el hombre prudente y el ignorante."
Si bien creía que ese era el mejor camino, yo pensaba que para empezar una guerra uno de los dos debía iniciarla, no se trataba de no ser inteligente, pero para conocer las raíces del conflicto no había mejor estrategia que yo misma provocarlo. De tal manera no sólo sabría cual fue la causa del conflicto, sino que también sabría su objetivo a futuro.
Pero eso solo es un pensamiento mío. ¿Puedo tener fallas en mi lógica? Por supuesto. Yo solo veo las cosas a mi manera, a mi corta edad no tengo tanta experiencia. Quizás llegué alguien a contradecirme, con argumentos más preparados y más sabio de lo que yo podría ser. Pero mi respuesta a su demanda siempre será la misma. Yo lo interprete de esa manera, tu de otra. Cada quien merece ser respetado por sus pensamientos y yo esperaba serlo.
"... El general debe crear una situación que contribuya a su cumplimiento."
En este caso yo sería el general, y estaba creando una situación donde tomaba en consideración el campo y mis decisiones deberían ser ventajosas.
—¿Esta todo listo?— pregunté cuándo los ví sin hacer nada.
No me culpen, odio a la gente perezosa y es irónico porque yo soy una.
¿Quien te entiende?
Yo. Naaa mentira, ni yo misma me entiendo.
—Todo listo— respondieron a coro sacándome de mi pequeño trance.
—Bien— pegue la nota en la barandilla de la escalera, tuve cuidado de no tocarla mucho porque si lo hacía el mecanismo de la broma empezaría —Hay que irnos.
Los cinco salimos prácticamente corriendo de la fraternidad. Pero no nos fuimos tan lejos, al darnos cuenta de que se acercaban vehículos nos detuvimos. Todos vestiamos de negro así que camuflarse en la oscuridad no era un problema.
El ratón estaba llegando a su trampa o mejor dicho los ratones.
Carl Schmitt decía que el enemigo es nuestra propia cuestión en figura y él nos precipita al mismo fin que nosotros a él.
Logan Morgan no era diferente a mi o yo a él, era mi enemigo y queríamos el mismo fin, la destrucción del imperio del otro. Eso y mi venganza por todo lo que me hizo.
Desde detrás de los arbustos los ví bajar, parecían un poco divertidos pero no ebrios. El que se encargó de abrir la puerta fue Andrew. Quizás el sea el primero en subir.
Pobrecito.
Corrimos a nuestra fraternidad, debíamos entrar por donde salimos o sea la ventana de mi habitación. Supuestamente nosotros estábamos viendo una película algo así como una pijamada y no queríamos ser molestados, así que cerramos la puerta con llave y pusimos la televisión muy fuerte. Era una excusa perfecta por si alguien nos iba a buscar mientras estábamos haciendo la broma.
Allen se despidió de mí con un beso en la frente y un corto abrazo, le dió la mano a cada uno de los chicos y se fue en su motocicleta.
Bien, no es la primera vez que hago esto. Subamos a mi habitación.
[...]
Logan Pov's
Lane abrió la puerta y uno a uno fuimos entrando. La fiesta no estuvo muy buena pero tampoco fue mala. En un punto intermedio diría yo. Creo que la pasamos mejor en los autos contando chistes para matar el tiempo.
Una vez que estuvimos todos dentro, Nick se encargó de cerrar la puerta con llave para que nadie nos molestará. Tenía ganas de comer algo así que empecé a dirigirme a la cosina hasta que la voz de Luke me detuvo.
—Miren esto— señaló la punta de la barandilla.
Camine hasta donde señalaba, no tuve dificultad ya que todos me daban el lugar. Había una pequeña nota pegada y me parecía muy extraño. Con cuidado la tome en mis manos y comencé a leerla.
Alguien alguna vez dijo "la guerra es de vital importancia para el Estado; es el dominio de la vida o de la muerte, el camino hacia la supervivencia o la pérdida del Imperio: es forzoso manejarla bien"
Yo te declaró la guerra, Logan Morgan. A ti y a tus amigos. Ninguno de los dos puede gobernar si el otro está. Vas a perder tu imperio y yo me lo voy a quedar para mi.
Esta cobarde, como tú dices, te va a hacer pagar todo lo que le hiciste. Quizás no lo entiendas ahora pero luego lo harás. Prepárate para perder todo. Te arrodillaras a mis pies.Pd: Nadie Se Mete Conmigo.
Aylen Manson.
Me quedé callado por un momento mientras la nota era pasada por todos los presentes para poder leerla. Había algo en ese pedazo de papel que me inquietaba. No sabía si era porque me declaraba la guerra o esa posdata. Me resultaba ligeramente familiar. "Nadie se mete con la nerd". No. Solo era una simple casualidad.
Ninguno dijo nada, todos quedamos en un estado de shock. Aunque dudo que sea por los mismos motivos que yo. Puse mi mano donde anteriormente estaba la nota y pise el primer escalón con intención de subir a mi habitación. Pero una sustancia espesa que caía del techo me detuvo.
Todos estábamos bañados en esa cosa que olía horrible. Maldita sea.
Aylen Manson me la vas a pagar. Ha empezado la guerra y es mi turno de atacar.
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Nadie Se Mete Conmigo #2
Teen FictionDespués de un año de no saber nada de Stanford y de los chicos que habitan ahí, mi vida cambió completamente. Ya no más niña tonta. Ya no más nerd débil. Ya no más juguete de nadie. Ahora cambié, y con mis nuevos amigos nos convertimos en los reyes...