Nadie Se Mete Conmigo #2

Capítulo 13

Abordamos el avión con destino a Los Ángeles, nuestro vuelo duraba aproximadamente cinco horas y veintisiete minutos. Tendríamos que recorrer 3982.94 kilómetros para llegar a nuestro destino.

Sigues siendo toda una nerd.

No te metas.

Mi asiento estaba justo en medio del de Alec y Kyle. Vaya compañía, uno dormía y el otro miraba por la ventanilla.

—Alec— lo llamé.

—¿Y ahora que quieres?— respondió malhumorado.

—Oye, a mi también me molesta que me levanten temprano, no creas que eres el único— rodó los ojos y suspiró.

—¿Que desea la princesa Aylen?— pregunto sarcástico.

—Mi deseo es que me hables porque me aburro— me encogí de hombros.

—Mira una gallina morada— señaló a la ventanilla, giré mi cabeza y no había ninguna gallina.

¿Esperabas que lo hubiera? Tu abusas de tu idiotez.

No me molestaré en discutir.

Mire a Alec otra vez y esté se estaba volviendo a dormir —¡Alec!— lo golpeé en la cabeza.

—Esta bien, esta bien— dijo divertido —¿De que quieres hablar?

—De cualquier cosa, tu pregunta y yo respondo.

—¿Por que quieres casarte con mi mejor amigo?— mierda, es muy directo.

—Por Kylan.

—Explicame bien su compromiso que aún no logró entender— me removí en mi lugar.

—Jones escuchó una conversación mía con Patrick, donde decía lo irresponsable que éramos como padres— Alec abrió la boca sorprendido —Después decidió que quería casarse con la madre de su hijo, yo se que lo hace porque quiere demostrar que puede ser el mejor padre para Kylan aunque sea jóven.

—Ya me parecía que tenía algo oculto todo esto— habló serio.

—¿Acaso no crees que podría estar enamorada de alguien como Christopher?— pregunté divertida —¿Acaso no lo ves? Es el ser más hermoso que ví en mi vida, me derrito como un helado en verano...

—Ya basta— empezó a reír —Si no te conociera lo suficiente diría que cabe la posibilidad de que te guste pero para tu mala suerte enana— me despeino —Te conozco como la palma de mi mano.

—Insisto en que quizás sea porque me gusta.

—Aunque quisieras, Christopher nunca será de tu gusto, te puede parecer lindo, amable y tierno, pero no es lo que buscas— me guiño un ojo y suspiré rendida —Gané.

—Sueles ser muy infantil— lo fulmine con la mirada.

—Estamos en las misma, cariño— me lanzo un beso —Solo tengo una duda más.

—Vamos, tira la bomba— él sonrió.

—¿Que pasará luego de que termine este año en Stanford?

—Mi casamiento— respondí fría.

—No me refería a eso— habló divertido —Quizás formule mal mi pregunta— aclaro su garganta —¿Que pasará después de que termine el año en Stanford si algo cambio?

—Nada cambiará— respondí segura, aunque eso se podría cuestionar por dentro. En lo profundo de mi ser no tenía seguridad.

—¿Y si pasa?— insistió.