Maratón 2/3
Estaba posicionada en la línea de partida. Esperaba a que los demás competidores se posicionaran para comenzar la carrera.
Así es, había venido a las carreras clandestinas.
Puedo decir que cuando llegué todos me miraban raro, al parecer nadie me reconocía. Un chico me pidió mi nombre para inscribirme, al decirle que era Aylen Manson me miro entre sorprendido y asustado, hasta que lo negó, decía que no podía ser ella. Nunca me considere una persona con mucha paciencia así que lo tome del cuello y literalmente lo obligue a creerme.
Luego de eso comenzó la famosa carrera, tome la delantera pues los niños que competían contra mi no eran muy buenos, he conocido mejores pero nadie me supera a mi. Llegué primera a la línea de meta entre vitoreos y aplausos. Hasta que una voz de un parlante pronuncio las siguientes palabras...
"Ganadora de la carrera la señorita Aylen Manson"
Todo se detuvo y todas las miradas se posaron en mi. Sonreí con arrogancia ante sus miradas asustadas.
Había un silencio sepulcral en el ambiente, nadie se atrevía ni siquiera a moverse.
—Escuchen una cosa— hablé fuerte y claro —He venido a Stanford, me quedaré por mucho tiempo, quien se atreva a desafiarme se verá obligado a sufrir las consecuencias— sonreí —Omega Zeta Phi esta aquí, somos los reyes y nada ni nadie lo va a cambiar.
Arranque mi moto y salí rápidamente de ese lugar. Mi objetivo estaba completado, solo debía hacer una pequeña aparición para que el rumor se corriera. Regrese a la universidad y antes de llegar a nuestra ahora casa apague el motor y camine arrastrando el vehículo.
Lo dejé donde estaba y fui en busca de la soga que daba a mi habitación, la subí sin dificultad hasta mi balcón. Me saqué la ropa y la oculte bien, me saqué el maquillaje y coloque mi pijama.
Trabajo hecho, solo necesitaba dormir.
[...]
—¡MADISON AYLEN COOPER MANSON!— escuche la inconfundible voz de Jones mientras abría de golpe la puerta de mi habitación.
—Solo Aylen Manson— me queje sin abrir mis ojos.
—¡¿COMO SE TE OCURRE IR A UNA CARRERA SOLA?!— volvió a gritar.
Mierda. Debía actuar.
—¿Cual carrera?— me hice la desinteresada mientras me estiraba.
—¡NO TE HAGAS LA TONTA!— a este punto tenía ganas de partirle la cara con una botella, odio que me griten, no tengo nada de paciencia.
—En primera no grites y en segunda, sigo sin saber de que hablas— me senté en mi cama.
Se veía muy furioso.
Wow. ¿Se dieron cuenta de los rápido que corren los rumores aquí? ¿Que hora deben ser? ¿Las 7 a.m? Esto es un récord.
Opino que si no te concentras en lo que esta hablando Jones, te irá mal.
Ups.
—...Ahora dime la verdad— mierda, no le preste atención.
—¿La verdad sobre que?— pregunté confundida.
—¡SOBRE SI FUISTE A LA CARRERA O NO!— me grito perdiendo toda la paciencia.
—¡DEJA DE GRITARME! NO FUI A NINGUNA CARRERA— okey, yo tampoco puedo mantener esa cosa llamada paciencia.
Christopher se tocó el puente de la nariz intentando calmarse —Dime la verdad.
—No fuí a ningún lado— mentí.
Te irás al infierno.
Corrección. Nos iremos al infierno.
Mierda.
—No mientas Aylen. Me avisaron que apareciste ayer en una carrera y que te encargaste de amenazar a todos.
Ni que fuera para tanto. Solo los asusté un poquito.
—No estoy mintiendo, tu estuviste aquí cuando me acosté a dormir, estaba agotada— lo mire mal —Pareces un idiota gritando cosas que no hice.
—¿Que esta sucediendo aquí?— llegó Félix medio adormilado, solo llevaba puesto el pantalón del pijama.
—Este estúpido me está acusando de haber salido anoche— Christopher se pasó las manos por el cabello frustrado.
Anderson me lanzo una mirada divertida, mierda... Eso significa que...
Estamos en problemas.
—Tranquilos los dos— empezó a hablar —Aylen no salió, yo no pude dormir en toda la noche— le lancé una mirada suplicante —Incluso vine a su habitación a pedirle una pastilla, pero estaba tan profundamente dormida que no pude conseguir lo que quería.
Quise suspirar aliviada pero eso solo me delataria. También quería correr a besar a Félix.
—Ya lo ves, no salí— mire mal a Jones.
—Esta bien— parecia apenado, bien vamos a jugar un poco —Lo sien...
Lo interrumpí —Nada, estoy muy enojada contigo. ¿Como te atreves a juzgarme sin razón? ¡Ni siquiera me creíste!
—Aylen...
—Aylen una mierda— lo volví a interrumpir —Vete de mi habitación— mire a mi amigo —Fel dile que se retire en este instante de aquí.
—Deberías irte, hermano— habló pesadamente —Ya la conoces, no te escuchará hasta que se calme.
—El desayuno está listo...— me dijo pero no lo dejé terminar.
—Vete.
Christopher asistió cabizbajo, me dedico una mirada arrepentida y se fue.
¿Que si me pesaba la conciencia?
Pues no. Puedo ser muy mala cuando quiero.
Son mis amigos pero me gusta divertirme con ellos.
—Te irás al infierno— habló por fin Félix tirándose a mi lado en la cama.
—Ya me lo dijeron esta mañana— recordé la conversación con mi conciencia, si, estoy algo loca —Deja de mirarme raro.
—Esta bien— empezó a reír hasta que se puso serio, me da miedo su bipolaridad —¿Por que te fuiste anoche?
—Yo no...— me interrumpió.
—Soy tu mejor amigo, te puedo cubrir siempre pero a mi no me mientas enana, es verdad todo lo que dije, no dormí y te vine a buscar— me miro mal —¿Ganaste?
—Por supuesto— le sonreí.
—Me enorgulleces— me dedico una sonrisa mientras se levantaba para dirigirse a la puerta —Pero no vuelvas a salir sola porque la próxima vez no te cubrire.
—Claro— le lancé un beso —Eres el mejor amigo más cool de todo el mundo y del universo completo también.
—Solo me estas comprando— fingió enojo —Cámbiate que se te hace tarde— se paró antes de cerrar la puerta —De nada.
—¡Gracias morocha hermosa mía!— le grite y lo escuche reírse mientras se iba.
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Nadie Se Mete Conmigo #2
Novela JuvenilDespués de un año de no saber nada de Stanford y de los chicos que habitan ahí, mi vida cambió completamente. Ya no más niña tonta. Ya no más nerd débil. Ya no más juguete de nadie. Ahora cambié, y con mis nuevos amigos nos convertimos en los reyes...