Desperté porque Kylan tocaba mí rostro con su dedito. Sonrió al darse cuenta que logró su propósito. Creo que los de fines de semana son los días en los que se levanta temprano.
–Mam.
–Recuérdame acostumbrarte a dormir en tu cuna– le di un beso en la frente –Buenos días, mí vida.
–¡Aba!– me lanzó un beso.
–Tengo que bañarte y luego bañarme– me levanté de la cama –Hoy será un largo día.
Hice mí rutina diaria. Bañar a Kylan, cambiarlo, dejarlo jugando en la cama, bañarme, cambiarme y bajar a desayunar.
Pensando un poco me doy cuenta como cambiaron las cosas. Antes mí "rutina diaria" era menos complicada y solo me encargaba de mí. Todo cambió en estos años.
–Buenos días– entre a la cocina con mí hijo en brazos.
–¡FELIZ CUMPLEAÑOS!– gritaron todos.
Abrí mis ojos asustada y sorprendida. Demonios, con todas las cosas que tengo en la cabeza lo olvidé. Los chicos se acercaron uno a uno saludándome. Me hacían sentir tan bien sus abrazos y además me dieron regalos.
–Muchas gracias, chicos– sonreí.
—¡Haremos fiesta para ti!– gritó Jace.
–No hace falta chicos, con una cena familiar bastará– respondí.
–Si así lo quieres– se encogió de hombros desanimado. Reí.
–Podemos invitar a Megan y Thomas– opinó Christopher –También a los Zetas, si está que te parece bien.
–Es perfecto– respondí sonriendo.
Sería mí primer cumpleaños con todos mis amigos juntos, incluido Allen que hace unos días era oficialmente parte de los Omega. Nos encargamos de hacer todo el papeleo gracias a a que Olson estaba aquí.
–Bien, manos a la obra– hablo Bastian.
[...]
La noche llego. Los chicos habían preparado el jardín trasero para hacer la cena. Decoraron con luces y globos por todas partes. Había una mesa enorme con muchas sillas en el centro. Cada uno hacía algo diferente. Desde colocar la música hasta cocinar. Debo admitir que Bastian se supero esta vez.
Me había vestido con una falda negra y un top lila. Llevaba zapatillas, no tenía ganas de usar tacones y mí cabello estaba suelto.
–Llego tu hermana, cariño– me avisó Christopher.
Corrí hasta la puerta y abrace a Megan.
–¡Feliz cumpleaños, Ayl!– beso mí mejilla.
–Gracias Meg– toque su vientre que ya se notaba demasiado –¿Cómo está mí pequeño Neil?
–Demasiado molesto estos días– rió y también acarició su vientre.
Neil era el nombre que habían elegido para mí futuro ahijado. Tenía seis meses aún. Si mis cálculos no fallan, nacería en unos días después de mí boda. Estaba ansiosa por conocerlo.
–Yo también estoy embarazado, merezco abrazo– intervino.
Reí ante eso. Él siempre decía que el papá también estaba "embarazado" hacia que debíamos mimarlo a él también.
–Claro Tomy– lo abracé.
–Feliz cumpleaños, pequeña– beso mí frente.
—Gracias, pequeño– me burle.
–Soy más grande que tú– me miro mal.
–Pero Megan más que tú y eres pequeño a su lado– reí –Por eso eres pequeño.
–Solo por un año– rodó los ojos haciendo que ambas rieramos.
–¡Feliz cumpleaños!– sentí que me aplastaron.
–Su-el-ten-me– hablé entrecortada.
–Ups– dijeron y me soltaron.
–¡Casi me matan!– los regañe.
–Que exagerada eres– hablo Patrick –Feliz cumpleaños– me abrazo.
–Gracias Pat– sonreí.
Todos los Zetas me saludaron, abrazaron hasta dejarme sin aire y me dieron regalos.
–Feliz cumpleaños– dijimos al mismo tiempo y reímos. Dylan me abrazo y nos mantuvimos así por mucho tiempo.
–Espero que seas muy feliz siempre, hermanita– susurro en mí oído.
–Yo también espero que tu lo seas– respondí.
–Si estás conmigo siempre lo seré, princesa– beso mí frente –No quiero perderte.
–No lo volverás a hacer– sonreí –Se que tengo que irme, pero estaremos en contacto siempre.
–Eso espero– sonrió con tristeza.
–Mí turno– nos interrumpió Logan –Feliz cumpleaños, amor.
–Te dije que no me llamaras así– lo mire mal –Pero gracias por saludarme.
–Se que te mueres por mí– me guiñó un ojo.
–En tus sueños– rodé los ojos –Yo no te quiero.
–No pretendo que lo hagas– camino hasta ponerse detrás mío –Quiero que me ames– depósito una cadenita en mí cuello, me quedé quieta hasta que la termino de prender –Así como yo te amo– dejó un beso en mí hombro.
–¿Aún no te rindes?– lo encare –Ya pasó mucho tiempo, todos los días me insistes y todos los días te rechazo, ¿No te cansas de lo mismo?
–Jamas me cansaré de luchar por lo que amo– sonrió con arrogancia.
–Agh, que pesado eres– rodé los ojos –Pasen al patio, ahí están todos.
Los chicos asistieron y se fueron siguiendo mis indicaciones. Me quede sola en silencio. Observé el pequeño collar en mí cuello. Era una luna llena. La toque con mis dedos y sentí el grabado que tenía detrás. La gire y pude leer "Ellai". Aún recordaba la vez que le hable a Logan sobre eso, me sorprendía que él lo recuerde después de tanto tiempo.
–Aylen vamos– la voz de Christopher me saco de mis pensamientos –Todos te estamos esperando.
–Voy en un momento– corrí escaleras arriba.
Entre a mí habitación y busque el regalo que le tenía preparado para Dylan. Bajé nuevamente y me dirigí al patio.
La noche transcurrió tranquila. Cenamos, reímos y la pasamos bien. Fue el mejor cumpleaños de la historia. Estaba muy feliz con los amigos que me tocaron.
–¡Hora de cantar el cumpleaños!– grito Abel. A él siempre le emocionaba esa parte.
En la esquina de la mesa habían dos tortas, una de vainilla que era de Dylan y una de chocolate, que era mía. Ambos nos pusimos en frente y empezaron a cantar.
–No se olviden de pedir un deseo– grito Matt.
Con mí hermano nos miramos y nos tomamos de la mano.
–A la cuenta de tres– dijo –Uno... Dos... Y... Tres.
Que todos seamos amigos por siempre.
ESTÁS LEYENDO
Nadie Se Mete Conmigo #2
Novela JuvenilDespués de un año de no saber nada de Stanford y de los chicos que habitan ahí, mi vida cambió completamente. Ya no más niña tonta. Ya no más nerd débil. Ya no más juguete de nadie. Ahora cambié, y con mis nuevos amigos nos convertimos en los reyes...