Kylan se había dormido en mis brazos. Agradecía eso. Había estado llorando al verme a mí y me ponía mal que mí bebé hiciera eso. Sentía un poco de frío y estaba nevando. Camine hasta la casa de la señora Tania. Llegaría más rápido si fuera en taxi pero necesitaba un momento a solas para pensar.
Mierda.
Logan estaba parado en la puerta de la gran casa mirando hacia todos lados. Me detuve tratando de pensar como haría para hablarle. Él me vio y corrió hacia mí.
—Al fin llegaste— parecía preocupado —Dylan vino y me dijo que habían estado hablando y que no fue muy bueno contigo.
Mierda.
—Estaba preocupado— lo mire triste —Debes tener frío. Saliste desabrigada— me miró serio, saco sus guantes de sus manos —Estira tus manos— le hice caso, primero una y luego la otra para poder sujetar a mí hijo que dormía.
Después de todo lo que le hice él seguía tratando de cuidarme. Se preocupaba por mí. Quizás si me amaba como dijo Dylan, quizás aún le seguía importando.
—Pásame al pequeño, le daré calor— yo no me moví, pero Logan agarró a Kylan en sus fuertes brazos, lo observaba como si fuera la octava maravilla del mundo, acarició sus mejillas y sonrió. Lo mire enternecida.
—Gracias— dije llamando la atención.
—No es nada— me sonrió y tocó mis mejillas —Estas helada— con su mano libre se sacó la bufanda y la enredo en mí cuello. Me mantenía inmóvil mientras lo hacía. Nunca había notado que fruncía levemente el ceño cuando se concentraba y aún así, se veía extremadamente lindo —Mucho mejor— sus palabras me sacaron de mis pensamientos.
—No deberías cuidarme tanto, yo estoy bien— dije incómoda.
—Es mejor prevenir que lamentar— se encogió de hombros —Vamos a la casa, está empezando a nevar más fuerte y se pueden enfermar— hablo mirando a Kylan y luego a mí.
—Claro— camine a su lado en silencio.
¿Qué sentía Logan por mí?
¿Aún me amaba?
¿O hacía todo esto sólo porque tuvimos una historia antes?
Lo que si estaba segura era que yo aún lo quería. Por más que yo pensará que me hubiera lastimado me sentía protegida a su lado.
Y si, dije pensará.
Porque todo fue un pensamiento de mierda. Me di cuenta que Dylan tenía razón. Había sido egoísta e hice un gran problema de algo que no era como yo pensaba. Había lastimado a demasiadas personas por mí idiotes.
Mis pensamientos se vieron interrumpidos por las carcajadas de James y Noah mientras salían de la casa. Al vernos se mostraron confundidos pero no borraron la sonrisa.
—Ey Logan, te perdiste la épica caída de Andy— Noah ignoro mí presencia y no sé si agradecer o llorar por eso.
—Fue algo histórico— se rió James. Extrañaba su risa, sus comentarios sarcásticos, extrañaba todo de él.
—¿Él está bien?— mí voz salió despacio, mí pregunta fue tímida. Los tres chicos se giraron a verme, sus rostros ya no parecían alegres sino serios e incómodos.
Podía notar como nuestra amistad se había perdido. Ellos ya no se sentían bien con mí presencia. Yo los había lastimado y ellos se culpaban por eso.
—Emm si— me respondió Noah —Se tropezó con la alfombra y cayó de cara al suelo— me limité a asentir con la cabeza.
Me sentí mal. Mis demonios no me dejaban de perseguir.
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Nadie Se Mete Conmigo #2
Подростковая литератураDespués de un año de no saber nada de Stanford y de los chicos que habitan ahí, mi vida cambió completamente. Ya no más niña tonta. Ya no más nerd débil. Ya no más juguete de nadie. Ahora cambié, y con mis nuevos amigos nos convertimos en los reyes...