Capítulo 4

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Desperté por el ruido molesto de una discusión que se metía por un oído y me taladraba la cabeza.

Mierda.

Voy a matar al culpable de que me levante un domingo a las 9 A.M.

Baje las escaleras a toda velocidad, sin importarme que estuviera en pijama y tampoco que no me había peinado.

—¿Qué demonios está sucediendo aquí?— hable con notable irritamiento en mi voz.

—Fue su culpa— dijeron al unísono mientras se señalaban el uno al otro.

Me toque el puente de la nariz intentando calmarme, de lo contrario mataría a ambos idiotas que estaban frente mío, uno con esa tortuga en las manos y el otro una fuente con agua.

—¿Qué está pasando?— llego Jones de la misma forma que yo —Buenos días, cariño— me sonrió.

—Buenos días— hice un intento de sonrisa —Este par de idiotas estaban gritando y no sé cuál es el motivo.

—Podemos explicarlo— hablo rápidamente Abel.

—Pues los escuchamos— respondió calmado.

A veces admiro la capacidad de Christopher de estar tranquilo antes cualquier situación.

—Encontramos a este o esta cosita pequeña en el jardín de la fraternidad y lo trajimos aquí adentro— hablo Frederic —Pero este estúpido dijo que era acuática y tuvo la gran idea de meterla en la fuente— automáticamente me di un golpe en la cabeza. Era más que obvio que aquella tortuga era terrestre.

—Eso no fue todo— Abel intervino mirando mal a su compañero —La tortuga quiso salir y él la volvió a meter mientras le hacía fuerza para que no saliera— me tapé la boca, era un milagro que el animal aun respirara —Al principio se movía mucho hasta que dejo de hacerlo, la sacamos y buscamos en internet y resulta que no era acuática— se tocó la nuca nervioso.

—¿Y porque se pusieron a gritar?— pregunto confundido Jones.

—Me culpo de casi matar a la pobre siendo que él fue el que dijo que necesitaba estar en agua o moriría— se quejó Frederic.

—Pero tú fuiste el que la obligo a estar ahí— le contesto el otro.

Dios santísimo dame paciencia.

—Ustedes dos están mal de la cabeza— los regañe —Dame eso— le quite la tortuga y me dio mucho alivio ver que no tenía ningún daño.

—La próxima vez se informan y luego actúan— los reprendió Chris.

—Está bien— respondieron cabizbajos.

—¿Cuál es el nombre de esta cosita?— bueno, yo le decía cosita pero la verdad era que la tortuga estaba bastante grande y pesaba un montón.

—Aún no tiene— respondió Moore.

—Bien, luego pensaré un nombre para ella o el— dudaba su sexo —Me la quedare yo, no está segura con este par de ineptos.

Fui a la cocina ignorando las quejas de los demás. Busque en la nevera algo de lechuga y un vaso de agua. Luego subí las escaleras y me fui a mi habitación.

Deje al animal en el piso y me dispuse a buscar algún recipiente que me sirviera para poner el agua, la tortuga necesitaba tomar agua de un lugar decente. Encontré un pequeño bol y lo coloque en una esquina de mi habitación, vertí el agua y al lado puse la lechuga.

Busque a mi nuevo o nueva amiga y para mi sorpresa se estaba metiendo debajo de la cama. Solo necesita adaptarse. La lleve hasta la comida y funciono, al parecer tenía mucha hambre.

—Umm te llamaré Lechuguita— hable mientras la miraba —¿Te gusta tu nuevo nombre?

—Yo creo que si le gusta— hablo Chris entrando a mi habitación —Solo quería avisarte que tu padre llamo, quiere que llevemos a Kylan a su casa cuando vuelva de Francia.

—¡Ay estos abuelos! Aun no puedo ver a mi hijo desde hace un mes— me queje.

—Lo sé, amor— me abrazo —Le hable a mi madre y le pedí que por favor lo mandara mañana.

—Gracias— le sonreí y él me dio un beso en la frente.

Verán, Kylan es mi hijo con Christopher, si, tengo un hermoso hijo de seis meses recién cumplidos. Quizás en otro momento se los explicaré bien.

—¿Estas lista para mañana?— pregunto mientras jugaba con Lechuguita.

Mañana comenzaban las clases otra vez, este sería mi tercer año de universidad. Y el de los chicos también.

—Por supuesto— le sonreí —¿Y tú?

—¿Cuando no estoy listo?— pregunto con falsa arrogancia.

—Se te están pegando mis frases, querido Jones— hable divertida.

—Dios santo— toco su cabeza con dramatismo —Me voy a volver loco o peor aún, igual a ti.

Lo mire mal y le di un golpe en la cabeza —Eres un idiota.

—Gracias— empezó a reír —Los chicos ya despertaron, Nathan tenía ganas de desayunar y se puso a molestar así que Ross lo está preparando— me comento con gracia —¿Vienes?

—Claro— ambos salimos de mi habitación y nos dirigimos a la cocina, un rico olor a café inundo mis fosas nasales.

De todos los chicos de esta casa, Bastian sin duda era el que mejor se llevaba con la cocina. Y era súper genial tenerlo de humor y aburrido, nos cocinaba algún postre nuevo.

—Buenos días— dije cuando llegamos, estaban todos sentados en la mesa.

—Buenos días— respondieron a coro.

—Acabamos de recibir noticias— comento contento Jace —Los de Cornell tuvieron un mal despertar y nuestra fama aumento aún más.

—Tenías razón Ayli— intervino Alec —No se lo esperaban.

—Y por supuesto que no— esta vez hablo Cedrick —Fue en tiempo record.

—Solo hicimos lo que debíamos hacer— hable firme —Somos Omega, no debemos dejar que nadie nos humille— muchos me dieron la razón —Gracias Ross— le sonreí cuando me entrego mi café y un plato con panqueques con frutos rojo y crema batida.

—Siempre es un placer— me guiño un ojo.

—Me empezaré a sentir celoso— comento Chris fingiendo seriedad haciendo que todos rieramos hasta que el sonido de un celular nos detuvo.

—Disculpen— Kyle se levantó de su lugar —Es el entrenador— respondió y empezó a caminar hacia afuera —¿Hola? ¿Pasa algo?— fue lo último que escuchamos.

—¿Qué creen que quiera?

—Félix no seas chusma-—lo regañe.

Nadie Se Mete Conmigo #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora