La noche llego. Había estado ayudando a la señora Tania en los preparativos para esta noche. Si bien aún no era Navidad, ella quería que está cena saliera perfecta ya que nos conoceríamos todos al fin. Los chicos salieron a dar vueltas y los demás no tengo idea. Christopher recogió a sus padres, no tuvimos tiempo de hablar porque apenas llegaron se fueron a descansar.
Terminé de aplicarme un poco de maquillaje y bajé. Me había puesto un vestido color vino que me llegaba un poco más arriba de las rodillas. Unos tacones del mismo color y dejé mí pelo suelto. Habíamos estado hablando desde hace tiempo con Chris. Hoy sería el día en que haríamos formal nuestro compromiso y podría presumir la hermosa sortija que me había entregado días atrás. Aunque ahora me daba un poco de miedo. En mis planes no contaba con que los idiotas estuvieran aquí.
Llegué al living donde se encontraban todos los chicos y la señora Tania, incluidos los padres de mí futuro marido y mí cuñada y su novio.
-Buenas noches- hable en general.
-Buenas noches- respondieron todos.
-Estas preciosa, cariño- Christopher camino hasta mí y me dio un beso en la mejilla.
-Tu no te quedas atrás- le sonreí. Era la verdad, llevaba puesta una camisa negra con lunares azules, pantalones de vestir y zapatos. Todos estábamos elegantes -Vamos a saludar a tus padres- él asistió con la cabeza y caminamos hasta ellos.
-Querida, me alegra volver a verte- la señora Adeline me abrazo y le correspondí al instante.
-A mí igual- sonreí -Señor Jeff- le di un abrazo.
-Te dije que solo Jeff- me regaño.
-Lo siento- sonreí apenada -Te ves genial Kayla- ella también me abrazo.
-Tu también estás magnifica- sonrió -Te extrañe demasiado.
-Yo también te eché de menos, amiga- confesé.
-Quiero presentarte a mí novio, Gael- un chico alto, casi de la misma altura de Christopher me sonrió -Ya te había hablado de él pero no pudiste conocerlo.
-Un gusto conocerte- le sonreí.
-El gusto es mío, señorita- repitió mí gesto.
-Mí niña, llegaron tus otros invitados- me avisó la señora Tania. Le agradecí y camine hasta la entrada del enorme living. Apenas vi a Megan corrí a sus brazos.
-No sabes cuánto te extrañe, hermana- hablé sin separarme.
-Ya lo se, soy extrañable- rodé los ojos -No encontrarás a alguien como yo.
-Gracias al cielo- dijo Thomas apareciendo a su lado, me separé de ella y lo abrace mientras ambos reíamos por la broma -Hola pequeña.
-Tomy- me dió un beso en la frente.
Los había extrañado un montón. Si bien estudiábamos en la misma universidad, muy pocas veces nos cruzábamos.
-¿Y para nosotros no hay abrazos?- escuché la voz de mí padre.
Me gire y lo encontré cargando a Kylan en sus brazos.
-Papá- corrí y lo abrace, había extrañado a este hombre -Hola mí amor- cargue a mí hijo en mis brazos y lo llené de besos.
-Mam- decía mientras me abrazaba. Si hacíamos la cuenta, Kylan ya tenía nueve meses de haber nacido y aún no formulaba bien las palabras. Había extrañado demasiado a mí pequeño.
Nueve meses. Era demasiado tiempo. Aún recordaba cuando lo cargue por primera vez. Era tan pequeño e indefenso. Pensar que llegamos a Standford cuando el tenía solo 6 meses y ahora ya habían pasado tres largos meses.
ESTÁS LEYENDO
Nadie Se Mete Conmigo #2
Teen FictionDespués de un año de no saber nada de Stanford y de los chicos que habitan ahí, mi vida cambió completamente. Ya no más niña tonta. Ya no más nerd débil. Ya no más juguete de nadie. Ahora cambié, y con mis nuevos amigos nos convertimos en los reyes...