Capítulo 43

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Espere unos minutos hasta que Kylan se durmiera. No fue tan difícil. El pobrecito estaba muy cansado y con todo esto de nuestra escapada no dormía bien. Tomé una mochila, dinero y mí celular. Me asome por la ventana y para mí buena suerte, Félix ya estaba ahí sosteniendo la escalera. Descendí despacio. Si bien ya no le tenía miedo a las alturas debía ser precavida. No podía hacer mucho ruido y tampoco podía bajar rápido y caerme.

Si Allen me viera ahora seguramente me diría algo así "¡¿ACASO ERES IDIOTA?! NO ME PASE UNA HORA HABLÁNDOTE Y DÁNDOTE CONSEJOS PARA QUE AHORA HUYAS COMO UNA COBARDE". Si, probablemente algo así me diría incluso me daría un golpe en la cabeza para que reaccionara pero saben algo, él no está así que me voy.

—¿Y a dónde te llevo?— me preguntó una vez que toque el piso.

—A cualquier lado, muy lejos de aquí— respondí encogiendome de hombros.

—Sabes, hace poco salió una película que quería ver— se puso a pensar.

—¿Cine?— lo pensé un poco —Cine— afirme y recibí una sonrisa de parte de mí amigo.

Corrimos hasta el auto de Félix. Él lo hizo arrancar y nos fuimos lo más rápido posible.

Ya lo sé, estaba siendo una cobarde. Pero ¿Qué más da?

Mí celular comenzó a sonar. Frunci el ceño y atendí.

*INICIO DE LLAMADA*

—Papá ahora estoy ocupada— dije sin rodeos.

Huyendo de tus responsabilidades ¿Verdad?

¿Cómo lo...

Dylan me llamo y me comentó lo que hiciste, me pidió que te detenga— respondió leyendo mí mente.

Maldito idiota. ¿Cómo se le ocurre contarle a nuestro padre?

Pero como soy un buen padre no llame para eso— ¿Qué? —Queria saber sobre mí nieto.

Suspiré aliviada.

—Kylan está bien, ahora lo deje durmiendo.

¿Cuando me dejaras traerlo?— volví a suspirar —Ya se que ha pasado poco tiempo desde que está contigo pero en verdad quiero verlo.

—Con una conducción— casi pude sentir la alegría de mí padre —Pasaras navidad con nosotros en casa de la señora Mitchell.

—Te lo prometo, hija— dijo emocionado —Ahora dime, ¿A dónde vas?

—Al cine— respondí simple, sabía que mí padre no me traicionaría.

¿Sola?

—No, Félix también— respondí mientras dirigía mí mirada a éste.

Ponme en alta voz— lo hice y susurré un "listo" —Muchacho, cuida a mí hija, suele ser un poco distraída y no quiero que le pase nada.

—Claro que lo haré, además, por ella me mataran los chicos cuando se den cuenta que la ayude a escapar— rió.

Ya lo creo, mucha suerte niños.

—Gracias— respondimos a coro y colgué.

*FIN DE LA LLAMADA*

—Que bueno que esté de nuestro lado— hablo Félix. Asentí con mí cabeza.

[...]

La película estuvo genial. La disfrute demasiado y creo que Félix igual. Salimos del cine riéndonos de algunas escenas graciosas.

—¿La película estuvo buena?— esa estúpida voz.

—Demasiado hasta que apareciste— le dirigí una mirada fulminante.

—¿Porque me tratas así?

¿Es idiota o se hace?

—Porque me caes mal— dije fría.

—Antes no decías eso— sonrió amargamente.

—Antes eras importante para mí.

—Si, antes era tu mejor amigo— sonrió pero esa sonrisa no llegaba a sus ojos. Félix apretó mí mano, sabía que estaba molesto, incluso creo haberlo escuchado susurrar "yo soy su mejor amigo, idiota", evite con todas mis fuerzas no sonreír, era tan tierno.

—Bowers, no tengo ganas de hablar de esto justo ahora— lo mire mal —¿Dónde están los idiotas de tus amigos?

—En tu fraternidad— respondió simple.

—Es raro que te hayan mandado solo a ti— confesé.

—No saben que salí a buscarte— miró hacia otro lado —Les dije que dejaste tu celular cuando me pidieron rastrearte y luego me excuse para venir a hablar sobre nuestras cosas contigo.

—Entre nosotros ya no hay nada— trate de sonar seria —Yo ya no te considero mí amigo, no quiero nada de ti ni de los Zetas.

—Porque nos reemplazaste ¿Verdad?— me miró dolido.

Y que me dijera esas palabras también me dolieron un poco. Yo no los había reemplazado, solo encontré nuevos amigos. Pero haría que le doliera todo, yo no sería la única que saliera lastimada.

—Si— dije solo para hacerlo sentir peor —Ustedes ya tienen unos reemplazos mejores, que me quieren y me aceptan tal como soy, que no me juzgan y siempre me apoyan.

—Nosotros pudimos hacer eso, si tan solo nos hubieras escuchado— largué una carcajada sarcástica —Ahora que te tengo aquí te lo diré, me importa muy poco si lo quieres escuchar— de sus ojos empezaron a salir lágrimas —La perra de Emily nos mintió, dijo que nos quitaría todo si no salía ganadora en la votación, nuestro prestigio, popularidad, incluso nos dejaría fuera de la casa, prometió dejarte vivir con nosotros, ella se ofreció en pedirte que te quedarás pero al final no lo hizo. Por eso no te elegimos. Ella nos vendía a nuestros enemigos, por eso ellos sabían cuando atacar, todas las bromas que hacíamos nos salían mal por culpa de ella.

No supe cómo reaccionar. Me quede pensando en sus palabras pero luego recordé lo que la bruja me dijo. Ellos me iban a manipular. Todo para que los perdonará y aunque creyera en las palabras de James algo me dolía.

—¿Te aplaudo?— él me miró sorprendido y dolido —¿Pensaste que con tu discurso conmovedor de lo que ustedes hicieron yo iba a correr a tus brazos? Lo que tú me acabas de decir confirma que solo les importa su popularidad. Ellas los amenazó con dejarlos en la nada y prefirieron seguir siendo los irremplazables Zetas que unos buenos amigos, pero claro, como le iba a importar una tonta como yo.

James se quedó callado. Sabía que yo tenía razón. Mis ojos empezaron a picar pero no iba a llorar.

—Dime algo— mí voz sonó rota —¡Habla maldita sea!

Pero no dijo nada. Solo bajo su cabeza y yo no pude ocultar el dolor que sentía. La verdad dolía mucho más. Una vez alguien me dijo que la persona que mereces, es aquella que teniendo la libertad de hacer lo que quiera, te elige a ti en todo momento. A lo que solo llegó a una conclusión, yo no merezco el amor mediocre que ellos me dieron.

Nadie Se Mete Conmigo #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora