Me levanté rápidamente tratando de no emitir sonido. Si bien la alarma había sonado en cada una de las habitaciones, las paredes eran gruesas y no se escuchaba nada para afuera, por ende, los intrusos no sabían que estábamos informados.
Es un mecanismo de defensa que empleamos junto a Félix y Tony. Cuando alguien cruza el patio, se activa, al principio era complicado, porque hasta un pajarito podía hacer sonar la alarma. Pero Tony le hizo unas cuantas modificaciones al programa y ahora sólo activa si es un humano.
En mi habitación, y en la de los chicos hay un tablero donde muestra cámaras de seguridad, observe el patio y efectivamente era un grupo que intentaban abrir la puerta.
Oprimi el botón para que se abriera la puerta, si, nuestra casa tiene una alta tecnología instalada. Por algo somos los reyes de las bromas y la fraternidad que nunca las recibe, la fama no se construye sola.
Ellos entraron seguros, cerraron la puerta despacio y contemplaron nuestra recepción. De pronto la puerta se selló y de las entradas al living y cocina, que serían las dos salidas alternativas, empezó a descender una pared.
Los intrusos miraban entre sorprendidos y asustados como se quedaban encerrados. Eso fue obra de Chris.
Salí de mi habitación y me junté con los demás chicos que estaban despiertos. Todos juntos bajamos las escaleras encarando a los desconocidos.
Aunque no tanto, era el grupo de Scott. ¿Acaso era masoquista?
—¿Que están haciendo aquí?— pregunto serio Chris a mi lado.
—¿Que demonios es todo esto?— habló Scott mirando a su alrededor —¿Tienen máxima seguridad? ¿Entonces es verdad que son profesionales en protegerse?
Esas preguntas me llenaban de orgullo.
—Las preguntas las hago yo— la seriedad de Jones daba miedo —¿Que mierda quisieron hacer? ¿Acaso no saben que a nosotros no se nos puede hacer una broma?
—Ahora me doy cuenta porque— respondió uno de los chicos de Cornell.
—Les voy a pedir que se retiren— hablé por primera vez.
—Ahora mismo— los miro mal Alec.
Oh-oh.
Alguien estaba durmiendo y se despertó de mal humor.
Chris abrió la puerta con el control —Adiós.
—Nos iremos— dijo entredientes Scott.
Todos salieron de la casa pero antes de terminar de caminar por patio los rociadores se encendieron mojandolos a todos.
Nosotros empezamos a reír mientras veíamos como soltaban maldiciones.
—Bueno, ahora si podemos ir a dormir— bostezo Abel —Me estoy muriendo.
—Que tengan buenas noches— me despedí de todos y me fui a mi habitación.
Mañana tenía un exámen y no podía dormir aún.
Estaré como un zombie de seguro.
[...]
Desperté por la odiosa alarma de mi celular, arrastre mis pies hasta el baño e hice mi rutina diaria.
Me vestí con una falda azúl no tan corta, un top gris y en mis pies unos tacones del mismo color. Ate mi cabello en una coleta alta y me apliqué un poco de maquillaje.
Tome mis cosas y salí de mi habitación.
—Buenos días, Ayli— me saludo feliz.
—Buenos días, Nat— le respondí del mismo modo.
—¿Hablaras con el director?— me pregunto mientras bajabamos las escaleras.
—Si, a menos que lo quiera hacer Chris— le reste importancia.
—Lo haré yo, no tienes que molestarte— habló alguien desde detrás nuestro.
—Gracias— le sonreí a Christopher.
—¿Como estas, cariño?— depósito un beso en mi mejilla cuando llegamos al final.
—Bien amor— acomode su cabello —¿Y tú?
—Perfecto— sonrió ampliamente.
—El amor para después— llegó Bastian haciendo que nos separemos —El desayuno está listo.
—Gracias pero hoy no se me antoja hacerlo— me excuse —Tengo exámen en un rato y quiero repasar.
—Al menos toma el café— habló Chris.
Sabía que le molestaba que no desayunara.
—Compraré algo luego— estaba a punto de contradecirme pero mi celular comenzó a sonar.
Mi boleto de salida.
—Tengo que atender— señale el celular —Nos vemos luego.
Salí de la fraternidad y conteste la llamada.
*Inicio de la llamada*
—¿Hola?
—Hola hija.
—Papá, ¿Como estas?— le pregunté mientras me subía a mi auto.
—Bien cariño, ¿Y tu?
—Igual— sonreí aunque no me viera.
—Me enteré de la decisión de ir a Stanford, no se si será lo mejor— mierda —Pero te apoyaré en todo lo que necesites— sonreí ante sus palabras.
—Gracias padre.
—De nada, princesa, pero dime ¿Como esta mi nieto? Hace mucho que no lo veo, ya lo extraño.
—Kylan esta en Francia aún— reí —Yo también lo extraño mucho, los abuelos que tiene me lo quitan y no me lo quieren devolver.
Escuche como soltó una carcajada —Es que se volvió nuestra debilidad.
—Lo se.
—¿Dejaras que lo traiga a casa?
—Sabes que si— rodé los ojos divertida —Pasaré un tiempo con mi hijo y luego te llamaré, Kylan tiene una madre muy ocupada pero que lo ama demasiado como para no pasar tiempo con él.
—La mejor madre del mundo— dijo y sonreí.
—Gracias papá.
—Bueno, te dejaré que sigas con lo tuyo, cuando mi nieto este disponible me llamas— negué divertida —No me culpes, soy un abuelo muy cariñoso.
—Claro que sí, nos vemos luego, adiós.
—Adiós, cuídate.
—Tu igual.
*Fin de llamada*
Colgué antes de que me invada con preguntas sobre mi hijo. A veces pienso que quiere darle su amor porque se siente culpable de todo el mal que me hizo. No lo culpo ni nada, pero es un pensamiento que tengo por ratos.
Igual me encanta que Kylan sea tan querido, espero que no lo consientan tanto. Ese niño se está volviendo igual de flojo que yo.
Encendí mi auto y me dirigí a la universidad. Tendré que contratar una niñera para él, ahora que nos mudaremos a California, la chica que lo cuidaba no se podrá ir hasta allá.
Uf, aún tengo muchas cosas que hacer.
¡Feliz cumple para mi!💖
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Nadie Se Mete Conmigo #2
Teen FictionDespués de un año de no saber nada de Stanford y de los chicos que habitan ahí, mi vida cambió completamente. Ya no más niña tonta. Ya no más nerd débil. Ya no más juguete de nadie. Ahora cambié, y con mis nuevos amigos nos convertimos en los reyes...