Capítulo III

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Lancé una bola de fuego hacia el vampiro haciendo que Peter pudiese liberarse de su agarre. El enorme vampiro se abalanzó sobre mi pero inmediatamente creé un muro de roca impidiendo que el vampiro logrará atraparme.

—¿Cuántos poderes tienes niña? —preguntó intrigado.

—Más de los que te podrías imaginar —dije para después lanzarle dos bolas de fuego.

Él hizo lo mismo, comenzó a lanzarme bolas de fuego, y para impedir que me tocaran, hice un campo de fuerza mientras que cada vez Jasper lanzaba más bolas de fuego.

—¡Adrienne! —gritó Noah.

—¡Llévate a Peter! ¡Yo lo detendré! —grite.

Noah hizo caso a mí petición, y desaparece de mi campo de visión junto con Peter, aliviandome al saber que ellos ahora están a salvo.

—¿Sabes cuál es el peor enemigo del fuego? —le sonreí victoriosa al vampiro.

Quite mi campo de fuerza para yo poder atacar; forme una bola de agua en el aire del tamaño de un auto, la lancé hacia él haciendo que se quedara adentro. No se iba a ahogar ya que los vampiros no respiramos, pero eso lo iba a debilitar dándome ventaja para acabar con él.

Cuando estuve a punto de debilitarlo por completo, un aroma muy conocido inunda mis fosas nasales.

«Valeria».

Deje caer al vampiro junto con el agua, me giré sobre mis talones y me encontré con una Valeria totalmente asombrada.

—¿Qué mierda esta pasando aquí? —pregunta asustada.

Trate de hablar pero no pude, no me salían las palabras.

Me gire nuevamente sobre mis talones para encarar a Jasper, vi que en un movimiento rápido lanzó una bola de fuego en dirección a Valeria, corrí hacia ella rápidamente e hice un campo de fuerza para evitar las llamas.

—¿Eres…? ¿Un vampiro…? —preguntó Valeria en un hilo de voz, se podía ver a kilómetros que estaba totalmente horrorizada.

Quite el campo de fuerza y lancé algunas navajas hechas de hielo hacia el vampiro dándole en las piernas y brazos para evitar que lanzara otra bola de fuego.

—Lo siento —encare a Valeria—. Te he fallado, comprendo si ya no quieres ser mi amiga, soy un completo monstruo.

Valeria, con una sonrisa nerviosa en su rostro, se abalanzó sobre mi rodeando mi cuello con sus brazos.

—No importa que eres, lo que me importa es quien eres, y eres una gran amiga —me dice.

Mientras aún me tenía en sus brazos, Valeria hace un movimiento para que ella quedara en mi lugar y yo en el de ella.

—Te quiero —dijo en su susurro e inmediatamente una bola de fuego impacta sobre su cuerpo.

Caí de rodillas con el cuerpo de Valeria en mis brazos.

—¡Valeria! —grité con un nudo en la garganta—. ¡Valeria! ¡No me dejes! —comencé a llorar—. ¡Resiste! ¡Te curare!

Con mi poder curativo, trate de curar las quemaduras de Valeria, pero fue inútil, sus heridas eran demasiado graves. Su cuerpo cada vez se debilitan a más, y yo, no podía hacer nada.

—Gra… Gracias por… ser… Mi… mi mejor amiga —dice con su último aliento, desvaneciéndose por completo.

—¡No! ¡Valeria! —abrace con fuerza el cuerpo sin vida de Valeria—. Por favor… No…

Comencé a llorar mientras abrazaba su cuerpo y ocultaba mi rostro en su pecho. Con mis dedos, baje sus párpados, le di un beso en la frente y la deje en el suelo.

Caminé hacia el vampiro y comencé a lanzarle bolas de fuego, navajas de hielo, comencé a lanzarle los autos que se encontraban en el estacionamiento. El vampiro solo se burlaba haciendo que mi ira creciera más y más. Hice bolas de fuego en las palmas de mis manos pero estas se expandieron por todo mi cuerpo.

—Imposible —dice Jasper asustado—. Se supone que te deberías de quemar, te deberías hacer cenizas… Eres más poderosa de lo que nosotros creíamos.

Coloque mis brazos frente a mi, a la altura de mis hombros y las llamas se lanzaron en dirección de aquel vampiro haciendo que su cuerpo quedara totalmente hecho cenizas.

Caí de rodilla sobre el concreto y sentía como poco a poco perdía la conciencia.

«Valeria…»

AdrienneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora