Capítulo VI

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Caminamos hacia la casa de los hombres lobo, durante el trayecto, Peter tomó mi hombro detenido mi andar, yo lo mire confusa ante su acto, al ver que no dijo nada decidí hablar:


—¿Pasa algo?

Peter tenía su mirada fija de el suelo que estaba lleno de hojas que caían de los árboles gracias a que el otoño había llegado.

—¿Sucede algo? —preguntó Noah al ver que Peter y yo habíamos dejado de caminar.

Mire fijamente a Peter esperando una respuesta, pero como no la obtuve, le respondí a Noah:

—No, no pasa nada —dije para comenzar a caminar.

Durante el resto del recorrido, Peter estuvo muy callado; su mirada solo estaba fija en el suelo lleno de hojas secas, sus manos en sus bolsillos y con los hombros caídos.

Llegamos a la casa y todo mundo fue directamente al comedor ya que era un poco tarde y todos teníamos hambre.

Después del almuerzo fui al bosque a caminar y despejar mi mente dejando todo lo malo de a un lado, aunque sea un momento. Me senté en un montón de hojas secas y observé el entorno que me rodea; árboles, animales, un lago, nada fuera de lo común.

Me pongo a pensar en todo lo bueno y lo malo que me ha pasado, y a decir verdad, son más cosas malas que buenas; perdí a mis padres, perdí a mis abuelos, perdí a mi mejor amiga, casi pierdo a mi amor platónico, me quieren asesinar, quieren asesinar a todo aquel que me proteja o me esconda, definitivamente una vida de mierda.

Un pequeño crujido me saca de mis pensamientos, inmediatamente hice una bola de fuego en mi mano y me levanté del lugar donde me encontraba sentada.

—Tranquila, tranquila, soy yo —dice Peter asustado.

—Lo siento —desvanecí la bola de fuego—, es solo que… Ya sabes, te quieren asesinar y tienes que estar alerta.

—¿Asesinar? ¿Quién te quiere asesinar Adrienne? —pregunta Peter mientras avanza hacia mi.

—Es mejor que no lo sepas Peter —me senté nuevamente sobre el montón de hojas.

—Adrienne… —se sienta a mi lado—. Necesito saber la verdad, necesito saber que hago a mitad del bosque, necesito saber de que huimos, necesito saber porque son dos veces que me has salvado la vida.

—Peter, ya te lo dije —lo mire fijamente a los ojos, esos hermosos ojos color café—, es mejor que no…

—Adrienne —me interrumpe—, yo te tengo confianza para quedarme entre vampiros y hombres lobo, ¿por qué tú no tienes la confianza de contarme que pasa? Por favor, dime.

Los ojos cafés de Peter estaban fijados en mis ojos verdes, esos hermosos ojos que me hacían poner nerviosa cada vez que estaban sobre mi, esos hermosos ojos que me encanta ver a diario.

Di un pesado suspiro para comenzar a hablar:

—Los perfeccionistas son el rango más importante, son los vampiros más antiguos que existen en nuestro mundo, ellos han mantenido en equilibrio nuestra sociedad con reglas y acuerdos que hacen nuestra existencia posible —pose mi vista de los ojos de Peter hacia el lago que tenía enfrente—. Cada tres de diez vampiros tienen un don, y yo nací con el don “ladrón”.

—¿Ladrón? —pregunta Peter con el ceño fruncido.

—Es un don el cual me permite tomar el poder de otros vampiros con solo tocarlos —respondí su pregunta—. Los perfeccionistas creen que este don es más peligroso de lo que parece, es por eso que me quieren asesinar. También creen que puedo ser la vampira más poderosa de todos, pero, todos le temen a cosas que desconocen, así que ellos temen que yo pueda ser la destrucción de nuestra especie.

AdrienneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora