Capítulo XIX

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Un escalofrío recorrió mi espina dorsal haciendo que los bellos de mi piel se erizarán. Estaba completamente petrificada, no sabía que decir, no había duda alguna, era verdad, Noah se encontraba en sus cinco sentidos, su voz era totalmente sincera, él... Él iba a ser padre y yo destroce su pequeña familia.

—Noah... Yo... —no pude terminar mi oración, ni siquiera sabía que decir, simplemente no podía decir nada al respecto.

La habitación estaba en completo silencio, un silencio incómodo, era ese tipo de silencio que quieres romper diciendo mil cosas, diciendo todo lo que sientes pero no tienes el valor suficiente para hacerlo.

El sonido de la puerta abriéndose llenó toda la habitación, trate de girar mi cuerpo en dirección al origen de aquel sonido, pero no podía, mi cuerpo no respondía.

—Oh, lo siento, lamento no tocar ¿interrumpo algo? —la voz de Eithan inundó la habitación terminando con el incómodo silencio.

Separé mis labios para poder pronunciar un simple "sí", pero Noah se adelantó a hablar:

—No —se levanta del sofá y se coloca a mi lado—. Yo ya me iba.

Noah sigue con su camino y con la mirada lo seguí haciendo girar mi cuerpo y verlo desaparecer por la puerta de la habitación.

Un nudo se formó en mi garganta, tenía un hueco en el estómago, sentía que algo me hacia falta y ese algo era el amor de mi hermano, pero, al igual que mi vida, que su vida, yo terminé por destruirlo, le di más motivos para odiarme.

—¿Todo bien? —pregunta Eithan sacándome de mis pensamientos.

Moví mi cabeza de un lado a otro en forma de negación como si eso fuese hacer que olvidé todo lo que está ocurriendo.

—Sí, todo bien —dije fingiendo una sonrisa—. ¿Puedes revisar a Peter?

Eithan asiente con la cabeza un poco dudoso y enseguida comenzó a hacer su rutina de siempre. Al terminar, el doctor fija su mirada en mi, y vuelve a preguntar si todo se encontraba bien a lo cual levanté la vista del suelo y lo miré fijamente.

—Sabes que puedes confiar en mí Adrienne —dice el doctor haciendo que me sienta confiada, que me sienta protegida.

Corrí hacia sus brazos y enseguida Eithan me rodeo con sus brazos haciendo que me sintiera amada, como si todo el dolor se desvaneciera, como si el tiempo se detuviera y nada malo pasara. Las lágrimas bajaban por mis mejillas mientras que mi rostro se ocultaba en el pecho del doctor que me tiene entre sus brazos.

—¿Adrienne? —la voz de Peter llega a mis oídos.

Inmediatamente di un paso hacia atrás alejándome de Eithan deshaciendo el abrazo en el que estaba envuelta.

—Peter —dije limpiando mis lágrimas—. ¿Cómo te sientes? ¿Necesitas algo?

Peter me miró fijamente con el ceño fruncido y después fijo su mirada en Eithan.

—¿Nos puedes dejar solos? —le dije a Eithan.

—Claro —dijo Eithan—. Si necesitas algo puedes hablarme sin ningún problema.

—Gracias.

El doctor camina hacia la puerta y sale de la habitación desapareciendo de mi vista.

Caminé hacia Peter y me senté en el borde de la camilla tomando su mano que se encontraba reposaba sobre la misma.

—¿Cómo te sientes amor? —pregunté tiernamente.

—Bien —contesto Peter secamente—. ¿Por qué estabas abrazando al doctor?

AdrienneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora