Capítulo XXXIX

298 19 5
                                    

Fue tan grande la emoción y la felicidad de volver a ver a mi hermano que olvide por completo que Abrecht estaba en la misma habitación que nosotros, a lo que Noah me alejo de él para poder ver por encima de mi hombro al vampiro que se encontraba atrás de mi.

—¿Quién es él? —pregunto alarmado y sorprendido a la vez.

—Él es Abrecht —extendí mi mano para que Abrecht la tomara y se acercara a nosotros—. Es un amigo, tranquilo.

—El último amigo nos traicionó—dijo Noah molesto.

—Noah, esto es diferente, él es diferente. Sus padres fueron asesinados por los perfeccionistas, al igual que nuestros padres.

Miró fijamente a Abrecht, como si estuviese descifrando quien era en realidad, lo miraba como si con eso lograra poder leer su mente —eso es posible, claro, pero solo si tienes ese poder—.

Mi hermano y yo nos la hemos pasado huyendo desde que tenemos memoria, muchas personas nos rechazaron porque sabían las consecuencias de ayudarnos; la muerte.

Algunas personas se acercaron a ayudarnos y su amistad terminaba en traición. Mientras eres un fugitivo inocente, es difícil confiar en las personas.

—Noah, por favor —dije colocando mi mano sobre su pecho—, sé que podemos confiar en él.

—¿Si nos traiciona? —pregunto Noah entre dientes.

—Si lo hace tendrá el mismo destino que Ethan —dije mientras miraba fijamente a Abrecht—. Yo me encargaré de él.

Abrecht dio un paso hacia nosotros y Noah por inercia dio un paso hacia atrás manteniendo la distancia que los separaba.

—Sé que es difícil confiar en los demás, principalmente cuando te buscan para matarte, pero yo solo quiero terminar con los perfeccionistas, quiero vengar a mis padres, quiero que paguen por haberme quitado a mi familia —dijo Abrecht.

—Solo te advierto, que si nos traicionas, o le haces daño a mi hermana yo mismo te romperé el cuello —Noah lo amenazó y salió de la habitación.

«¡Vaya! Que reencuentro tan maravilloso».

Vi a mi hermano salir por la puerta y pude sentir que estaba molesto, me sentí vacía al verlo desaparecer por el pasillo así que corrí detrás de él dejando solo a Abrecht en la habitación, baje las escaleras y seguí su olor hacia donde estaba, pude notar que uso su velocidad sobrehumana ya que cuando lo encontré estaba en la orilla del mar viendo el inmenso océano.

Camine hacia él lentamente mientras sentía como el aire cálido recorría mi cuerpo y hacia que mi cabello se moviera al compás del viento, conforme me acercaba sentía como la brisa del mar tocaban mi piel pálida.

Después de caminar un par de metros por fin llegue a donde se encontraba mi hermano.

—No puedo creer que todos estos meses siempre que despertabas tenías esta maravillosa vista, escuchar el sonido de las aves, el sonido de las olas, la brisa tan refrescante —dije para tener un tema de conversación.

No respondió.

—Es maravilloso, ¿no lo crees? —dijo después de unos minutos de silencio.

—Es perfecto, sentir paz y estar seguro en el mismo lugar es más que maravilloso —respondí.

—Pudiste quedarte, los perfeccionistas no nos hubieran encontrado aquí, no tenías que golpearme y dejarme aquí botado, no tenías que luchar tú sola...

—Noah, por favor —lo interrumpí—, te deje porque los perfeccionistas me buscan a mi, me quieren a mi. Tal vez si me quedaba podía estar a salvo pero, ¿por cuánto tiempo?

AdrienneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora