Capítulo LVI

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*Narra Adrienne*

Desperté con un vacío en el pecho, me sentía vacía desde que Noah no estaba a mi lado y ese sentimiento aumentaba cada vez que recordaba como se lo llevaban y no pude hacer nada, estaba tan concentrada discutiendo con la novia —ex novia— de Peter por una tontería que descuide por completo a mi hermano. Aquel día la fiesta y el ambiente iba tan bien que baje la guardia, ese día era tan especial, me sentía libre que olvide por completo que los perfeccionistas nos estaban buscando.

«Soy una estúpida», pensé molesta conmigo misma.

—Si tan solo hubiera estado con Noah.

"Hubiera", la palabra que todos decimos cuando algo sale mal, cuando nos arrepentimos de haber hecho algo, es la palabra que quisiéramos que tuviera el poder de regresar el tiempo y poder hacer las cosas bien, pero lamentablemente el "hubiera" es tan sólo eso, una palabra y nada más.

Lancé las cobijas a un lado y me senté en el borde la cama anhelando con todo mi ser que los miembros de los Liberatae llegasen pronto con reclutas —anhelaba que fuesen varios reclutas— para terminar de una vez por todas a los perfeccionistas. Anhelaba con todo mi ser que Noah estuviese sano, anhelaba que Scarlett no lastimara a mi hermano.

Me levanté de la cama y extendí las cobijas de forma uniforme haciendo que sobre la cama no existiera ni una sola arruga. Caminé hacia el baño y abrí las llaves de la regadera dejando caer el agua para que tuviese una temperatura correcta mientras me desvestia, dejé mi ropa en el suelo y me metí debajo de la regadera, el agua tibia se deslizaba por mi pálida y fría piel, mi cabello rojizo fue perdiendo sus hermosas ondas haciendo que se volviera liso. Tome el estropajo y el jabón a la vez haciendo que saliera espuma, entonces comencé a lavar mi frío cuerpo, enjabonado mi cuerpo abrí nuevamente las llaves del agua haciendo que el jabón desapareciera de mi cuerpo. Cerré las llaves del agua y tome la botella de shampoo que olía a lavanda, coloque la cantidad necesaria en la palma de mi mano para poder enjabonar mi cabello, lo enjuague y salí del baño terminando así mi aseo personal.

Tome aleatoriamente una de las prendas que Argus había creado para mí, me vestí y me quite la toalla que tenía en mi cabello para que absorbiera el agua, con la misma toalla trate de secar mi cabello lo más posible, hecho esto camine hacia el tocador que se encontraba en la habitación, tome el peine que se encontraba sobre de éste para comenzar a peinar mi largo cabello. Mientras me peinaba pensaba en mi madre, recordé aquellas veces en las que después de bañarme siempre cepillada mi cabello y lo trenzaba.

«Te ves hermosa», las palabras de mi madre daban vueltas por mi mente al recordar todas aquellas veces que cepillaba mi cabello.

"A tu edad era idéntica a ti" era lo que mi madre siempre me recordaba cada vez que ambas nos encontrábamos frente a un espejo.

Aún recuerdo perfectamente aquellas noches en las que no podía dormir e iba con mi madre, ella con demasiado sueño pero demasiado amor por sus hijos se levantaba de la cama y me llevaba frente a la chimenea para contarme historias sobre su larga vida —trescientos años tenía mi madre la última vez que la vi—, historias sobre cómo vivió algunas guerras, las historias de cómo fue cambiando su identidad una y otra vez para que no sospecharan de su verdadero ser, me contaba demasiadas historias pero mi favorita era aquella historia de cómo conoció a mi padre.

Mi padre tenía doscientos cincuenta años cuando conoció a mi madre, ella apenas había cumplido los doscientos años, ambos estaban cursando la universidad por milésima vez. Mi madre me contaba que al entrar a la universidad sintió la presencia de otros vampiros, pero cuando vio a mi padre sintió que todas aquellas presencias de vampiros desaparecieron para que solo se quedase la presencia de él, como si el destino los quisiera juntos. Después de diez años de ser novios mi padre por fin le propuso matrimonio, después de años y años intentando tener hijos por fin tuvieron a Noah —eso creía antes de saber lo de Scarlett—, milagrosamente dos años después me tuvieron a mi, y a partir de este instante fuimos la familia perfecta, pero eso no duró mucho tiempo ya que después de algunos años de ser felices sucedió la tragedia: mis padres fueron asesinados.

AdrienneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora