Capítulo V

1.1K 109 9
                                    

No podía creer que Noah se atreviera a tomar la decisión de transformar a su mejor amigo en vampiro, no podía creer que Noah se atreviera a involucrarlo en una pelea que no es la suya.

—Si transformarlo es tu forma de condenarlo a este infierno, entonces… —di un suspiro pesado—. Yo lo protegeré

—No, Adrienne, no puedes…

—¡Si puedo! —lo interrumpí—. Ambos sabemos que soy la única que puede protegerlo, soy la que tiene más dones, y si es por mi culpa que está aquí, entonces es mi responsabilidad de mantenerlo con vida.

Noah me vio seriamente y segundos después me regaló una sonrisa para después envolverme entre sus brazos en un cálido abrazo y decirme:

—¿Cuándo fue que creciste?

Preparamos nuestras camas para poder dormir. Noah decidió dormir en el suelo dejándome la cama a mi, y Peter, él decidió estar en otra habitación ya que tenía miedo que lo matáramos mientras dormía.

Mientras dormía en la cómoda cama, mi super oído percibió un ruido haciendo que me despertara, me moví sobre la cama para acomodarme y volver a dormir, pero otro ruido llegó a mis oídos.

Hice a un lado las cobijas y me levanté de la cama, camine hacia la ventana y levanté un poco la cortina. Mire fijamente el exterior en busca del origen de aquel sonido que hizo que me despertara. Al no encontrar nada decidí volver a la cama, cuando estuve a punto de bajar la cortina algo se movió entre los árboles; observe cada movimiento que hacía y al parecer, se escondía de alguien.

Abrí la ventana para poder salir de la habitación y comencé a seguirlo desde el techo de la casa, cuando entró al bosque, baje del techo lentamente y comencé a caminar detrás del sujeto desconocido. Lo seguí hasta que llegue a una cabaña abandonada, entré y lo primero que vi fue a Perer atado a un silla y con un pañuelo en la boca.

—¿Peter? —pregunté confusa al no saber que hacía él aquí.

Camine hacia él pero me detuve al sentir la presencia de otro vampiro, observe a mis alrededores y pude distinguir una silueta entre las sombras. Hice una bola de fuego en mi mano para poder iluminar el lugar dejando a la vista al sujeto que al parecer, secuestro a Peter.

—¿Quien eres? —pregunté mientras veía cómo el sujeto caminaba por la cabaña.

—Mi nombre es James —dice—. Estaba paseando por el bosque cuando percibí el olor de un delicioso humano, no lo dude y fui por él, y aquí está, preparado para ser mi comida.

—Lamento decirte que ese humano es mío, y si no te molesta, me lo llevaré.

—No lo creo…

James se abalanzó contra mi haciendo que el piso de madera se rompiera, lo empuje con mis piernas para después lanzar una bola de fuego en su dirección.

—Oh, tienes el don del fuego —dice sorprendido—. Yo tengo uno mejor y es, el don torturador.

Mi miro fijamente y antes de que pudiera hacer algo, un inmenso dolor comenzó a recorrer todo mi cuerpo, como si una tonelada de acero me estuviera cayendo encima haciendo que poco a poco mis huesos se fuesen rompiendo.

—¡Déjala! —grito Peter.

En ese instante deje de sentir dolor, sentí mi cuerpo más ligero y enseguida mi cuerpo comenzó a sanar por sí solo.

—¿Defiendes a esta vampiro? —pregunta James mientras camina hacia Peter—. Ella es el mayor depredador del mundo ¿y la defiendes?

James estuvo a sólo un paso de Peter cuando le lancé navajas de hielo.

—No… Lo… Toques… —dije mientras me levantaba del suelo.

—Vaya… Entonces también puedes controlar el hielo —dice el vampiro asombrado—. Supongo que tú debes de ser la chica que buscando los perfeccionistas.

—Eso a ti no te incumbe —dije entre dientes.

Le lancé una bola de fuego para después lanzarle objetos que se encontraban en la cabaña: sillas, pedazo de madera.

Corrí hacia Peter e hice un campo de fuerza alrededor de nosotros para evitar que nos atacarán.

—Cuando quite el campo de fuerza irás hacia la casa y le pedirás ayuda a Noah, ¿okey? —dije cuando termine de quitarle las cuerdas a Peter.

—¿Te quedarás aquí?

—Si lo dejo vivo ira con los perfeccionistas y les dará nuestra ubicación, eso no tiene que ocurrir. Y tú, tú no puedes hacer nada, así que ve con Noah.

Antes de que pudiera decir algo quite el campo de fuerza e inmediatamente comencé atacar James, mientras lo atacaba, vi como Peter salía de la cabaña lleno de miedo.

—¿Sabes por qué los los perfeccionistas me buscan? —dije a mitad de la batalla—. Porque tengo el don ladrón.

—¿Ladrón? —preguntó el vampiro mientras dejaba de atacar—. ¿Por qué ladrón?

Me acerque rápidamente a él y le dí una patada haciendo que se estrellara contra la vieja pared de madera.

—Porque con solo tocar a alguien —pase delicadamente mi mano sobre su rostro—, puedo obtener su don —lo mire fijamente y su cuerpo comenzó a retorcerse de dolor.

—Imposible… —dice en un quejido de dolor.

—Es por eso que me temen, porque saben que soy la única que puede terminar con los vampiros, me temen porque saben que no podrán controlar este poder, me temen, porque soy más poderosa que ellos.

—¿Terminar… con los… Vampiros…? ¿Tu... propia especie? —pregunta como si no pudiera creer lo que pasaba.

—Si esa es la manera de vengar a mis padres, lo haré.

No deje que pronunciará siquiera otra palabra ya que con mi mano que sostenía una daga de hielo, atravesé su corazón inmediatamente le lance una bola de fuego para que su cuerpo se hiciera cenizas y no quedarán restos de él.

Salí de la cabaña y comencé a caminar en dirección a la casa de los hombres lobos, en el camino me encontré a Noah y a Peter con toda la manada de lobos.

Noah al verme, corrió  hacia mi y me dio un fuerte abrazo. Detrás de él estaba Peter.

—Gracias… —dice Peter tímido—. Gracias por salvarme, otra vez.

—Por mi culpa estás aquí, así que mi responsabilidad es mantenerte con vida.

«Ignorando el hecho de que eres mi amor platónico».

AdrienneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora