Noah se había ido al hotel a darse un baño mientras que yo me quedaba cuidando a Peter.
Las palabras de Noah rondaban por mi mente; "Abandonarlo o transformarlo", la mejor idea sería abandonarlo, pero lo amo y me dolería demasiado dejarlo, me dolería no volver a verlo nunca. Y transformarlo, me parece pésima idea.
«¿Cómo condenar a tu amor al infierno?».
Me senté al borde de la ventana para ver las luces de las calles de la bella ciudad de Londres. Por la ventana, vi a una pareja con su pequeña hija que caminaba de la mano de sus padres, eso me partió el alma al recordar que por años camine de la mano de mis padres para que el día menos esperado los arrancarán de mi lado para no volver a verlos.
—¿Adrienne? —escuche la voz de Peter.
Quite mi vista del exterior y la pose sobre Peter que al fin había abierto los ojos y que me miraba con confusión.
Una pequeña sonrisa se dibujo en mi rostro, camine hacia la camilla de hospital y me senté en ella.
—¿Cómo te sientes? —pregunté mientras acariciaba su frente retirando los pocos cabellos que tenía en ella.
—¿Qué pasó? —preguntó Peter lleno de confusión.
—Un vampiro nos atacó —dije—. Pero todo está bien, tranquilo.
—¿Y Noah? —pregunto viendo a los costados de la habitación—. ¿Y tú? ¿Cómo están?
—Tranquilo, Noah está bien —respondí con una sonrisa—, y yo, bueno, aquí estoy.
Tomé su mano y enseguida mi poder curativo comenzó a avanzar por su brazo hasta desplazarse por todo su cuerpo.
—Te recuperarás antes de lo que imaginas —dije con una sonrisa.
Me levanté de la camilla y caminé hacia la puerta de la habitación; me despedí de Peter y salí de la habitación. Camine por los blancos pasillos del enorme hospital, tomé el elevador y pulse el botón del primer piso. Busqué por la enorme recepción al doctor que estaba atendiendo a Peter.
—¡Doctor! —dije cuando por fin lo había encontrado.
Cuando el doctor se dio la media vuelta para responderme, los bellos de mi piel se erizaron y enseguida supe que había un vampiro en el hospital, había un vampiro enfrente de mi.
—Dígame señorita —respondió el doctor.
—Peter Banners a despertado, ¿puede ver cómo está? —dije con total normalidad.
—Claro, en un momento subo.
Asentí y camine por el pasillo hasta encontrar el elevador y hacer el recorrido de regreso hasta la habitación de Peter.
—Regresé... —dije cuando entré a la habitación, no obtuve respuesta.
Caminé hacia donde se encontraba Peter acostado y noté que se había quedó dormido. Acaricié su cabello delicadamente mientras veía como dormía, enseguida le plantee un beso en su frente.
Después me dirigí hacia un costado de la habitación y me senté en el sofá que estaba en frente de la venta. Saqué mi móvil del bolsillo de mi pantalón y le mandé un mensaje a Noah preguntando donde estaba.
"Voy saliendo del hotel, te veo en un rato" —respondió a mi mensaje—.
Respondí su mensaje con un simple "Okey", y enseguida abrí un juego que tenía en mi móvil para poder distraerme un rato.
Después de aproximadamente 20 minutos, el doctor —alto, tez pálida, ojos color miel, cabello negro, cuerpo marcado— llegó, me levanté del sofá y le extendí la mano para saludarlo. Enseguida comenzó a hacer su rutina y en menos de 5 minutos había acabado.
—Para el poco tiempo que lleva aquí mejoró rápido —dijo el doctor—, no logró explicar por qué...
—Usted sabe porqué —lo interrumpí.
El doctor me miró con el ceño fruncido. Camine hacia la cama de Peter y me coloqué al lado contrario de donde se encontraba el doctor.
—Ambos sabemos que usted no es humano —dije—, es un vampiro.
—Me temía que lo descubriera señorita —dijo el doctor quitándose sus lentes—. Tú también eres un vampiro, supongo.
—Así es —dije con una sonrisa. Caminé hacia él y le extendí la mano—. Adrienne Moonlight, un gusto.
—Eithan Style —toma mi mano con fuerza—. ¿De casualidad no eres a quien buscan los perfeccionistas?
La sonrisa que tenía en mi rostro inmediatamente se borró ante su comentario. Solté su mano y retrocedí un paso.
—Tranquila, no te entregaré —dijo Eithan con una sonrisa—, yo estoy en contra de los perfeccionistas, a mi me deben demasiado, ellos mataron a mi hermana y a mi madre, pero pronto pagarán.
«Su historia es similar a la mía».
—¿Puedo preguntar el por qué? —pregunté con curiosidad.
—No lo sé, solo un día llegaron a mi hogar y las asesinaron.
—¿Y tu padre? ¿Por qué aún vives? —pregunte con una enorme curiosidad.
—Aún no sé el porqué me dejaron vivir, sigo buscando respuestas —dijo ignorando mi primera pregunta.
Forme una línea recta con mis labios al ver que no ignoró completamente mi pregunta.
Estuve a punto de hablar pero una enfermera entró a la habitación buscando a Eithan, el guapo doctor se despidió de mí y salió de la habitación junto con la enfermera.
«¿Qué estará ocultando?», me pregunté al notar que no le gusta que le hablen de su padre.
Volví al sofá donde me encontraba sentada a esperar a que Noah llegara.
Después de unos cuantos minutos por fin había llegado mi hermano.
—¿Cómo está? —pregunto al entrar a la habitación.
—Bien, con mi poder curativo saldrá del hospital antes de lo imaginado.
—Adrienne, estás consciente que si lo sanas con tu poder los doctores no lo podrán explicar, saldrá en las noticias, los perfeccionistas nos van a encontrar y nos mataran —dice mi hermano haciendo una historia demasiado dramática.
—Todo está bajo control —dije con una sonrisa—, el doctor que está atendiendo a Peter es un vampiro.
—¿En serio? —pregunta sorprendido—. ¿Cómo es que un vampiro es doctor?
—No lo sé —alce mis hombros indiferente—, no se lo he preguntado.
—¿Crees que nos delate? —pregunta Noah nervioso.
—No —dije segura.
—¿Por qué tan segura? —pregunta mi hermano con el ceño fruncido.
—Al igual que a nosotros, los perfeccionistas le arrebató lo que más quería —dije mientras miraba las luces de la cuidad—. Algo grande se aproxima, lo sé.
«Lo sé».
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Adrienne
ParanormalAdrienne, una vampiro que nació con un poder único en el mundo haciéndola alguien muy poderosa, por esta razón sus padres tuvieron que sacrificarse para salvarla ya que está siendo buscada para ser asesinada por los líderes de su mundo. Ellos tienen...