Capítulo XLI

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Sentí como si me hubiesen enterrado una daga en el pecho.

Peter solo desvió la mirada hacia otro lado, Emily abrazaba a Peter y mi querido hermano solo bajo la mirada como si se sintiera mal por no habérmelo dicho antes.

Sin saber que hacer fruncí los labios a la vez que sonreía para poder disimular mi incomodidad. Me quede parada en la entrada de la cocina, pasando mi mirada a los diferentes objetos de la cocina.

—¡Buenos días! —saludo Abrecht entrando a la cocina—. ¿Interrumpo algo?

Totalmente incómoda y herida me di la media vuelta para salir de la cocina y correr hacia la puerta trasera para salir de allí. No me importó que estuviese descalza, solo quería alejarme de la casa.

Entre mas distancia recorría mis pies se ponían más fríos gracias a que la arena se iba humedeciendo cada vez más. Deje de correr cuando sentí el agua fría cubriendo mis pies, mire el inmenso océano, veía como las olas iban y venían, sin darme cuenta, las lágrimas comenzaron a bajar por mis mejillas.

«Pensé que me esperarías, pero a quien engaño, lo nuestro es imposible».

Y sin mas, me desmorone, deje caer mi cuerpo de rodillas, pero al final deje caer todo mi cuerpo sobre la arena, haciendo que absolutamente todo mi cuerpo se mojara.

Mire el cielo azul buscando figuras en las nubes, pero el cielo estaba totalmente despejado.

Cerré mis ojos y solo me concentre en el sonido de las olas llegando a tierra firme.

«Tengo que olvidar a Peter».

Pasados los minutos, sentía como la luz del Sol se volvía cada vez más cálida haciéndome saber el medio día estaba llegando.

Abrí mis ojos y la luz del Sol me cegó, entrecerré mis ojos y me senté sobre la arena en posición fetal mientras veía como las olas iban y venían. A lo lejos pude escuchar algunas pisadas sobre la arena, así que gire mi cabeza y vi a mi hermano caminar hacia mi, gire nuevamente mi cabeza para ver el océano.

—No lo has podido olvidar, ¿cierto? —preguntó Noah al llegar a mi lado.

Fije mi vista en él con los ojos entrecerrados ya que la respuesta era bastante obvia.

—Te comprendo, yo tampoco he podido olvidar a Valeria —dijo con nostalgia.

—Duele amar a alguien y no tenerlo a tu lado —respondí.

Nos quedamos un par de minutos en silencio viendo el inmenso océano.

Noah se dio la media vuelta y comenzó a caminar hacia la casa, me dio la sensación de que quería que lo siguiera, así que eso hice; me levante, sacudí la arena de mi ropa y enseguida comencé a caminar detrás de él.

Cuando llegamos a la casa lo primero que hizo Noah fue arrojarme una toalla en la cara.

—Sécate, no quiero que mojes el piso —dijo entrando a la casa.

Me quite mi playera de manga larga y mi pantalón quedándome en ropa interior, enseguida coloque la toalla alrededor de mi cuerpo y exprimí mi largo cabello. Ya "seca" entre a la casa, al llegar a la sala vi a todos reunidos frente a la puerta principal, todos fijaron su mirada en mi.

—¿Por qué tan mojada querida? —preguntó Emily.

—Fui a nadar —respondí cortante.

—¿En ropa interior? ¡Que atrevida! —dijo sorprendida.

La mire sin entender, la ropa interior y el traje de baño es prácticamente lo mismo, ¿no?

—Con mi ropa —dije con una sonrisa forzada—. A veces nado con pijama.

AdrienneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora