Capitulo 57

46 1 0
                                    

A la hora de almuerzo con las chicas vimos a Sergio y Nina sentados en un lugar aparte, hace rato que lo estaban haciendo, nos fuimos a sentar con ellos, haciendo que quedaran un poco descolocados.

-¿Problemas en el paraíso? -me dijo Sergio burlón, fijándose que los chicos nos miraban.

-Cállate simio con retraso. -dije haciendo que riera.- Bueno, creo que ustedes se conocen solo por nombre, así que haré los honores. Chicas ellos son Sergio Sumit y Nina Leinis y ellas son Lucia y Lucy Brooks. -dije apuntado a cada uno respectivamente. 

-Hola. -dijeron todos al mismo tiempo. 

-So, no es por ser grosero, pero tenemos que hablar a solas por tu sabes que. -dijo Sergio.

-Ellas son de fiar Sergio, confía en mi. Aparte necesitamos otros punto de vista. -dije.

Sergio me hizo caso y comenzó a contarles  lo  que habíamos descubierto,mientras las chicas Brooks escuchaban atentas a lo que se les decía. Era verdad que necesitábamos otros puntos de vista, no sabíamos que mas hacer y mientras escuchaba todo se me ponían los pelos de punta pensar en poner a las chicas en peligro, por eso solo serian nuestras consejeras, mientras nosotros hacíamos "el  trabajo sucio".

Cuando por fin terminaron las clases, me quede un poco en la biblioteca de el colegio para pedir unos libros que necesitaba para un trabajo.

Al llegar a casa papá quería hablar conmigo en la cocina, cuando estuvimos allí solos me quedo mirando con su típica cara de poker.

-Como no me quieres escuchar de que tienes que terminar con todo esto de una vez. Por la forma en que me trataste anoche, tu madre quedo muy dolida por tu actuar, ¿sabias? Quiero implementar un castigo para ti, entrégame todas tus tarjetas que son las que pagamos nosotros y solo quédate con las tuyas personales; por cierto olvidarte de tu mesada. -dijo estirado la mano para que le pasara lo que pidió.

Le entregue todas las tarjetas que me pidió y solo quede con mi tarjeta del banco, prefería hacerle caso que ponerme a discutir, ya tengo bastante cosas en mi cabeza  como para agregar algo mas a la lista. 

-Hay están todas. -dije mirándolo a los ojos.

-Ahora, tu veras como te compras tus cosas. Como le pones bencina a tu auto, como le compras los repuestos que pueda necesitar, es tu auto. Tu veras como le compras la comida a Charlie, le compras sus vacunas y la llevas al veterinario, es tu perro. No te negare el techo de esta casa, o las duchas, o el que comas y entrenes o hagas lo que quieras aquí. Pero hasta que no madures y entiendas que pones en peligro a todos nosotros, dejas de contar para lo que te dije conmigo. Y por cierto nadie aquí te dará algo, ya están advertidos. -dijo mi papá

-Bueno, ningún problema padre. Yo me las arreglare. Necesito hacer unas cosas para el colegio, si no te importa las quiero ir a hacer, pero si tienes que contarme algo mas puedo quedarme aquí.

-No, anda a hacer lo que tengas que hacer. -dijo. 

-Gracias.

A lo que guarde mi billetera en la mochila, la cerré y me la colgué en el hombro, me di media vuelta. Cuando llegue a la puerta y la abrí mi madre volvió a hablar.

-Después de todo, sabes conseguir tu dinero, quiza no muy legalmente, pero con las apuestas de las carreras y las apuestas en el pool te alcanza, ¿no? 

-Si papá. -dije yo siguiendo mi camino, "esto si que ya se puso mas feo de lo que creía" pensé.

Subí a mi habitación cerrando con pestillo, poniendo música en mi parlante, mientras comenzaba a hacer todo lo que necesitaba. Cuando mire por la ventana vi que Jamie jugaba con Charlie y se me escapo una pequeña sonrisa. 

Mire la hora desde mi computadora y vi que ya eran las 19.55, ya había terminado con todo lo que era para esta semana gracias a que los había dejado casi listos con anterioridad. Decidí ir a entrenar un poco, me cambie a mi ropa deportiva y me fui a la sala de entrenamiento, cuando llegue estaba Jamie, Claudio y Lucas entrenando pero antes de hacer nada Claudio me miro y me sonrió.

-Por que no vienes a entrenar con nosotros. -me dijo Claudio. 

-No gracias, avísame cando terminen. -dije dándome media vuelta para volver por mis pasos. 

Pero antes de poder hacer nada, Lucas me había tirado un cuchillo el cual se me enterró casi por completo en mi pierna derecha, mire por atónita mi pierna tratando de que no ardiera troya.


Jamie...!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora