Tres

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1 año más tarde

Hoy era el último día de vacaciones, al día siguiente empezaríamos las clases. Miriam se había quedado a dormir el día anterior y ahora estábamos tumbadas en el jardín mirando el el cielo.

-¿Tienes ganas de empezar un nuevo curso?-preguté con curiosidad.

-Por una parte sí, porque seguiremos aprendiendo y volveremos a ver al resto de la pandilla (a los que no habíamos visto en todo el verano, porque cuando nosotras estábamos aquí, ellos se habían ido de viaje y viceversa), pero por otra no, porque no podremos estar tanto tiempo juntas como ahora, y tendremos que estudiar más porque el curso es más difícil- contestó ella, dándole voz a mis pensamientos.

¡Cómo iba a echar de menos estos momentos de tranquilidad!

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-Cariño, despierta-dijo mi padre mientras me movía con cariño.

- Mmmmm...¡Hoy empiezan las clases!-dije levantándome como una exhalación, emocionada porque iba a ver a mis amigos.

Me vestí y desayuné pensado en todo lo que iba a hacer ese día y en lo fantástico que iba a ser.

Cuando llegué, lo primero que me encontré, fueron unas manos tapándome los ojos.

- ¿Quién soy?-preguntó.

- ¡Nerea!-dije mientras me daba la vuelta y la abrazaba.

- ¡Te he echado mucho de menos!-exclamamos las dos a la vez.

-Vamos a saludar a los demás-dije dándole la mano.

Nos pusimos a buscarlos, pero no había manera de encontrarlos, no estaban por ningún sitio.

Al final, cuando sonó el timbre, nos dirigimos a clase.

-AAAAAAAAAAAAA- gritaron nuestros amigos dándonos un susto de muerte.

- ¡Chicos! Menudo susto-dijimos mientras hacíamos un abrazo grupal.

- Canaria, te lo debía por el del año pasado-dijo Miriam riendo mientras íbamos a clase.

La mañana pasó rápido con las presentaciones de los profesores y la emoción del reencuentro.

Y por la tarde quedamos todos en el parque para jugar juntos, porque hacía mucho que no nos veíamos.

-¿Echamos un partido?-pregunté.

- ¡Sí! Pero Miriam y tú capitanas, que sois las mejores y si vais juntas, no hay quién os gane- dijo Nerea haciendo un puchero.

- Vale- contestó Miriam mientras le abrazaba cariñosamente para que se le quitara esa carita triste.

Pasamos la tarde jugando un partido muy entretenido y que disfruté muchísimo, estaba haciendo lo que más me gustaba y con la gente a la que quería. ¡Cómo los había echado de menos!

Al final, Miriam nos reunió a todos y nos dijo que estábamos invitados a su cumpleaños que ya estaba cerca.

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Se iba acercando el séptimo cumpleaños de Miriam y yo estaba  cada vez más ansiosa porque llegara, ya que quería darle una sorpresa y comprarle con mis ahorros la equipación del Triunfo, su equipo favorito.

Pero cuando fui a comprarlo con papá, no me daba el dinero y me puse a llorar desconsoladamente.

-Papá, no puedo comprárselo- susurré con tristeza.

- No pasa nada cariño, lo compro yo y tú te guardas el dinero para ir un día con ella y que os compréis un helado- me dijo él.

- ¡Sí!, gracias gracias, gracias- grité mientras le dejaba la cara llena de besos.

Tenía tantas ganas de dárselo... cada vez que Miriam hablaba de su equipo le brillaban los ojos y sonreía con admiración y yo no me cansaba de escucharla.

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-¡Ana!¡Ana! Levanta- me despertó Miriam.

Me había quedado a dormir en su casa porque al día siguiente era su cumpleaños y quería ser la primera en felicitarla.

- ¡Feliz cumpleaños!- grité mientras la abrazaba fuertemente.

-Rrrrrrr- sonaron sus tripas.

- Ja ja ja ja, anda vamos a desayunar-dije mientras me cambiaba de ropa.

Bajamos a la cocina.

-Toma, para ti, ayer te hice un pastel. Bueno lo hizo mi padre pero yo le ayudé y lo decoré. En realidad lo decoró el, pero yo le dije como quería que lo hiciese-dije con un poco de vergüenza y nerviosismo mientras se lo daba.

- ¡Muchas gracias Ana, me encanta!- exclamó emocionada, a la vez que lo probaba.

Después de desayunar, nos pusimos a ver Solo en casa mientras esperábamos a que llegasen los chicos , se había convertido en mi película favorita después de verla tantas veces.

Cuando llegaron, fuimos al parque a jugar al fútbol y luego fuimos a comer al Telepizza.

-¡Yo quiero una pizza con piña!- dijimos Miri y yo a la vez, nos miramos sorprendidas y nos empezamos a reír descontroladamente.

- Es que es mi favorita- explicó Miriam.

- ¡La mía también!- grité emocionada mientras chocábamos los cinco.

Cuando terminamos de comer, le empezamos a dar los regalos, Nerea le regaló un peluche de un león y un dibujo, Mireya un balón y Ago y Raoul un juego de Oliver y Benji para la nintendo.

Tenía miedo de que no le gustase mi regalo, porque con lo buenos que eran los otros, no sabía si el mío estaba a la altura.

Me puse muy nerviosa y Marité lo notó.

- Cariño, seguro que le encanta, a ella no le importa tanto el objeto como la persona que se lo da- dijo mientras me sonreía tranquilizadoramente.

- Toma, espero que te guste- le dije no muy convencida mientras le daba mi regalo.

Cuando lo abrió, se le iluminó la cara de felicidad.

- ¡Gracias! Ana ¡Muchísimas gracias!- exclamó mientras me abrazaba con todas sus fuerzas.

Eso me relajó completamente. ¡Le había encantado!

Después, fuimos al cine. No sabíamos que película escoger, pero en cuanto vimos que estaba Pelé, el nacimiento de una leyenda, no lo dudamos y entramos a esa.

Salimos de la película muy emocionados, a todos nos encantaba como jugaba Pelé, nos parecía un astro y queríamos ser como él.

-¿Me puedo quedar a dormir?- le pregunté a mi padre cuando se fueron los chicos.

- Por mí sí, pero pregúntaselo a sus padres.

-Marité, Ramón ¿Puedo quedarme a dormir?- les pregunté poniendo esa carita angelical con la que conseguía todo lo que pedía.

-¡Claro que sí!-respondieron.

Antes de acostarnos, cenemos viendo unos capítulos de Inazuma Eleven que echaban en la tele mientras comentábamos el día.

-Miriam, tengo un último regalo para ti, pero te lo quería dar a solas- dije.

Le dí una tarjeta donde ponía "Miri, muchísimas gracias por ser mi mejor amiga y estar en mi vida, me encanta estar contigo, te quiero mucho" con un dibujo de nosotras jugando al fútbol.

- Ana, has hecho que hoy sea el mejor día de mi vida, muchas gracias, te quiero- me dijo con una gran sonrisa mientras me abrazaba. Y nos fuimos a la cama.

Espero que os haya gustado el capítulo. Me apetecía acompañar a Miriam el día de su cumple. Que mona Ana queriéndole comprar la equipación a Miri, me encanta su amistad. ¿Podeis votar y decir qué os a parecido? Es que no se si os está gustando y como es la primera historia que escribo pues estoy un poco insegura.

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