What about us

Dos

Llegó el invierno y mi amistad con Miriam era cada vez más fuerte. Estaba asombrada de lo rápido que pasaba el tiempo, si bien las clases pasaban despacio, cuando estaba con ella, las horas parecían segundos.

-Papá, ¿por qué el tiempo pasa tan rápido cuando estoy jugando con Miri?- pregunté con mucha curiosidad.

- Porque cuando quieres a alguien y te lo pasas bien, todo pasa volando- contestó.

- Jo, es que no quiero que pase tan rápido-dije haciendo un puchero.

- Cariño, no pasa nada, lo importante es que disfrutes del tiempo que pases con ella, ya sea mucho o poco, o se pase rápido o lento- mencionó mientras se agachaba y me miraba a los ojos seriamente.

- Tienes razón-sonreí.

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Después del último día de clases, quedamos la pandilla ya que no íbamos a vernos hasta después de las fiestas, porque cada uno se iba con su familia a algún sitio.

Yo, iba con papá a ver a la abuela y así pasar las Navidades juntos.

-¿Chicos, os apetece hacer un muñeco de nieve?- preguntó Agoney.

- ¡Sííí!- Contestamos todos.

Y nos pusimos manos a la obra, Miri y yo hicimos la bola que haría de base, Ago la bola de en medio y Nerea la de arriba; Mireya, se encargó de conseguir el gorro y la bufanda y Raoul de traer los palos que harían de brazos y unas piedras para hacer de botones.

Tardamos toda la tarde y cuando terminamos era de noche, pero nos había quedado un bonito muñeco de Nieve y estábamos muy orgullosos.

-¡Papá!, ¡Papá! Ven a verlo!- grité entusiasmada.

- ¡Qué bonito!, venga poneros a su lado y os hago una foto- dijo él.

Nos colocamos y nos pusimos a hacer muecas graciosas mientras inmortalizaba el momento.

Cuando los chicos se fueron, me quedé con Miriam a ver Solo en casa mientras cenábamos, se iba a quedar a dormir porque era el último día y queríamos pasar el mayor tiempo posible juntas antes de despedirnos.

-Jo, te voy a echar mucho de menos-dijo Miriam cuando nos fuimos a la cama.

- Y yo...¡Tengo una idea!¿Por qué no nos hacemos una carta cada día contándonos como nos lo hemos pasado y así, a la vuelta nos los damos y vemos como han sido las vacaciones de la otra?-propuse.

- ¡Claro! Que buena idea- contestó sonriente.

Había sido un día estupendo y muy divertido, lo había disfrutado muchísimo...¡Cuánto los iba a echar de menos!

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En Nochebuena, cené con la abuela y papá mientras ella me contaba las trastadas que hacía él de pequeño.

-Estábamos de vacaciones en la playa, en un apartamento en la cuarta planta, y debajo de nosotros vivía una señora mayor que llevaba peluca. Un día, tu padre me pidió una caña de pescar y yo me quedé bastante extrañada, pero le compré una de juguete. Y al día siguiente, ¡Le quitó la peluca a la señora mientras tomaba el sol en la terraza! Qué vergüenza pasé cuando ella se dio cuenta y llamó a la puerta reclamando por ella- contó la abuela.

- Sí, que vergüenza pasaste, pero luego bien que te reías- dijo papá.

Después de cenar, le escribí la carta a Miriam y me fui a la cama.

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Al día siguiente, me levanté temprano porque era Navidad y esa noche había venido papá Noel con los regalos.

-¡Papá!¡Abuela!¡Levantad!- los desperté con energía.

- ¡Ha venido papá Noel! Vamos a abrir los regalos- dije mientras me dirigía al salón para abrirlos.

Me trajo un balón, unas botas de fútbol y un patinete. Así que me pasé toda la mañana jugando con ellos y estrenándolos.

A la hora de comer vinieron mis tíos y por la tarde fuimos al circo. Después de cenar, le escribí la carta a Miriam y me acosté.

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En Noche Vieja, tuvimos una cena familiar y después de que diesen las uvas, le pedí el movil a papá y llamé a la madre de Miriam.

- Hola Marité, ¿puedo hablar con Miriam para felicitarle el año?- pregunté.

- Claro, te paso con ella- contestó mientras le daba el móvil.

- ¡Hola! Ana, feliz año nuevo-dijo.

- Igualmente, quería darte las gracias por este año estupendo, pensaba que la mudanza iba a ser muy mala y has echo que sea lo mejor que me ha pasado en mi vida. Te quiero mucho- dije emocionada.

- Mi vida también a mejorado desde que te conocí, muchas gracias Ana, yo también te quiero. Bueno, me voy a la cama que estoy muy cansada, te veo en el colegio- contestó antes de colgar.

Después, como yo también estaba muy cansada, le escribí la carta y me fui a dormir.

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Cuando volví al colegio, lo primero que hice fue buscar a Miriam y cuando la encontré, fui corriendo hacia ella y le dí un susto.

-¡Aaaaaaaa! Que susto Ana-gritó.

- Hola, te he echado mucho de menos- dije mientras la abrazaba.

- ¡Y yo a ti!- contestó.

Entonces, nos intercambiamos las cartas y las leímos emocionadas.

En el recreo, fuimos a buscar a los demás y cuando los encontramos, nos contamos lo que habíamos hecho.

Después de clases, fui a casa de Miriam y me quedé a dormir, pues habíamos estado mucho tiempo separadas y queríamos estar juntas.

¿Qué os a parecido? Espero que os haya gustado. Intentaré subir mínimo un capítulo por semana. Tengo muchas ideas, pero me cuesta encontrar la manera correcta de escribirlas. Disfrutad de la historia.