veinticuatro

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Empezamos los partidos de la fase de grupos.  Había ocho grupos de cuatro equipos cada uno, de cada grupo saldría un equipo, que pasaría a cuartos. Quien ganase los cuartos, pasaría a la semifinal y los que se clasificasen jugarían la final. En nuestro grupo estaban el Manchester City de Inglaterra, el Chelsea de Inglaterra y el Bayern Munich de Alemania.

Me encontraba en el vestuario preparándome para el primer partido cuando entró Aurora.

-Hola, chicas. ¿Preparadas?

-Sííííí- gritamos todas.

-¿Alguna sabe cómo juega el Bayern?

-Sí, juega a tener la posesión del balón- contestó Natalia.

-¿Para qué?

-Para cansar al rival haciendo que corra detrás del balón- dijo Alba.

-¿Entonces, qué tenemos que hacer?

-No caer en su juego- dijo Juls.

-¿Cómo?

-Aguantando la posición y orientando el balón hacia un lateral, para reducir las posibilidades de pase. Y cuando el balón esté en la banda, cerrar huecos, cubrir líneas de pase y presionar- contesté.

-Muy bien, veo que conocéis la teoría, pero lo que quiero que salga bien es la práctica. Ayer estuvimos entrenando eso y he visto que sois capaces de hacerlo, así que salir al campo y demostrarlo.

Nos dio unas cuantas indicaciones más y salimos a jugar.

Empezó el partido, estábamos muy concentradas en el juego. En una jugada, Marta robó una pelota y le dio un pase en profundidad a María, quien centró el balón directo a la cabeza de Natalia y esta última remató y metió gol.

Después de ese gol nos relajamos y encajamos tres goles seguidos, yéndonos al descanso con un tres a uno.

-A ver chicas- dijo Aurora pasándose una mano por el pelo y poniendo cara de cansancio- Esto no puede seguir así. ¡Os habéis ido del partido totalmente! Me da igual si ganáis el partido, el torneo... Todo eso me da igual, pero lo que si me importa es que todo el esfuerzo que hemos hecho se tire por la borda. ¿No os da rabia? ¿No queréis jugar y demostraros lo que valéis?-se quedó en silencio un rato dejándonos asimilar sus palabras- ¿Sabéis cual es una de las peores sensaciones que podéis llegar a sentir? El arrepentimiento. No quiero que después del partido os preguntéis, ¿qué hubiese pasado si...? ¿Y si...? No. Quiero que juguéis como vosotras sabéis y que lo deis todo, si sale mal sale mal, pero después miraréis atrás con la cabeza bien alta y os sentiréis a gusto, sin remordimientos. Así que vamos a jugar al máximo esta segunda parte.

-Sííííííí- gritamos todas.

Salimos al campo decididas a darlo todo y a ganar. Era increíble cómo sin conocer a la mayoría de las personas, por no decir a nadie, había mucha gente animándonos. Sobre todo, había una mujer castaña, delgada y de estatura media que no dejaba de animarme, me era muy familiar, pero no supe hasta más adelante de quien se trataba.

Nada más sonar el silbato que daba paso al inicio de la segunda parte, recuperé el saque con el cual el Baryern puso el balón en juego. Me encontraba en posesión del esférico rodeada de tres jugadoras del equipo rival, cada vez que orientaba el balón a un lado, estas me cortaban el paso. Entonces, se me ocurrió una idea algo arriesgada pero si salía bien podría librarme de ellas, así que decidí ponerla en practica. Me dirigí corriendo con el balón hacia su portería y cuando me cortaron el paso, levanté la pelota agarrándola con los talones y pasándola por encima de sus cabezas, para acto seguido, salir disparada hacia su portería. Hice una pared con María y cuando tuve a tiro la portería, no dudé en disparar, mandando así, el esférico en el fondo de la red. 

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