Ocho

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Era Miriam. ¡No me lo podía creer!

Me fui corriendo antes de poder asimilarlo.

Como después de esa clase teníamos un descanso antes tener que ir a cenar, me puse pasear por las afueras del campamento dándole vueltas a lo que había pasado.

Estaba muy confusa.
Me costaba aclararme y sacar las cosas en claro.

El beso me había gustado, eso lo tenía seguro, pero... ¿Por qué Miriam? ¿Qué sentía por ella?¿Me gustaba? ¿No me podía haber dado el beso en la mejilla en vez de en la boca? ¿Le gustaba yo a ella? ¿Me había besado solo por el ejercicio?...

Y de pronto caí en la cuenta de que no había dejado a Miriam explicarse y puede que ahora estuviese enfadada conmigo por largarme o, lo que era peor, estuviese triste por mi culpa.

Así que, decidí que tenía que hablar con ella del beso para poder aclarar las cosas.

Sonó el timbre indicando que era la hora de cenar, así que me dirigí al comedor.

-Hola, Ana. ¿Estás bien? Es que no te hemos visto en ésta última hora y nos hemos preocupado- me preguntó Aitana cuando llegué.

-Sí, tranquila- contesté.

Cuando vi a Miriam, vi que había estado llorando y me sentí fatal porque sabía que era por mi culpa.

Fui a abrazarla, porque aunque yo estuviese rayada o me hubiese besado, por delante de todo, era mi mejor amiga y no podía dejar que estuviese triste, y menos por mí.

-Lo siento por haberme ido así. ¿Podemos hablar después de cenar?- pregunté.

-Sí, tranquila, ya estoy mejor, lo siento si te molestó-contestó.

La cena pasó rápidamente entre risas y juegos, pues estaba bien y a gusto con mis amigos y con Miriam, pero las dos sabíamos que teníamos una conversación pendiente.

Después de cenar le hice un gesto a Miriam para que me siguiese y pudiésemos hablar en privado.

Fuimos a un claro que había cerca del campamento y nos tumbamos en una manta que había cogido antes de salir para mirar las estrellas y hablar tranquilamente.

-Ana, antes de nada, necesito decirte una cosa porque ya no aguanto más con ella dentro.-dijo Miriam después de quedarnos un rato calladas- A ver.. Es que.. No sé como decírtelo... Es que... Joder...- Dijo.

Se estaba poniendo cada vez más nerviosa, así que decidí intervenir.

- Tranquila, Miri, ya sé que te he dicho si podíamos hablar a solas, pero, si no estás preparada no pasa nada y ya hablaremos cuando lo estés. Ante todo, eres mi mejor amiga y no quiero que hagas algo que no quieres hacer o que no te sientes a gusto haciéndolo, así no te preocupes-dije mientras la abrazaba.

- Ana, quiero decírtelo y estoy preparada... Estoy enamorada de una chica maravillosa, es inteligente, es guapa, juega genial al fútbol, siempre está en los momentos malos apoyándome y en los buenos riéndose conmigo... Pero ante todo, es una persona de diez y es muy buena gente. Me alegra el día con solo un pequeño gesto... Gracias, por y para ella soy mejor persona y quiero hacerla feliz todos los días de mi vida. No concibo una vida sin ella- dijo.

Mientras estaba diciendo eso, me di cuenta de que me pasaba lo mismo y que llevaba enamorada de ella mucho tiempo, pero que no me daba cuenta.

Cuando conseguí asimilar mis sentimientos, se me rompió el corazón, pues pensaba que Miriam había terminado de hablar y que mis sentimientos no solo no eran correspondidos, sino que encima ella estaba enamorada de otra persona.

Después de un rato, finalmente suspiró y continuó hablando.

-Ana, esa persona eres tú, llevo enamorada de ti desde que te conocí hace seis años, mucho antes de saber qué significaba que te guste alguien y no ya digamos estar enamorada. Sé que es prácticamente imposible que mis sentimientos sean correspondidos, solo te pido que no te alejes de mí, ni que esto cree momentos incómodos entre nosotras. Estoy dispuesta a que me rompas el corazón todos los días y ser solo tu amiga con tal de tenerte cerca. ¡No te quiero perder!.- dijo mirándome con lágrimas en los ojos.

Estaba en shock, no podía hablar, ni moverme.

No me lo podía creer... Era imposible...
¡Estaba enamorada de mí! ¡Mis sentimientos eran correspondidos!

- Ana, di algo por favor- dijo llorando desconsoladamente.

- No te quiero perder, por favor, no te alej- en ese momento recordé como moverme y la callé con un beso.

Era un beso con el que esperaba transmitirle todo lo que sentía.
Esperaba transmitirle que estaba enamorada de ella y que la quería muchísimo.

- Amor, me pasa lo mismo- dije sobre su boca.

- Ana. ¿Quieres ser mi novia?- dijo un poco cortada.

- Nada me haría más feliz- dije mientras la besaba sellando nuestro amor.

Nos tumbamos a ver el firmamento, pero no dejaba de darle vueltas a un tema que me tenía bastante preocupada.

- Canaria, dime que te pasa, que te oigo pensar. No digas que nada que te conozco- dijo Miriam girándose hacia mí.

- Es que estoy rayada porque somos dos chicas. A ver, que me explico mejor, no me importa que seamos las dos chicas, sino cómo se lo vamos a decir a nuestros amigos, cómo van a reaccionar, cómo se lo digo a mi padre...- dije preocupada.

- Tranquila, yo sé lo que siento por ti y tú también lo sabes y con eso basta. A mí no me importa decirlo, pero ya lo anunciaremos cuando estés preparada. No hay prisas, y que sepas que siempre te voy a apoyar- me tranquilizó.

- Gracias Miri, te quiero.

El resto de la noche fue mágica.
Estuvimos un rato mirando las estrellas abrazadas y robándonos besos cuando nos apetecía y cuando empezó a refrescar, nos fuimos a dormir a la cabaña.

-Novia mía, ven a mi cama que quiero dormir contigo- dijo Miriam cuando me iba a acostar en mi cama.

- No sé, no sé... ¿No te voy a aplastar?-dije preocupada por si la aplastaba en una cama tan pequeña y dudando de si era buena idea.

- Canaria, me dejaría la espalda con tal de dormir contigo. Además, después de confesarte lo que siento y tener la suerte de que sea correspondido, soy incapaz de separarme de ti- dijo mientras me cogía la mano y me llevaba a su cama, para acto seguido tumbarnos y acurrucarse contra mí.

Me encantó dormir con ella, se había convertido en la actividad que más me gustaba después de jugar al fútbol y mirar las estrellas, puede que no fuese muy cómodo, pero no me importaba absolutamente nada, pues solo podía pensar en la suerte que tenía de estar así con ella...

A quién quería con toda mi alma, pues además de ser Mi Novia, que todavía no me lo podía creer, era mi mejor amiga y sabía que podía contar con ella siempre y para todo.

Por fin. Menudo capítulo más intenso. Mis niñas empiezan a salir juntas. Que mayores se hacen y como las quiero. Espero que os haya gustado, lo he escrito con una sonrisa en la cara más grande que mi casa. XDDDDD

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