Tras tener una de las conversaciones más relevantes de mi vida y de nuestra relación, Miriam y yo nos dirigimos hacia un restaurante para comer.
Llamé a mi madre para avisarle de que no iba a comer en casa.
-¿Sí?- preguntaron al otro lado de la línea.
-Hola mamá- saludé.
-¿Has hablado ya con Miriam? ¿Qué te ha dicho? ¿Estás bien? ¿Te voy a recoger?- preguntó preocupada.
-Tranquila- dije cortando su ristra de preguntas- Sí, Miriam y yo hemos hablado y hemos arreglado las cosas. Al final me hecho darme cuenta de que nuestra relación sí puede dar mucho más de sí y que a pesar de lo que estamos viviendo, somos más fuertes juntas- dije mirando a Miriam, quien estaba escuchando atentamente pues estábamos andando dadas de la mano. Me guiñó un ojo y me lanzó un beso.
-Me alegro de que al final hayáis superado esa crisis- dijo mi madre.
-Ya, bueno, aún nos queda un largo camino por recorrer, pero creo que no volveré a plantearme separarme de ella nunca más.
-Entonces, si está todo bien, ¿por qué llamabas?- me preguntó mi madre.
-Para decirte que no voy a ir a comer a casa. Vamos a ir a comer a un restaurante y luego iremos a recoger a Mimi a la estación- contesté.
-Vale. Después de recogerla, ¿os vais a ir a vuestra casa?- preguntó.
Sabía que realmente mi madre quería pasar más tiempo conmigo antes de la operación, y por eso preguntaba si iba a regresar a casa; sin embargo, no quería agobiarme y por eso me lo decía de una forma un poco más sutil.
-No, ¿te importa que cenemos en tu casa?- pregunté.
-No, claro que no. Si queréis podéis quedaros a dormir aquí también- contestó.
-Perfecto. Mamá... Quiero pasar estos días contigo. Eres uno de los pilares más importantes de mi vida. ¿Te importa que Mimi, Miriam y yo vivamos contigo estos días antes de la operación?
-No. Ahora mismo preparo el cuarto de invitados para Mimi. Miriam y tú podéis dormir en tu habitación.
-Te quiero mucho- dije.
-Y yo. Hija, yo también te quiero muchísimo- contestó al otro lado de la línea- Saluda a Miriam de mi parte y dile que me alegro de que siga siendo tu prometida-dijo antes de colgar.
-¿Has oído? Saludos de mi madre. Dice que se alegra de que sigas siendo mi prometida.
-Yo también me alegro de que ella siga siendo mi suegra- contestó risueña.
Llegamos al restaurante. Era relativamente nuevo. Lo habían abierto justo antes de que viajásemos a Francia para disputar el mundial y teníamos muy buenas referencias de él por parte de Camila y Lauren. Así que habíamos decidido ir para disfrutar de una comida a solas sin preocupaciones y sin tener que cocinar. Hacía mucho que no teníamos una "cita" y esa era una parte de nuestra relación que me encantaba. De hecho, podía afirmar que la llama de nuestro amor no había disminuido ni un ápice en parte gracias a nuestras citas, ya que eran una forma de tomarnos un respiro del ajetreado mundo en el que vivíamos para dedicarnos a cuidar nuestra relación.
-Señorita- dijo Miriam abriéndome la puerta.
-Muchas gracias caballero- dije guiñándole un ojo.
Nos sentamos en una mesa apartada para tener más intimidad.
-¿Qué desean?- preguntó un camarero jóven y bastante atractivo, el cual no dejaba de comerse a Miriam con la mirada.
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What about us
FanfictionWariam AU Es una historia de amor que espero que te encante, te enganche y disfrutes al máximo. Es mi primera historia, pido perdón por adelantado por las faltas de ortografía. Los personajes son concursantes de OT y personas relacionados con ellos...