Hacía un mes y medio que habíamos llegado del campamento. Las clases habían terminado y ahora estábamos de vacaciones.
Toda la pandilla se había ido de viaje menos Miriam y yo, que nos íbamos la quincena siguiente, pues nuestros padres habían podido concordar los días para que así pudiésemos estar más tiempo juntas.
Nuestra relación se hacía cada vez más fuerte y yo no me podía creer que cada día estuviese más enamorada de ella. Siempre que pensaba que ya no podía amarla más, ella hacía algo que provocaba que la quisiese más.
Hoy habíamos quedado para dar una vuelta por la ciudad e ir al cine, pero no podía dejar de pensar en nuestra relación y en cómo se lo iba a decir a mi padre, pues todavía no lo sabía y era muy importante para mí tener su apoyo, aunque lo intentaba disimular.
Estábamos en nuestra heladería favorita descansando del paseo, nos encontrábamos en silencio disfrutando del helado.
- Canaria, desde aquí puedo ver como te echa humo la cabeza. ¿Me vas a contar lo que piensas o te vas a tirar toda la tarde así?- me dijo cuando se terminó el suyo.
- Es que... A ver... No sé cómo decirle a mi padre que estamos saliendo...- dije con un poco de vergüenza.
- No pasa nada, lo importante es que se lo digas cuando estés preparada. Yo ya se lo he dicho a los míos y están muy contentos porque saben que eres muy buena persona. Si quieres te ayudo, un día podemos comer con tu padre y decírselo en la sobremesa- me contestó regalándome una sonrisa que hizo que me tranquilizase al instante.
- Vale, gracias. Te quiero- dije dándole un beso.
Después de esa conversación, pude despejarme y disfrutar el resto de la tarde junto a Miriam.
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Había llegado el día, hoy Miriam iba a comer con nosotros y le íbamos a contar a mi padre que estábamos juntas.
No pasó ni un segundo desde que me desperté en el que no estuviese nerviosa, no podía dejar de darle vueltas... ¿Cuándo se lo contaba? ¿Cómo? ¿Qué iba a pasar?
La reacción que tuviese mi padre era de gran importancia para mí.
Pensaba que iba a reaccionar bien pues teníamos una relación muy estrecha y siempre me decía que me iba a querer pasase lo que pasase, pero si reaccionaba mal, tendría que elegir entre mi padre y Miriam y ambos eran pilares fundamentales en mi vida ¡No podía perder a ninguno!En esos pensamientos estaba cuando Miriam llegó.
-Hola Antonio- saludó a mi padre.
- Hola princesa, ¿preparada?- me susurró al oído mientras me abrazaba.
-... Sí...- contesté, en realidad estaba muy insegura, aunque quería disimularlo para que Miriam no pensase que no lo quería decir, pero de todas formas se dio cuenta.
- Vamos un momento a tu habitación, que me tienes que enseñar el libro- dijo en alto mientras me arrastraba hacia mi cuarto.
Llegamos y cerró la puerta, nos sentamos en la cama.
- Mi vida, sé que lo que has contestado antes era para que no pensase que no me quieres o que te avergüenzas de lo nuestro, pero jamás pensaría eso, pues veo en tus ojos el amor que sientes por mí. Si no estás preparada no hace falta que se lo cuentes hoy... Mira, podemos hacer una cosa, comemos, lo pasamos bien, disfrutamos y si te sientes segura, lo decimos y si no, no pasa nada. Te voy a esperar todo lo que haga falta y quiero que sepas que pase lo que pase, voy a estar siempre para ti- dijo dándome un beso en la frente.
No me lo podía creer...
¡Tenía la mejor novia del mundo!Empezamos a comer, al principio estaba un poco nerviosa, pero luego me relajé y disfruté de la comida.
Cuando terminamos, crucé una mirada con Miriam y en ese momento se congeló el tiempo y supe que estaba preparada.
- Papá, quiero decirte una cosa. Te quiero mucho y no quiero ocultarte esto por más tiempo, Miriam y yo somos novias- dije mirándole fijamente esperando su respuesta, pero su reacción fue irse de la casa.
Sentí que todo el amor que decía tenerme, se había perdido y me puse a llorar desconsoladamente mientras Miriam me abrazaba por detrás, al cabo de una hora me calmé un poco.
- No quiero que me odie o que no me acepte por lo que soy o lo que siento...- dije entre sollozos.
- Reina, tranquila, que te gusten las chicas no es nada malo y no debes arrepentirte nunca de eso. ¡¿ Cómo iba a ser malo algo que te hace sentirte así de bien y que te hace tan feliz?! Yo sé que ya lo sabes, pero quiero recordarte que te amo y que siempre voy a estar para ti para lo que necesites- me intentó consolar.
Pero de repente me llené de ira y dije lo primero que se me pasó por la cabeza.
- ¡A lo mejor ese es el problema! ¡Qué siempre estás encima de mí! ¡Por tu culpa mi padre se ha ido y ahora probablemente no me acepte! Si nunca me hubieses alentado a decirle lo nuestro, si nunca hubiésemos sido novias... ¡Es más, si nunca te hubiese conocido! ¡Esto no hubiese ocurrido!¡Te odio!- chillé.
Se le llenaron los ojos de lágrimas.
- ¡Estoy harta! ¡No puedo más! Estoy siempre para ti, te intento ayudar sin esperar nada a cambio mas que tu felicidad y así es como reaccionas. Además te dije que si no querías hacerlo, no lo hicieses. Me echas la culpa de todos tus males cuando no la tengo. ¡Eres una desagradecida! ¡Hemos terminado! ¡Te odio!- dijo yéndose de la casa corriendo.
En cuanto se fue me puse a llorar a lágrima viva.
¡No podía ser más tonta!
La había cagado muchísimo y no había vuelta atrás.
Había perdido a Miriam, me odiaba y no sabía si iba a poder recuperar ni siquiera su amistad y mi padre me repudiaba.
Pero lo peor de todo es que había hecho mucho daño a Miriam con mis palabras y eso jamás me lo iba a poder perdonar, pues Miriam era mi vida.
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What about us
FanfictionWariam AU Es una historia de amor que espero que te encante, te enganche y disfrutes al máximo. Es mi primera historia, pido perdón por adelantado por las faltas de ortografía. Los personajes son concursantes de OT y personas relacionados con ellos...