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POV's Narrador

Jeongin se sostuvo de los hombros de Bang cuando este lo bajó del lavamanos, frunció el ceño soltando un quejido cuando dió un paso sintiendo una fuerte punzada en su entrada

—¿Estás bien?— Bang lo tomó por la cintura antes de cargarlo de nuevo y sentarlo en el lavamanos —No sé que sentirás, pero imagino que debe de doler— Dejó un beso en los labios del menor y tomó su ropa empezando a vestirlo

—Duele bastante...— Susurró Yang avergonzado, el mayor rió y lo levantó un poco para poner su ropa interior y pantalón

—Ya estás listo... Déjame vestirme— Habló empezando a acomodarse su ropa con rapidez, miró al menor ya listo y lo bajó —¿Quieres que te ayude a caminar?— Yang negó pero al dar un pasó soltó un fuerte quejido, en realidad su entrada ardía, dolía, demasiado

—Tal vez si— Dijo antes de que Bang lo tomará por la cintura y salieran del baño, encontrándose a Eunbi en el camino, quien solo le lanzó una mirada asesina a Yang.

Bang dejó al menor en el sofá que estuvieron en algún momento antes de lo sucedido y sonrió

—Iré por una cerveza, espérame— Dejó otro beso en los labios del menor y caminó a la barra

—¿Ya te abrieron?— Se sobre saltó al escuchar a alguien detrás suyo, tragó duro al mirar a la misma chica junto a otras dos

—Tiff, HyunA, él es el hermoso hombre que enamoró a Chan... Impresionante que un niño abandonado lograra eso ¿No?— Jeongin jadeo sorprendido sintiendo sus ojos húmedos, bajó la mirada y recordó las palabras de sus amigos, debía de alejarse. Después de unos segundos regulando su entre cortada respiración se levantó ignorando las palabras de aquellas chicas y empezó a caminar a la salida

—¡Oye! ¿A dónde crees que vas idiota?— Jeongin cerró los ojos un segundo, debía de ignorarlas

—Aw~ el niño abandonado llorará— Y así sucedió, Jeongin no soportó mucho más antes de empezar a llorar, sintió un nudo en su garganta saliendo rápidamente de aquella casa.

Bang por otro lado, después de tomar su cerveza, volteó, pero para su sorpresa, Yang no se encontraba en el sofá, frunció el ceño y sintió a alguien colgarse de su hombro, se giró y se encontró con HyunA con una sonrisa

—¿Buscas algo mi amor?— Bang gruñó y con su mirada buscó a Jeongin, quien no se veía en ningún lugar

—¿Acaso esto... Es del Nerdo? Aw~ tal vez lo dejó cuando se fue llorando— Eunbi rió antes de que Bang explotará y la tomara del cuello, cortando el paso del aire

—Mírame perra, a mi no me molestaría mandarte al infierno... ¿En dónde está Jeongin?— La miró a los ojos, la chica sentía el miedo correr por sus venas, clavaba sus uñas en la mano de Bang tratando de liberarse de él, pero era imposible

—N... N-No lo sé— Dijo apenas antes de que Bang la soltara y saliera rápidamente de la casa, miró a ambos lados, empezando a caminar hacia la casa del australiano

—¡Chan! ¿A dónde carajos vas?— Hyunjin se apareció a su lado y lo miró confundido

—Esas perras... Algo le dijeron a Jeongin— Gruñó y siguió caminando, mirando a lo lejos la silueta del menor —¡Ahí está!— Habló antes de empezar a correr

Yang sólo se dejó caer al suelo después de doblar por aquella esquina, era cierto, era solo un niño abandonado, un tonto y patético niño abandonado. Cerró sus ojos inundados de lágrimas sintiendo como estas caían por sus mejillas, se encontraba sentado, apoyado en una pared mientras sus piernas iban a su pecho en busca de calor.

Su labio temblaba y sus manos estaban frías, miró a la nada antes de escuchar unos fuertes y rápidos pasos acercarse, dando a ver segundos después a Bang, quien miraba preocupado al menor

—Maldita sea... ¿Porque te vas sin decirme nada?— Se sentó al lado del menor, quien solo se alejó de él, provocando confusión en el mayor —¿Que sucede?— Con su mano acarició la mejilla de Yang quien cerró sus ojos y alejó su rostro

—A-Aléjate de mi— susurró el menor

—¿Qué? ¿Porqué me pides eso?— Bang volvió a acercarse a Yang y lo tomó entre sus brazos, apoyando la cabeza del menor en su pecho

—Ya no lo soporto más... Aléjate, no me importa si me golpeas todos los días... Solo déjame— Habló con un nudo en su garganta, minutos después solo rompió en llanto, dejando toda su tristezas salir

—No vuelvas a pedirme eso... Sino te mataré por decir cosas estúpidas— Bang se levantó y después levantó a Yang quien se quejó por el dolor proveniente de su trasero

—Chan yo-

—Cállate, vamos a casa— Habló, empezó a caminar pero se detuvo al ver que Yang no lo seguía

—¿Me llevarás a mi casa?— Preguntó, Bang sonrió y se acercó tomándolo por su cintura

—Te llevaré a mi casa... A nuestra casa— Susurró contra los labios del menor, quien no evitó sonrojarse

—P-Pero... No somos nada ni-

—Eso se arregla, ahora llamaré a Lee y le diré que te irás conmigo— Avisó dejando un suave y lento beso en los labios del menor

—Chan... En la calle no— Habló el menor separandose de Bang quien rió

—Te haré mío de nuevo cuando lleguemos a casa— Jeongin se sonrojó y hundió su rostro en el pecho de Chan —Se que te encanta... ¿Podrás mentirle a Bang Chan?— Jeongin negó esperando a que dejara de hablar de ese tema, era incómodo, y más en la calle.

—Solo... Vamos a casa— Susurró antes de sentir como Bang lo cargaba en sus brazos y empezaba a ir hacia su auto —Pero... ¿No te quedarás en la fiesta?— Preguntó confundido, el mayor lo miró a los ojos y negó

—Está un poco aburrido, la pasaré mejor a tu lado— Sonrió y abrió la puerta del copiloto antes de adentrar a Jeongin en el auto —Ahora ponte el cinturón de seguridad, yo me puedo matar, tu no— Relamió sus labios y cerró la puerta para después rodear el auto y adentrarse en este.

Jeongin miró una paleta de menta que había a un lado junto a otras de diferentes sabores, de seguro eran algunas de las que Bang siempre comía y lo volvían loco.

—Coge una si quieres— Habló Bang, observó que Jeongin no hacía nada, rió y tomó la paleta de menta, quitó el pequeño envoltorio y volvió su mirada al menor —¿Como sabrán... Tus labios junto a la menta?— Sonrió y adentro la paleta a la boca de Jeongin antes de volver a sacarla y empezar a pasar el dulce por los rosados labios de Jeongin —Debe de ser un manjar— Susurró antes de alejar la paleta y acercarse a atacar los labios del menor

Si alguien no detenía a aquella pareja se volverían adictos, adictos a sí mismos, nadie podría separarlos jamás...

Stupid (ChanIn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora