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POV's Narrador

Yang ladeó su cabeza sintiendo los suaves besos que eran repartidos en su cuello. Una de sus manos fue hasta los rubios cabellos de Bang, enredando sus dedos entre los mismos.

-N-No podemos hacer esto- Susurró el más joven intentando apartar al mayor.

-Claro que podemos...- Respondió Bang antes de alzarle y enrollar las piernas del menor en su cintura, para finalmente pegarle contra una pared. -Eres mío, Jeongin

-Así los quería agarrar, puercos- Jeongin se sobresaltó al escuchar la voz de Han en aquella habitación, sus ojos fueron hasta el mencionado mientras sentía sus mejillas comenzar a colorarse. -Me decepcionas, Jeongin, deja de tener sexo con este imbécil y consiguete a otro hombre rico- Un gruñido resonó en aquel lugar. -Bueno... Yo mejor me voy

-Vete y no vuelvas- Soltó junto a un gruñido el más alto.

Yang aprovechó aquello para bajar de los brazos del australiano y caminar hacia la puerta. Tenía muchas cosas que hacer como para tener sexo con su pareja a las tres y media de la tarde.

-Jeongin... No me hagas enojar

-Corrección, no me hagas enojar tú a mí- El menor se volteó antes de darle al contrario una sonrisa burlona.

Salió de la habitación y se dirigió a preparar la comida de los hermanos mayores, quienes se encontraban en la sala de estar jugando con su "Tío" Félix.

-¿Qué pasa? Parece como si acabaras de ver a Changbin desnudo- El menor rió.

-¿Tan malo sería?

-Bueno... Quizá- Respondió el pecoso mientras dejaba sonoros besos en la mejilla del mayor de los hermanos.

-Chan quería tener sexo, pero yo... No quiero hacerlo por ahora- Yang se sentó en el sofá y tomó en brazos al menor de los hermanos, besando su frente con una sonrisa.

-In... ¿Cómo van con la boda?

-Todo va muy bien... Ya tenemos el lugar, también la decoración... Con Chan queríamos ir a ver los anillos, aunque él dice que prefiere hacerlo solo para que sea una sorpresa

-¿Los anillos? Deberían de escogerlos ambos, pero... ¿Y si aparece con un enorme zafiro? ¿O un rubí? ¿Te imaginas eso? Sería hermoso- Habló Lee mientras imaginaba alguna especie de anillo con aquellas gemas incrustadas.

-Sería muy hermoso, me gustan los rubíes, también los zafiros pero... No quiero tantos lujos, hyung... Mientras él respete nuestra relación y sea consciente de que hay tres niños por en medio... Seré feliz- Susurró Jeongin jugando con sus dedos.

Unos pasos se escucharon. Las largas piernas de Bang fueron lo primero que se vió por las escaleras antes de que se viese todo su cuerpo y cabeza. Jeongin sintió un cosquilleo en su estómago al verle arreglado, levantó una ceja y se cruzó de brazos.

-¿A dónde vas?- Preguntó el menor mirándole fijamente.

-Iré a trabajar, con Hyunjin y Changbin- El rubio se acercó y dejó un suave beso en la frente del más joven. -Volveré en una hora... Cuídate cariño- Una sonrisa se estiró en el rostro de Lee al ver la escena. -Oh... Pasaré a hacer el diario

Yang asintió antes de ver al australiano salir de la mansión, pronto se escuchó el motor de un auto, y finalmente el ruido se alejó hasta desaparecer por completo.

-El amor flota en el aire- Murmuró Lee antes de notar el rostro sonrojado del menor.

-No inventes- Contestó Jeongin.

El coreano se puso de pie y caminó a la cocina, preparó la comida de los hermanos mayores, y finalmente dejó ambos tazones de "Cereal de trigo" en la mesa.

-Félix... ¿Puedes traerlos?- Pidió Yang antes de ver al pecoso llegar tomando de la mano a ambos hermanos.

(...)

Los ojos de Yang se llenaron de lágrimas mientras sonreía. Frente a él se encontraba un enorme ramo de rosas blancas y rojas, una caja de chocolates en forma de corazón y a su lado un arreglado Bang que esperaba al lado de su lujoso auto.

-¿Listo?- Jeongin se miró unos segundos antes de negar.

-¡Christopher! Me hubieras dicho que me arreglara más- Se quejó el menor cruzándose de brazos. -Iré a ponerme algo más bonito

-Así te ves hermoso, cariño... Vamos, sube, o se nos hará tarde para la cena- El menor se sonrojó antes de que, con ayuda de Bang subiese a su auto.

-¿Qué harás con las rosas y los chocolates?

-Hyunjin se encargará de ponerlos en la habitación, no te preocupes- Una sonrisa se instaló en el rostro del mayor.

-Gracias, Chan- Ambos entrelazaron sus dedos, segundos después el auto se puso en marcha hacia el restaurante más lujoso de la ciudad.

La noche era hermosa, una fría brisa corría por cada rincón de Seoul, las estrellas brillaban más que nunca y la hermosa luna llena iluminaba los lugares más oscuros.

Jeongin miró por la ventana como pequeños copos de nieve caían, para finalmente unirse a todos los demás que habían llegado al suelo minutos antes. Las parejas caminaban tomadas de la mano, con gorros y bufandas de lana, algunas, tomando de la mano a niños.

Notó también a los niños intentando hacer un muñeco de nieve en el parque, improvisando con ramitas, hojas y rocas pequeñas que encontraban por allí.

-La noche está hermosa- Susurró Jeongin enamorado.

-Puedo ver esta noche todos los días... En tus ojos- Respondió Bang con una sonrisa. Jeongin se volteó, miró al mayor antes de sonreír.

-No digas esas cosas, Christopher- Pidió Yang avergonzado.

Después de veinte minutos de viaje, un hermoso restaurante dejó ver sus enormes y lujosas puertas, iluminadas por luces rojas y plateadas, la piel de Jeongin se erizó al ver el lugar. El nombre de aquel restaurante no tenía sentido alguno con el lugar tan hermoso: "El cordero de oro".

-Llegamos- Avisó el australiano, apagó el motor del automóvil antes de bajar y ayudar a Yang a hacerlo.

Se aseguró de cerrar bien el auto, y finalmente tomó la mano del menor, entrelazando sus dedos.

-Mañana la empresa de mi padre pasará a ser mía- Susurró el mayor contra el oído del más joven. -Mi querido futuro esposo deberá de tener cuidado con los paparazzis- Ambos rieron.

-Siempre te han seguido, pero tu eres más rápido que ellos... En cambio yo no lo soy.

-Te enseñaré a serlo el día en que te conviertas en el señor Bang

-Creí que ya lo era

-En realidad sí, desde el primer día que te vi, cariño

Stupid (ChanIn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora